miércoles, 30 de mayo de 2018

COMO SE DIVERTÍA EN LA CIUDAD

Conociendo Valera
José Rosario Araujo
La ciudad de Valera fue conocida por su gran cantidad de sitios en donde la gente acudía a divertirse, a compartir con los amigos y porque no,  a tomarse unas bebidas y a oír una música.
Puedo recordar que en los años 70,  80 y 90 nuestra ciudad tuvo diferentes fuentes de soda, discotecas, bares y restaurantes que poblaron las noches de Valera de luces y colorido.

Voy a empezar por el Sur de la ciudad y mencionare el famoso Bowling del sector el Gianni, en donde fue sitio de reunión para comenzar a “parrandear” en las noches valeranas. Recuerdo a  los amigos desaparecidos Ernesto Vergara y Leandro Canelón fanáticos de ese lugar, juntos a Wilmer Viloria,  mi compadre Miguel Valero, su hermano Francisco, Ramón Rubio,  Luis Muñoz, Alejandro Barrios,  el recordado Panina D´Alesandro,  Pedro Torres,   Daniel y Carlos Abreu entre algunos de sus clientes.

Contaba con una excelente cancha de Bowling y mesas para jugar poll y billar,   cercano a ese lugar se encontraba la famosa Discoteca “El Gianni” en donde la juventud concurría a disfrutar de las melodías del Disco Music que estaban de moda en los años nombrados.

Pero antes de continuar debo mencionar a un sitio que quedaba en Agua Clara llamado La Viuda, que era un lugar en donde existían mesas de billares y poll, tambien se jugaba domino, que acudíamos un grupo de amigos recordando a Ernesto y a Leandro, Wilmer Viloria, Rafael Baptista, Wilman y Gabriel Avendaño, Javier Jaramillo,  David Cestari, Quique y Javier Viloria, Luis Muñoz, Miguel y Francisco Valero.

A ese lugar lo visite recientemente y está casi igual, ahora atendido por dos personas muy amables y ya casi convertido  es un club privado,  en donde acuden los mismos clientes y muy raro la visita de un desconocido.  
Recordare en el Conjunto Residencial El Murachi una fuente de soda del mismo nombre en donde acudía el valerano y sus visitantes,  a disfrutar una sabrosa cerveza, un buen trago y a llevar una agradable  conversación acompañada de los amigos y amigas. Este sitio gozaba de una amplia terraza en donde se contemplaba la Av. Bolívar muy fresca y acogedora.

Después transformado a finales de los 90 en “Pizzas al Horno”,  en donde podías degustar muchas recetas del plato italiano en un horno de leña, dándole un sabor suculento sin lugar a dudas.
Varias cuadras más abajo se encontraba otra fuente de soda muy acogedora,  que gozaba de una muy buena vista para la Av. Bolívar como era la Fuente de Soda Pacos Pub, que era sitio obligatorio para los noctámbulos valeranos a finales de los años 80 y 90, famosa por las sabrosas de sus pizzas. En los años 90 fue administrado por nuestro amigo “Lucho” Luis Emilio Muñoz.

En el mismo centro comercial teníamos el famoso “The Secret” un sitio con poca luz, necesario punto de visita para los enamorados.

Por la Av. 6 se encontraba el famoso Autolavado del amigo Juan, lugar que hoy en día parece que no hubiese pasado el tiempo. Tambien visitado por un grupo de clientes que lo convierten casi en un club privado, entre ellos Luigi Cofano,  José Emilio Tosco, Alfredo y Fernando Araujo, Juan Carlos  Alarza, José Vasallo, Sixto Méndez entre otros.

Al  seguir transitando por la Av. Bolívar,  nos encontraríamos hasta inicios de los años 80,  con el famoso restaurant El Campo, del conocido Mocho Bertoni. Según tengo entendido que ese negocio duro muchos años hasta el fallecimiento de su propietario, quien era muy amigo de mi papá y de mi tío, quienes nos llevaban a mi hermana Aura, a mis tías  y a mí a comer en ese sabroso lugar.

En el C.C. Darca se encontraba primeramente Barbarella, discoteca que fue el último grito de moda en la década de los ochenta,  que luego fue cambiada por el “Rincón de los Recuerdos”,  asiduo de los despechados y amantes de la música del recuerdo.

Un lugar que frecuentaría con mis amigos seria el conocido Jardín de Las Acacias, en donde presentaban los fines de semana música en vivo, recordando a la cantante Celi Crack, al Payaso Tuqui Tuqui, Beto Carreño y Genis Matheus, quien se vestía de charro interpretando las mejores canciones de Antonio Aguilar y Vicente Fernández.

Allí existía un sellado de caballos para las carreras en el Hipódromo que se llamaba 5 y 6 en donde concurría mucha gente.
En ese lugar se encontraba el conocido mesonero Mario, que estaba registrado en el libro Guinnes ya que podía llevar doce jarras de cervezas en sus manos. Una vez nos contó que había llegado el hijo de un conocido millonario valerano y le había dejado 100 bs de propina que era mucho dinero, cuando se acercó a los días el millonario y empresario,  el mesonero espero que le dejaran el doble de la propina dado por el hijo,  ya que el padre era él del dinero, pero solo salió con 20 bs.

Por la confianza que le tenía Mario le preguntó porque le daba tan poco,  si su hijo le daba más, contestándole el empresario que era debido a que él no tenía un padre como su hijo. 
Detrás de esa fuente de soda se encontraba la Discoteca La Cueva visitada por los asiduos danzarines valeranos en  donde podías bailar diferentes ritmos,  desde las bailables de moda,  música disco y sus esperadas baladas para pulir las hebillas.

Hay por fuerza que recordar a la Licorería del Mocho Lisandro, sitio de paso  antes de comenzar a “parrandear” en la Valera que conocimos, para “proveerse” de la botella. Ese lugar atendía hasta altas horas de la madrugada.

De obligatoria asistencia para el disfrute de sus famosas pizzas y buena gastronomía  se encontraba la famosa Terraza, con una excelente vista hacia la Av. Bolívar que todavía en los tiempos actuales existe como la Pérgola.
No debo dejar de mencionar a “Casa Vieja”, excelencia de la gastronomía criolla en la ciudad, en donde compartí con mi compadre Leandro Canelón y sus cuñados Jorge y José Luis.

Dos cuadras del mencionado sitio se encontraban la discoteca “Green Garden” que duro muchos años y al pasar el tiempo sería el primer Night Club de la ciudad,  conocido como el Molino Rojo que haría la delicia de los valeranos.

En la calle 14 hacia la Av. Bolívar se encontraba un lugar que primero se llamó “Tacos Mexicanos” y luego “Albastro” que fue muy nombrado por mi buen amigo Alexis Berrios en su excelente libro “Otra Valera” y muy visitado por otro amigo que ya nos abandonó; el Poeta Javier Abreu de quien siempre lamentaremos su partida.

Varias cuadras más abajo, pero en la Av. 6, existía un lugar que se llamaba La Gran Cervecería en donde se servían unas sabrosas parrillas, atendido por su dueño Francisco Suarez y Luis. Muy visitado por grandes conversadores como el finado Napoleón Jiménez, Marco Ribas, Ramón Alberto Rubio y su papá el recordado “Moncho”,  Javier Jaramillo; los hermanos Estrada, el Alguacil Wilmer Viloria y sus hermanos Luis, Reinaldo, Nelson, Enrique Abreu para nombrar alguno de los asiduos trasnochadores que llegaban a ese sitio.

Si no me equivoco todavía en estos tiempos este lugar es abierto al público,  atendido por los hijos de su propietario.
Evoco un lugar que duró poco tiempo en la ciudad que se llamaba “Sexta Avenida”, que recuerdo que cada vez que uno se tomaba una cerveza,  le colocaban pasapalos;  tres sardinitas fritas, naturales o un consomé de pescado. Se podía decir que era uno de los únicos sitios que aplicaban esa política.

En ese lugar llegaba mi buen amigo Carlos Lucena que era supervisor de la Cerveza Nacional y nos enviaba a la mesa la media jarra que era emblemática en ese tiempo, pero producía un gran ratón que nosotros con cortesía evitábamos para no herir la susceptibilidad del amigo.

El centro de la ciudad de Valera era pleno de lugares nocturnos de diferentes tipos y colores en las diferentes épocas de los años 70,  80 y 90. Puedo recordar  “El Tequendama” del famoso chef de cocina Miguel Peña que era muy conocido  por su “Ají el Betijoqueño”, quien una vez le contó a mi papá   que su conocido picante llego a Caracas,  logrando que el mismo Presidente de la República Rómulo Betancourt lo enviase a  buscar a Valera para que le preparara un almuerzo de gala. Contratándolo después cada vez que lo necesitaba.

El Bar “El Conticinio”, muy reconocido por los adoradores de la noble caña y entre ellos podemos citar a Don Luis González y mi amigo Hugo Dubuc, quienes eran asiduos visitantes de ese lugar, entendiéndose que era sitio de reunión de periodistas y escritores, que fue reconocido por lo suculento de sus espaguetis y pastichos.

Frente al hoy Centro Comercial Edivica acompañaba a mi papá  Jesús Rosario Magi,   a un cafetín que no recuerdo el nombres, que era muy emblemático en la ciudad que tenía unos burros disfrazados de charros mexicanos, en donde uno se sentaban en unas sillas giratorias;  que yo como niño gozaba un puyero;  dando vueltas en los asientos.

Ahora antes de pasar por las fuentes de sodas, discotecas que existieron en el C.C. Edivica,  voy a mencionar unos sitios emblemáticos de la ciudad en donde se podía degustar las sabrosas arepas que llevaba por nombre “El Bulevar”; que según mi amigo Hermes  González;  fue decano en las areperas de Valera.

Ese lugar quedaba en la Av. Bolívar con calle 12, trabajaba hasta el amanecer y era de pase obligatorio cuando terminabas de parrandear.
Llegamos al C.C. Edivica en donde se encontraron la Tasca de La Verna, el Bodegón del Caudillo y la Fuente de Soda de La Verna, quienes reinaron por muchos años en el centro de la antigua Hacienda San Rita.

Fueron sitios que brillaron y fueron muy buenos negocios para sus dueños que desaparecieron al pasar los años.
La Fuente de Soda La Verna era un sitio bastante emblemático para poder ver la vuelta a Trujillo, en donde no dejaba de estar mi compadre Miguel Valero y Manuel Goncalvez.

En la calle 9 se encontraba, según me contó Frank Ramírez del Concejo Municipal de Valera; amigo de la dulce y nombre caña en esos tiempos, asiduo noctambulo de la época, sobre la conocida “Oficina” en donde los visitantes del centro de la ciudad podían tomarse una fría cerveza para calmar el calor.

Me nombro otro negocio más abajo llamado El Estero, que creo que todavía se mantiene en la urbe valerana.
Recuerdo el Trieste, restaurant que hizo historia en Valera, igual que el Bar Aurora, sitio de encuentro de los italianos, en donde se podían ver todas las noches desde las 7:30 hasta las 10:00 de la noche de lunes a domingo, únicamente 25 y 31 no asistían los paisanos de Garibaldi a ese sitio de reunión.

Ese lugar fue famoso por sus parrillas argentinas que más nunca las volví a ver en la tierra de Mercedes Díaz.
Tambien el amigo Frank  refirió otra Fuente de Soda, él cual no recordamos su nombre, que quedaba en el local en donde ahora funciona la Panadería la Estrella que  tenía una decoración muy bonita, que duro poco en la ciudad.

En la calle 8  se encontraba el Arepazo el Pollo, sitio también emblemático de la ciudad en el aspecto de comida rápida, que después se convirtió en una fuente de soda en donde no se vendía licor  con todo el tipo de jugo y limonadas frapee, con ambiente de discoteca y a finales de los 90 fue una tasca con todas la de la ley.

En la calle 8 con Av. 5 y 6 se encontró por mucho tiempo el Bar Los Médanos, sitio para solteros en donde bailaban hermosas mujeres que era muy visitado.

Ya en el sector la Plata se encontraban varios negocios emblemáticos como “Pollos a la Broster”; que todavía existe, con el mismo éxito de aquellos tiempos con su especialidad en parrillas y en aves, El Chupulum, las Vegas y  la Central, el temible Triangulo de las Bermudas del  libro “Otra Historia” del conocido docente universitario Alexis Berrios.

Finalizó  con los  último centros de reunión de los adoradores  del Dios Baco, que fue el Ipso Facto y la Fuente de Soda La Estancia: sitio de reunión de los jóvenes de las Platas III y IV;  que duraron y quedaron como los otros nombrados en el corazón de todos los valeranos que somos protagonistas de esos años.

Foto 1: Valeranos compartiendo en la noche nocturna de la ciudad.

Foto 2: El famoso Mario, con sus jarras que le hizo ganar en el libro de Record.

Foto 3: El Mocho Lisandro.

Foto 4: El Restaurant y Fuente de Soda El Conticinio.

lunes, 28 de mayo de 2018

FOTOS DE VALERA I PARTE

ANTIGUA CALLE DE VALERA

AV. 11, ESQUINA CALLE 9. ANTIGUO CINELANDIA

ANTIGUO LLANO DE SAN PEDRO, EN ESTOS TIEMPOS ES LA PARROQUIA MERCEDES DÍAZ. PLAZA SAN PEDRO.  



AV. 5 ENTRE CALLES 11 Y 12.

CALLE 10 ENTRE AVENIDAS 6 Y 7. ANTES DE SER CONSTRUIDA LA AV. BOLÍVAR.

HOSPITAL NUESTRA SEÑORA DE LA PAZ

HOSPITAL NUESTRA SEÑORA DE LA PAZ

AV.10 CON CALLE 13 AÑOS 70.

viernes, 25 de mayo de 2018

LA GENTILEZA DEL VALERANO


Transitando Nuestra Historia

José Rosario Araujo
La gentileza y el don del gente de los habitantes de la urbe de Mercedes Díaz fue bastante significativa y representativa de lo que éramos como personas  y era esos dones parte del gentilicio que nos caracterizaba.

Puede; desde muy niño; conocer personas que para mí fueron parte  de esos dones que teníamos. La ciudad de Valera acogió muchas personas que llegaron  tanto de pueblos  vecinos como de estados cercanos, que se adaptaron y asumieron  costumbres valeranas.

Un claro ejemplo de gentileza valerana la tengo que citar en tres personas que para mí eran exponentes de aquella Valera que se nos fue y estas personalidades  se fueron con ella.
Una persona que debo citar por la que guardo un grato recuerdo es a Diego Hidalgo, con él que tuve una gran amistad. Fue el padrino de mi hijo Luis Eduardo y desde su negocio La Democracia, situado en la calle 14 con Av. 8 derrocho a los valeranos gran gentileza y respeto con muchos años de trabajo.
Pude ver todo el aporte comercial que este hijo de Boconó repartió por tantos años. Funda un sólido hogar con su esposa Erenia  y sus hijos.

Fue un hombre lleno de respeto y esa palabra condujo su vida hasta bien entrados los años, ya que Diego Hidalgo vivió hasta los 105 años.
Recuerdo La Democracia con su reparto a domicilio en bicicleta y lo complaciente y educado de Don Diego con sus clientes. Uno llamaba. Tomaban el pedido y te lo llevaba un repartidor en flamante bicicleta.

Me conto mi compadre que él había llegado de   Boconó a Valera a principios del siglo pasado llegando a laboral  con la casa comercial  Muchacho Hermanos,  donde trabajo varios años hasta que llego a fundar su propio negocio,  que primero estuvo situado en la av. 10 que era la calle Comercio de la urbe valerana y luego a su sede de tantos años en la dirección que ya mencione.

Desde mi punto de vista, Don Diego, fue  el último caballero de la ciudad de Valera. Había que ver como ese valerano trataba a las personas, con que respeto y caballerosidad. Hidalgo sentó cátedra de respeto y de hombría de bien y me siento orgulloso de haber contado con su amistad, además de haber sido su compadre. Mi hijo Luis Eduardo siempre lo recuerda; como lo llamaba Toyer y sin lugar a duda influyo en él.
Otra de las personas que recuerdo como un gran caballero valerano, del cual no sé de donde era oriundo,  fue  Hugo Dubuc, el cronista sentimental de Valera, que lamentablemente murió atropellado por un carro.

Siempre se veía por las calles valeranas,  siempre regando amistad y respeto. De Hugo tengo los mejores recuerdos. Fue mi amigo a pesar de la diferencias de edad y creo que muchos personas lo pudimos llamar asi.

Siempre que escucho el  poema de Antonio Machado “Caminante no hay camino, se hace camino al andar”  recuerdo a Hugo. Ese poema  interpretado  por Joan Manuel Serrat que utilice de tema en un programa que hice en Radio Valera,  cuando le rendí un homenaje a los pocos días de su muerte en el año 2006.

La muerte de Hugo fue lamentada por mucha gente y dejo un gran vacío en Valera ya que no contaríamos con su simpatía y don de gente.
El ultimo que voy a mencionar es el conocido poeta Antonio Pérez Carmona, nacido en Escuque, pero que por muchos años lo vimos transitando las calles de la ciudad. Siempre he pensado que conocer la obra del poeta Pérez Carmona  es imprescindible para los que sentimos a nuestro querido estado Trujillo.

Mucho compartí con él en la Librería Don Quijote en los años 90, donde puede escuchar sus anécdotas y grandes conocimiento sobre la historia trujillana y valerana.
Lo conocí desde hace muchísimos  años y fue amigo mío  como lo fue  su hijo Lenin. Siempre recordare cuando cercana su muerte me dijo que las torturas que le hizo la Seguridad Nacional le estaban pasando factura.

El poeta tambien es parte de esa Valera que debemos recuperar, es muy necesario ya que esa fue la época del respeto y la querencia por nuestra tierra que nos urge recuperar.




viernes, 18 de mayo de 2018

SE REALIZÓ FIESTA DE LA CRÓNICA TRUJILLANA

Informó el Lcdo. Yherdyn Peña
José Rosario Araujo. El Lcdo. Yherdyn Peña nos informó del evento que se ha llamado  la fiesta  de la Crónica Trujillana que se está celebrando en el marco de la clausura  de la I Cohorte del Diplomado de Cronistas Comunales  y la apertura de la II Cohorte del Diplomado de Cronistas Comunales  “Mario Briceño Iragorry” que  se realizó el pasado 5 de mayo en la Biblioteca Pública de la ciudad de Trujillo.

Explico que este evento se llevó de la mano con el Centro Nacional  de Estudios Históricos que depende del Ministerio de la Secretaria  de la Presidencia de la República y tiene una acreditación académica ya que esta institución forma parte de organizaciones de índole académica.
Peña se mostró muy complacido con el evento,  en donde se ha compartido   con expresiones culturales como  cantos, con crónicas de algunos compañeros que realizaron  a lo largo de este diplomado.

Anunció que se  presentaron   algunas obras realizadas por autores trujillanos como “Santa Ana de Trujillo, Remembranzas de un Poblado”; a cargo de la Prof. Flor Azuaje, Proyecto de la Mano con el Centro Nacional de Estudios Históricos “Historia Regional desde las Voces de los Habitantes del Estado Trujillo”, “Sala Cartográfica para la Consolidación del Estudio Geo histórico en los estudiantes del proyecto de Ciencias Sociales de la UNERMB” de los profesores Jofred Linares y Edwing Cuevas y Conociendo Valera del periodista José Rosario Araujo.   
 
Dijo que también está participando la Red de Historia, Memoria y Patrimonio, además del Laboratorio de Ciencias Sociales y Productivas   del Estado, La Universidad José María Baralt y otras organizaciones y personalidades que tienen que ver con el quehacer de la historia trujillana.

Agradeció la presencia de un gran docente universitario  trujillano como lo es el Dr. Juan José  Barreto de la Universidad de Los Andes  y del Centro de Investigaciones Literarias y Lingüísticas  Mario Briceño Iragorry, facilitador de este diplomado, de la misma manera agradeció  Peña a Edgar Barreto quien desde un inicio ha contribuido con este diplomado.

Finalizó diciendo que se le entrego un reconocimiento al Maestro insurgente Luis  Emilio “Chipi” Pineda que tiene 42 años con el Grupo “Chimiro” que ha generado una participación cultural y social importante en la población trujillana.

Foto 1 y 2: Participantes a la  Fiesta de la crónica Trujillana.

Foto 3: El Prof. Jofred Linares se dirige a los presentes.

Foto 4: Entrega de diplomas a los participantes de la I Cohorte del Diplomado de Cronistas Comunales.

jueves, 3 de mayo de 2018

ALGUNOS HECHOS RELIGIOSOS Y COMUNITARIOS EN VALERA


José Rosario Araujo
La parroquia San José comenzó con la construcción de una capilla, ya en el año de 1956 el Padre Andrade comenzó la construcción de un Santuario, dirigido por el Ing. Antonio García y los planos realizado por el Ing. Homero Zanichelli.
Un año después fue inaugurado y erigida la Parroquia por Mons. Camargo, Obispo de Trujillo. Esta Parroquia está comprendida Las Delicias, Lazo de la Vega, La Ciénaga, Santa Rosalía, Pueblo Nuevo entre otras.

Refiriéndonos al Vía –Crucis de la Iglesia San Juan Bautista, podemos decir que fue realizado por destacados artistas italianos. Está conformado por catorce cuadros en alto relieve, tallados en madera y pintadas las figuras en colores naturales. Cada cuadro está decorado con oro de 22 quilates con una altura de dos metros.
Consta igualmente en cuatro vitrales colocados en las naves laterales del templo representando la Santísima Trinidad, el patriarca Abrahán, el profeta Elías y Moisés. Cuando llegaron tenían un costo de cinco mil bolívares cada uno.

El Parque de Hombres Ilustres, conocido como Parque Los Ilustres fue construido en el año de 1957 con un costo de 124.260 Bs, siendo Presidente del ayuntamiento local Juan Abreu en un terreno de siete mil metros cuadrados donado por Jacobo Araujo. Las rejas las hizo Antonio Blanes por 20.434 Bs.

En el año de 1928. Fue fundado el colegio “Madre Rafols” de las monjas de Santa Ana era de carácter privado dedicado a la enseñanza de jóvenes féminas. En los tiempos actuales es un liceo para ambos sexos de gran aceptación por la colectividad valerana.

La ciudad de Valera ha tenido 6 cementerios, sobreviviendo el que conocemos a la salida de Valera hacia la población de Escuque. El primer cementerio de la urbe valerana estaba donde se encuentra en templo de San Juan Bautista, el segundo en la vía hacia Motatán y el ultimo en la calle 9 en los terrenos de un señor llamado Jesús Matheus, más abajo del Hospital Nuestra Señora de la Paz.

El actual cementerio fue decretado por Mario Scrocchi, presidente municipal en 1923. El terreno fue vendido a la Sucesión Vetancourt y Antonio Medicci Romani. Fue construido por Carlos Call por la cantidad de 26.441,80. A principio del año 40 el Gral. Víctor Manuel Baptista compro al Baldovino Medicci D´Alta por 90.000 Bs un terreno adyacente.

Foto 1: Iglesia San Juan Bautista.

Foto 2: Acto religioso en la Iglesia San José

LOS OTROS BRICEÑO

  Una Mirada a Nuestra Historia José Rosario Araujo No solamente Antonio Nicolás Briceño, el hijo del Doctor Briceño, el Abogado, fue el...