martes, 15 de agosto de 2023

LOS OTROS BRICEÑO

 Una Mirada a Nuestra Historia

José Rosario Araujo

No solamente Antonio Nicolás Briceño, el hijo del Doctor Briceño, el Abogado, fue el único de sus descendientes quien peleo en nuestra Guerra Emancipadora. Varios de sus hermanos fueron destacados combatientes y esforzados políticos en la gesta para logra nuestra Independencia.

Quizás ha sido poco difundida la actuación de los otros Briceño, pero es obligación  como historiador y trujillano  reseñar la participación de estos ilustres paisanos.

Comenzaremos por Domino Briceño; quien es el más conocido de todos; quien curso estudios con su hermano Antonio Nicolás, de Filosofía y Derecho Civil en los años comprendidos entre 1793 a 1800.

Después de graduado como abogado se radicó en Maracaibo, cansándose con Ramona Carmona y cuando muere su padre , retorna a Mendoza haciéndose cargo de la hacienda Santo  Domingo.

Su carácter violento lo hizo participar  en los suceso de 1810 y descubierto por las autoridades españolas tuvo que huir a Trujillo, pero fue detenido en 1812 y enviado a cumplir condena en Puerto Rico.

Solamente un año los muros de la cárcel pudieron contener a Domingo y para el año de 1821 fue el encargado de la liberación de Maracaibo. Era un hombre muy culto, gran conocedor de las artes y de la historia, destacado lector de los clásicos griegos.

Para 1820 era Teniente Corregidor y Auditor de Guerra de Maracaibo, Diputado al Congreso de Cúcuta el año siguiente y en 1831 es Gobernador de Maracaibo.

En 1865 cuando era Munícipe en Caracas el Concejo Municipal se negaba a colocar la foto de Andrés Bello  por la difamación de haber sido un delator irrumpió el trujillano con su voz de protesta para reivindicarlo.

Gabriel Briceño fue un hijo del segundo matrimonio del Abogado y muy conocido por los valeranos ya que estuvo presente el 25 de agosto de 1818 cuando los hijos Mercedes Díaz ratificaron la donación de los terrenos para construir una capilla que dio inicio a la parroquia San Juan Bautista de Valera.

Este trujillano de Mendoza Fría tuvo la tarea de delinear las calles de la recién urbe, además se destacó como político ya que fue  Representante por la Provincia de Trujillo al Congreso Constituyente de la Gran Colombia.

Había nacido el 11 de septiembre de 1793  y murió por una fiebre amarilla que contrajo en Maracaibo en 1822 a los 29 años.

El otro hermano José Ignacio, también se inició desde muy temprano en la causa de la Independencia, para el 8 de octubre de 1811 fue nombrado representante al Congreso Constituyente de Caracas.

 Cuando cayó la Primera República huyó a Puerto Rico y regreso en 1813, después el año siguiente fue expulsado y no regresó a su Patria, quedándose en Puerto Rico donde ejerció su profesión de abogado.

Francisco Javier, fue uno de los  hermanos mayores de los Briceño, hijos del Abogado,  comprometido con la Causa   Emancipadora busco en la ciudad de Mérida armas y pertrechos para asaltar la ciudad de Maracaibo. Fue expulsado por el Obispo de esa ciudad por haber dado a conocer la obra “Los Derechos del Hombre”.

Fue desterrado en 1813  a Puerto Rico y regresa para  luchar junto al Libertador en la Campaña Libertadora, luego se une a Páez y en la campaña de Apure pierde la vida.

Pedro Fermín Briceño fue el hermano mayor de estas pléyades de héroes y fue representante el 9 de octubre de 1810 junto a Roth en  el Ilustre Ayuntamiento, siendo Vocal de la Junta Revolucionaria. Participó junto a su hermano Francisco Javier en todos los acontecimientos  patriotas en la provincia trujillana, hasta que es detenido y enviado   a Puerto Rico donde se fuga con su hermano Domingo.

Para 1813 es detenido por Monteverde y sale en libertad. Continuó luchando en la guerra emancipadora, es herido en Araure.

Indalecio prototipo del patriota fanático, cursó leyes como su hermanos y su padre, pero no quiso recibir el título académico. Fue un combatiente destacado en diferentes enfrentamientos, pelea junto a Páez en las diferentes acciones en Apure, brillo por su valor en Mata de Miel, San Fernando, el Yagual,  Mucuritas y Achaguas. 

Participó junto a Bolívar en la campaña de Nueva Granada y en el Sur con Sucre, en donde cansado de su peregrinar guerrero se queda en el Cuzco uniéndose  a una peruana. Era noble, valiente, jugador y amante del bello sexo, muy desprendido y un republicano exagerado y fanático.

Aunque Juan Pablo Briceño Pacheco no fue hermano de estos trujillanos, fue su primo y  cuñado, ya que se casó con María Ignacia Briceño.

En el Movimiento Revolucionario de 1810 en Trujillo formó su Junta Patriótica, siendo uno de sus vocales. Fue como representante al Congreso Constituyente  por Trujillo en 1811.

Fue uno de los emigrantes del año de 1814, fue destacado combatiente en el sitio de Cartagena,   luego uniéndose al General Páez en los combates de los años 1816 y 1817, donde fue muerto en la Campaña de Apure.

Así fue la vida la vida de estos trujillanos, que se destacaron en la Guerra de Independencia, una familia que dio su sangre y sacrificio para que fuéramos libres.

FOTO 1. Coronel Antonio Nicolás Briceño.



FOTO 2. Domingo Briceño.

 

LA EPILEPSIA DE PAÉZ

 José Rosario Araujo

El Centauro de los llanos, José Antonio Páez,  sufría de ataques de epilepsia con alguna frecuencia y la historia cuenta que por poco la mejor lanza del mundo, como lo llamó Bolívar, no pierde la vida en la decisiva Batalla de Carabobo.

Se decía que muy niño José Antonio había sido mordido por un perro hidrófobo y un tiempo después también fue mordido por una culebra y esto generaría esta cruel dolencia que lo acompaño hasta muy avanzada su edad.

 En varias acciones el llanero sería afectado por el mal  y en su biografía narra que cuando se iniciaba el combate, comenzaban los primeros tiros, se apoderaba del centauro una excitación nerviosa que impedía que pudiese lanzarse contra el enemigo, ya que sus  compañeros lo retenían debido a su postración.

En el combate de Chire, en 1815, cuando Páez recibe la orden de atacar a las  tropas de Calzada, estando listo, se le acerca uno de sus ayudantes que había ensartado con una lanza una culebra  y se la muestra diciéndole: ¡El primer enemigo muerto en el campo de batalla!

El lancero no conocía la fobia de Páez por las serpientes a pesar su valor a  toda prueba, eso produce que el centauro se le presente el mal.

 El jefe llanero no puede continuar, sus hombres le echan agua en el rostro y se repone cuando los suyos se retiran derrotados. Asume el mando, pelean de nuevo y ganan el combate, mientras sus tropas se reparten el rico botín, Páez como sonámbulo, lanza en ristre busca al enemigo.

 Al llegar la noche divisa las luces de las fogatas del campamento patriota, donde es ovacionado  por sus hombres que pensaban que había sido muerto o capturado.

En la acción del Yagual un año después, es víctima de la dolencia, se encuentra el General  Urdaneta a su lado y conociendo como se le amaina la dolencia al centauro, usa  el único barril de agua con que cuentan para enfriar el cañón, vertiéndoselo poco a poco con un tricornio.

 El caudillo  llanero se recupera, monta en su caballo y con espuma en sus labios se une al combate. En la batalla de Ortiz  en 1818, cuando la infantería de Bolívar es destruida por el enemigo realista, pueden salvarse las tropas patriotas por Páez y sus lanceros que cubren la retirada, después de varias cargas de caballería José Antonio se desmonta, sintiéndose mal por el ataque de epilepsia.

El Coronel británico  English es que ahora le toca lavar el rostro del llanero, después que este en el combate ha ensartado con su lanza  a treinta y nueve enemigos.Cuando son derrotadas las huestes del Libertador en el Trapiche de Gamarra, Páez tiene que realizar prodigios, a pesar de lo accidentado del terreno,

En la acción, en uno de los choques le acomete el mal y sus soldados tienen que sacarlo del campo de batalla,.

¡Mi lanza! ¡Donde está mi lanza!  Grita cada vez que le da la dolencia y recupera la razón.

En la jornada gloriosa de Carabobo, la Primera División con su jefe a la cabeza  atacan al Valencey que se retira en perfecta formación de cuadros, dirigidos por El Moro; el Coronel Tomas García; al llegar a la quebrada Carabobo el lancero inmortal sufre el ataque y queda sin sentido en plena carga, no lo matan ya que un lancero realista llamado Antonio Martínez, monta a un prisionero patriota en las  ancas del caballo de Páez, para que lo devuelva a las filas republicanas. El patriota nunca supo la razón que este hombre lo salvara, ya que había sido soldado de Boves.

 Al restablecerse encuentra frente a frente con Bolívar, quien sonriente lo abraza, ascendiéndole al mayor grado de sus ejércitos: General  en Jefe.

Esta terrible dolencia del patriota se agregaba la creencia de que la carne de pescado al comerla se convertía en su estómago en carne de culebra.

Avanzada la edad en el llanero no logra extinguirse la fobia hacia ese tipo de reptiles y en la superstición mencionada, ya que en Nueva York, al final de sus años, es invitado a comer y le sirven pescado y acede a comer, produciéndole el ataque de epilepsia. Eso se repite otra vez  produciendo las terribles convulsiones.

A los ochenta años es llevado por un amigo; que desconocía la fobia del llanero a los reptiles; a un museo. Al venezolano se le presenta la crisis y es atendido por el Doctor  Beales; celebre médico que es su amigo.

El galeno le sorprende que Páez grite que unas culebras le comprimen el pecho y todo el cuerpo,  Beales le asegura que no hay reptiles alrededor de su cuerpo, pero al nombrar la palabra “culebra” al anciano le aumenta  la crisis, que le pasa a los minutos volviendo a la normalidad.

 El Centauro  fue un hombre de gran valor, su valentía  era sobrenatural y eso fue probado en los diferentes combates que participó, ejemplo la toma de las Flecheras, las Queseras del Medio,  la batalla de Carabobo por mencionar algunos enfrentamientos, pero esta dolencia y la fobia hacia las culebras lo acompañó toda su vida.

 

 

CONOCIENDO AL GRAL. AREVALO CEDEÑO

En las  páginas heroicas de nuestra historia

José Rosario Araujo

Es necesario que como venezolanos conozcamos nuestra historia, para sentirnos orgullosos de ella,  que está plagada de hombres insignes, valientes y bragados que dieron todo en la lucha por la libertad.

Cuando estaba casi un niño pude leer “El Libro de mis Luchas” que es la biografía de aquel insigne luchador en contra de la tiranía de Juan Vicente Gómez, como lo fue Arévalo Cedeño que escribió en 1936 al  retornar  a Venezuela

En mi búsqueda en nuestra historia me topé con este hombre pequeño de estatura pero de una  grandeza de coraje,  en la lucha contra la feroz dictadura que asolo nuestra Patria desde el año de 1908 hasta 1935.

Cedeño fue un hombre polifacético, a temprana edad al ser cerrado el Liceo donde estudiaba decidió recorrer los llanos realizando diferentes actividades  como comerciante de frutos y de animales, como insipiente periodista en sus  periódicos  “Titan”, con su imprenta en Altagracia de Orituco, ejerciendo el oficio de bodeguero por corto tiempo por la desaparición de su negocio por un voraz incendio, finalizando con el oficio de telegrafista que dómino plenamente.

Conseguimos en la historia del principio del siglo XX en nuestro país,  la figura del llanero levantándose en la resistencia contra Juan Vicente Gómez con su gesta de rebelde entre 1915 y 1933 en donde invade siete veces Venezuela desde el Arauca.

Arévalo Cedeño es reconocido por personajes de la lucha antigomecista como José Rafael Pocaterra  de que “es  la única esperanza que si esa chispa revolucionaria se extingue tendremos que olvidarnos de Venezuela hasta que el cáncer o una disentería acaben con Gómez…”

Delgado Chalbaud admiraba la tenacidad y sus  energías, reconociéndole que era un hombre de méritos.

Después de la fracasada invasión del Falke Pocaterra manifestaba que era el único hombre que es capaz dentro de la oposición contra Gómez es capaz de encabezar un movimiento revolucionario eficaz.

Su temprana lucha contra el régimen gomecista comienza desde que es atropellado cuando pretende vender una manada de caballos y le es anunciado que solamente se los podrá vender al representante de Gómez, pagándole a su conveniencia porque si no se arriesgaba a dar con sus huesos a las mazmorras del régimen y la posibilidad de pagar con su vida.

Para poder enfrentarse al régimen con las armas en las manos, Cedeño decide aceptar el humillante negocio para luego abandonar su hogar para levantarse en guerra contra el tirano de la Mulera. 

Es destacada en su vida revolucionaria la toma de San Fernando de Atabapo, capital del Territorio Federal Amazonas en donde manda el peor tirano que ha asolado Venezuela,  que era Tomas Funes,  que en ocho años de mandato había asesinado más de 400 personas, robándoles sus bienes apoyando por un grupo numeroso de asesinos con que protegía sus vastos territorios millonarios en balata.

Arévalo en nombre de la Vindicta Pública    fusila al asesino que junto a Eustoquio Gómez y Pérez  Soto eran los pilares del Gomecismo.

De la misma forma venció varias veces las fuerzas militares de Gómez en diferentes acciones en donde se destacan el combate de Santa María de Ipire en donde venció a una fuerza mayor diez veces que la suya,   comandadas por un Gral. Manuel Sarmiento que era el Presidente del estado Guárico, derroto al Gomecismo en Rio Negro, Guasdalito, Campo Alegre, Cenizas Cuchivero, Bruzual, Lezama, Acarigua, Araure y Turen.

Lo emblemático de estas rebeliones era que Cedeño como telegrafista que era,  enviaba mensajes a Gómez desafiándole. Utilizaba  uno de los instrumentos comunicacionales más importantes de la época,  como lo era el telégrafo manipulando  la señal “treintiuno”, que era el distintivo de los telegramas para Gómez.

Se le reconoce en Cedeño la inspiración del Libertador Simón Bolívar ya que en todas sus proclamas  usa sus frases en sus manifiestos. Reconoció crudamente la cobardía del pueblo venezolano que no lo quiso acompañar  en sus combates,  siendo traicionado varias veces, convirtiéndose en un hombre solitario en su lucha contra la dictadura de Juan Vicente Gómez.

En sus viajes buscando ayuda económica para invadir Venezuela para acabar con la dictadura gomecista,  se enfrenta con hombres que tienen la revolución como un negocio, sufre un calvario buscando dinero en Francia, Inglaterra y La Habana.

Se entrevista con figuras de la oposición a Juan Vicente Gómez como José Rafael Pocaterra, Gral. Román Delgado Chalbaud y Rufino Blanco Fombona no llegando a nada con estos líderes revolucionarios.

En sus luchas trato de liberar a estudiantes desafectos de régimen que trabajaban en la carretera de los llanos, haciéndosela imposible la acción por el cerco militar que se levantó en la zona para frustrar el raid.

Recorrió selvas y sabanas perseguido por las fuerzas militares del dictador de Guárico, Bolívar, Anzoátegui, Apure y Monagas con camiones llenos de tropas para combatir uno de los últimos hombres de a caballo que se enfrentaron al régimen que asolo nuestro país por tantos años.

La recompensa por su captura fue de un millón de bolívares que era una cantidad demasiada grande para la época,  en donde la lucha antigomecista se cundía de desaliento  ya que casi se admitía que era imposible derrocar al dictador.

 En 1931 realiza su séptima y última invasión a Venezuela en El Cubarro en donde le produjo grandes bajas a las fuerzas del gobierno en los enfrentamientos en Lezama, Bolívar y en el hato de Las Mercedes.

Se retira por el río Caparo, cruza el Alto Apure, saliendo por El Arauca hasta salir al Mar Caribe,  con la intención de llegar a tierra firme para combatir las fuerzas gomecistas de los  Coroneles Meléndez de Apure y  de Sánchez de Bolívar.

En ese combate le matan al caballo, salvándose milagrosamente  por la ayuda de uno de sus oficiales,  siendo derrotados teniendo que huir a Barranquillas rumbo a Costa Rica iniciando  un recorrido  por el Perú, Jamaica, Martinica, Guadalupe, Santa Lucia y Puerto Rico,  hasta que el 18 de diciembre de 1935 recibe una llamada de su amigo el doctor Rafael Ernesto López, quien le anuncia la muerte del dictador de La Mulera.

El régimen del Gral. López Contreras lo invita para que vuelva al país  y regresa a su tierra el 15 de enero de 1936, después de 23 años de lucha contra la más feroz dictadura que asolara nuestro país.

Cedeño fue senador por Guárico y luego Gobernador de ese estado llanero en donde realizó una política a favor de los agricultores con la instalación de molinos de viento para obtener agua, realizó la apertura de vías de comunicación para facilitar la conducción de la producción agrícola y pecuaria y creo instituciones educativas como el Liceo “Juan Germán Roscio” de San Juan de los Morros.

Falleció el 19 de mayo de 1965 a la edad de 83 años.

domingo, 23 de julio de 2023

KAYBIL B'ALAM, EL DE LA FUERZA Y ASTUCIA DE DOS JAGUARES

José Rosario Araujo

Los guerreros aztecas y mayas fueron implacables al enfrentarse a la invasión que venía de  Europa, existieron grandes combatientes que se destacaron en esta lucha por la libertad de su tierra.

Uno de sus combatientes más destacados fue Kaybil B'alam que en la lengua indígena Mam significa “el que tiene la fuerza y la astucia de dos jaguares, fue  el príncipe del imperio  Mam de la dinastía Akita.

 Este reino se encontraba ubicado en lo que es el municipio de  Huehuetenango, en Guatemala y su príncipe debía estar a la altura de sus antecesores, que se caracterizaban por su rectitud moral, tenacidad, honor, valor y sacrificio y  este debía pasar por una serie de pruebas para demostrar si era digno al trono.

 En una de las pruebas Kaybil B'alam le toco recorrer una gran distancia, siendo perseguido por los miembros de una unidad Quachinq, un grupo de elite de guerreros del reino, pero el príncipe era un experto en las técnicas de  guerra, de supervivencia y cacería y no se le hizo difícil superar la prueba.

 El valiente combatiente había iniciado su entrenamiento en una  elite de combatientes de la guardia real del imperio, que eran dejados afuera de la ciudad fortaleza del reino  y tenían que realizar un viaje que duraba un mes, sobreviviendo con pocos alimentos y equipajes, perseguidos por los guerreros mencionados.

 Los que eran capturados eran sometidos a la burla y  al desprecio de sus compañeros y expulsados del grupo de guerreros.

Durante el entrenamiento, aprendían a caminar y moverse sin dejar huellas. Aprendían a guiarse por las estrellas y orientarse por marcas en los árboles y las sombras.

Se cree que Kaybil B’alam, nació en abril de 1492.

La invasión española llega en 1525 y estaba capitaneada por Gonzalo de Alvarado y su hermano Contreras y debido al ataque extranjero los habitantes se refugiaron en una ciudad fortificada de Zaculeu, en donde era posible una defensa importante.

El invasor español propuso a la comunidad Mam que se rindieran, pero el caudillo no respondió, ellos  querian conquistarlos y fueron guiados por un traidor llamado Sequechul, rey K'iche, que tenía la baja intención de vengarse de Kaibil, quien proponia la quema de los invasores en Utatlán, ese desquite le había costado caro al guerrero, ya que las represalias le costaron la vida a su padre.

 Zaculeu después de resistir un mes y medio, se tuvieron que rendir por falta de alimentos, despues de esto los invasores fundó una nueva ciudad, que se situó a cinco kilómetros de la antigua capital Mam, dejando a Zaculeu abandonado.

Balam le tocó rendirse cuando cayó la ciudad, pero huyó con 120 duros combatientes hacia la Sierra de Cuchumatanes donde realizan una tenaz resistencia a los españoles en  guerra de guerrillas con   firmes  emboscadas que  le  hicieron  la vida un infierno a los invasores.

 Kaibil Balam dice una versión de su leyenda que fue traicionado por un hermano menor que se llevó  con engaños a escondidas  a la mujer que el héroe amaba,  pero los dioses convirtieron en piedra a los traidores que son  las famosas piedras de Captzin.

Otra leyenda narra que Kaibil nunca pudo ser capturado ni muerto por los invasores ya que era inmortal, su espíritu continuó vagando por la Sierra.

El lema del caudillo fue inmortalizado por los soldados de elite los Kaibiles del Ejército de Guatemala: “Si avanzo, sígueme. Si me detengo, aprémiame. Si retrocedo, mátame”.

 Pero la resistencia liderada por Kayb’il B’alam, el último gobernante, fue engrandecida y aplaudida por quienes lo seguían.

Nunca se dio por vencido después de tanto batallar, en  Huehuetenango en Cerrito cayó muerto, pero quedó en el corazón de sus paisanos por dar la vida para defender su territorio, el territorio Mam.

¡Honor y gloria para los guerreros que con valentía enfrentaron la invasión que venía de Europa que termino después de una brava resistencia con su raza bravía!

 Extraído del libro "El Camino de la Espada" de José Rosario Araujo.

LOS CORSARIOS EN LA GUERRA DE INDEPENDENCIA

José Rosario Araujo

Primero que nada debemos entender que significa Corsarios para  poder entrar en la historia de estos hombres y cómo participaron en la Guerra de Independencia de nuestra Patria.

Estos lobos del mar estaban  mandados por alguna nación para apresar y atacar buques de un país enemigo y  cobraban una parte del botín capturado. Eso era ser Corsarios.

En el conflicto mencionado tanto españoles como republicanos hicieron uso de buques de guerra para practicar el corso, que no era otra cosa que dar caza  a las embarcaciones enemigas, estos marinos de todas las nacionalidades, expertos en combates navales, necesitados de esta autoridad para poder actuar.

Bolívar utilizará a estos hombres para enfrentar a los españoles en donde serían protagonistas de acciones de importancia en este conflicto.

El primero que debemos mencionar es Luis Brión, a quien Bolívar señaló como “El Primer Protector de América”, que asumió las banderas de la República como  suyas desde el bloqueo de Puerto Cabello, quien se dice que conoció al héroe caraqueño  cuando este entró en Caracas en el año terrible de 1813.

Fue el Jefe Naval de Simón Bolívar y participó en muchas acciones hasta que muere de tuberculosis en 1821, ese día Bolívar exclama: “El Almirante Brión tiene un altar de gratitud en todos los corazones colombianos.”

Próspero comerciante, mitad corsario, mitad empresario, mercader temerario, siempre dispuesto a situaciones peligrosas. Con salidas plenas de jugadas arriesgadas, llenas de aventuras.

Nuestra historia registraría como parte de nuestra Marina de Guerra, combatientes como John Parnel; un estadounidense; que luego fue muerto en Jamaica; tenemos al Capitán de “La Constitución” Jean Monier, uno de los hombres de Brión que era natural de Canarias de nombre Antonio Rosales, el francés Charles Lominé,  Capitán de La Venganza; intrépido combatiente que participó en el sitio de Cartagena y luego ejerció el corso en la Boca del Mississipi.

No podemos dejar de nombrar al Capitán del Americano Libre; el Capitán Bernand, de nacionalidad francesa;  a Agustín Villaret, que era bien visto por los republicanos a pesar de su aspecto misterioso y    Renato  Beluche; que había sido Corsario de Jean Laffitte y que participó como Segundo Comandante en la Batalla del Lago de Maracaibo.

 A Juan Francisco Bideau, quien salvó al Libertador de la playa de Ocumare, cuando Bolívar se iba a volar los sesos para evitar caer vivo en manos de los realistas y que es nombrado por Luis Brión como Comandante de la Marina de la zona comprendida entre Guiria y Margarita.

Este oriundo de las Antillas Francesas es muerto en la defensa de la Casa Fuerte en Barcelona  en 1817.

Tenemos a Luis Aury; francés, quien dirigió una flota corsaria que realizó golpes en contra de los españoles y que en Los Cayos se opuso al nombramiento de Simón Bolívar como Jefe de la expedición. Este corsario terminó  de establecer ayudas a los patriotas entre Los Cayos, Nueva Orleans y México.

Por ultimo; para mencionar algunos; tenemos al de triste fama como lo fue José Bianchi, italiano, que estuvo muy activo en la campañas navales en la Segunda República y que en la emigración de Oriente se apropia de los tesoros que rescatan los patriotas en la huida, que al final realiza un convenio con Bolívar y Mariño, devolviéndole parte de lo capturado en la fuga de Caracas.

Muchas veces entre piratas y corsarios existía apenas una tenue línea que los separaba, Aury y Bianchi por el lado de los patriotas y Juan Gabazo en el bando de los españoles fueron unos claros ejemplo de esto.

Bolívar entendió el problema y como Jefe Supremo de Venezuela, dicta;  en el año de 1817, exactamente el 4 de marzo; una resolución para reglamentar la actividad de los corsarios en el lado Republicano.

Ya anteriormente el Libertador; el 8 de diciembre de 1815; embarcó en el barco corsario “La Popa”, con destino a Cartagena de las Indias  y al día siguiente se topa con la goleta corsaria “Republicana”, en donde es informado de la caída de esa plaza y de que muchos de sus defensores huyen a los Cayos de San Luis y Bolívar cambia su rumbo hacía ese lugar.

Pero Bolívar no se quedaría en el lugar y el 4 de enero de 1816, se apresta a partir y dos días después  captura una goleta realista, que envía al próximo puerto haitiano, donde anteriormente el corsario “Centinela”, que pertenecía a la flotilla de Aury había conducido un bergantín español.

Morillo envía una queja al gobierno haitiano de Alejandro Petión por haber contravenido su neutralidad y este a partir de ese momento es más cuidadoso de  violar “el Derecho de Gentes”, ya que se había capturado barcos españoles por corsarios apoyados por esa nación.

En la preparación de la expedición de los Cayos, con la clara presencia de corsarios, se realizó una asamblea en donde  participaron entre los líderes patriotas, Aury y Brión.

Ya antes de comenzar la reunión se sentía la tensión en el ambiente, el aire se podía cortar a cuchillo, Simón comienza a hablar, explicando la estrategia que consideraba  que era la que se debía utilizar,  para el desembarco en las costas orientales.

Los patriotas sabían que Arismendi había retomado el control de la isla de Margarita y el caraqueño expuso la necesidad de iniciar la campaña de Guayana con la meta de  controlar Angosturas.

Bolívar fue enfatico al señalar las dificultades que tenían las tropas realistas para poder controlar tan vasto territorio. Este señalaba la necesidad de liberar los esclavos en cada territorio que liberasen, razón que solamente consiguió caras adustas en los presentes.

Brión al ver lo que acontecía propuso a Bolívar como Jefe Supremo y la propuesta es apoyada por Francisco Antonio Zea.

El Corsario Aury se opone a un mando único en la persona de Bolívar,  proponía una jefatura amplia, conformada por varias personas, Bolívar sería un miembro más y no jefe absoluto.

La propuesta del Corsario fue apoyada por Montilla, Mariño, Bermúdez, Ducoundray Holstein y Collot. La asamblea luce dividida, por una parte Brión, Zea, Bolívar y los demás presentes en contra de los mencionados, con un grupo más reducido de los republicanos.

Los ánimos se caldean, Brión aduce que no aportaría sus barcos para la empresa,  que estaba condenada al fracaso por la pluralidad del mando, la discusión sigue subiendo de tono y no faltan los insultos realizados por Montilla y Bermúdez hacía Bolívar, quien no se queda callado e impone su voz de caudillo y Jefe Supremo, se retan a duelo, Brión y Mariño, Lugo y Piar.

Pero al final la votación de la mayoría se impondría  y Bolívar asumiría el mando de la expedición, negándose que Bermúdez formara parte de la expedición.

Petión debido al reclamo español y para no dejar constancia de la colaboración prestada, giró cantidades de dinero a nombre  del comerciante Southerland, que colaboró también con caudales propios.

Brión prestó valiosa colaboración con los recursos prestados, con fusiles, víveres y dinero que se calculan en más de cien mil pesos.

La expedición estuvo conformada por solamente 250 hombres, llevaban consigo una imprenta, ya que esperaban levantar a la población con la distribución de folletos. Seis goletas y una balandra constituían toda la flota.

La flotilla se dirigió a la isla de Margarita  y cercana a la costa oriental tuvo un breve encuentro con naves españolas, luego llegan a anclar en un pequeño puerto de la isla, allí comenzaría la Tercera República, pero eso sería otra historia.

Para la campaña de 1819 el Almirante Brión  quería aumentar la marina republicana comprando algunos barcos en el extranjero, pero Bolívar sin rechazar la idea, pensaba que se debía promover el corso.   

“No se cómo, le decía, piensa V. E comprar nuevos buques, cuando no tenemos  como tripular y mantener los pocos de que consta nuestra escuadra. Solo en el caso de que se los ofrezcan a V.E a precios  muy cómodos, y a plazos muy dilatados, podrá entrar en negociación, y aún en este caso el contrato no tendrá fuerza hasta que el gobierno no lo apruebe.”

“La experiencia nos ha probado la utilidad de los corsarios, particularmente en nuestra lucha con la España. El gobierno de Buenos Aires, el que más los ha multiplicado, es también el más conocido, respetado y temido. Si nosotros hubiéramos adoptados su conducto nuestra marina estaría cubierta de buques que nos servirían en ocasiones urgentes; que enriquecerían nuestros puertos con sus presas, destruirían el comercio español y le impedirían los socorros que se prestan los puertos enemigos mutuamente.”

Bolívar procuraba introducir en el corso regularidad y orden, en este periodo dos goletas republicanas apresan a dos fragatas portuguesas capturadas por corsarios de banderas uruguayas del Protector Artigas y el caraqueño ordenó devolverlas y prohibió molestar a los corsarios de  naciones amigas.

El año anterior había llegado a la isla de Juan Griego el corsario americano John Daniel Danells, que pertenecía a la bandera del Protector, Arismendi lo acepta al servicio de los republicanos, echa a pique el bergantín Perignon y captura el bergantín Nereida.

Brión no aceptó incorporarlo a la flota patriota, ya que en Margarita había llegado una corbeta inglesa en persecución de los corsarios de Artigas, el curazoleño  teme exponer a la bandera venezolana  de problemas de ese tipo.

Ese mismo año Beluche y Lominé, después de varias acciones por cuenta propia, ofrecían regresar al servicio de Venezuela.

Para 1820 la isla de Margarita  fue la base de los corsarios, el bastión patriota estaba al mando de Arismendi. Aunque la Marina llamaba la atención del Libertador, no contaba con fondos para comprar buques, le envió  a dar órdenes a Guayana  para que  enviasen a Brión 25.000 pesos,  con la intención de que cubriese los gastos urgentes de sus buques y el Almirante,  aunque aquejado colocó  sus últimas energías en la expedición a Rio Hacha y en el sitio de Cartagena.

Los corsarios continúan navegando a favor de la República, Brión les da instrucciones donde debían atacar, entre ellos se encuentran “La Perla de Oriente”; capitaneada por Nattá, “El Gavilán” capitaneado por Bernardo Ferrero, “El Buitre” comandado por el Capitán Raffetti, “La Flor del Mar” dirigido por Botino, “El Brión” por el famoso Joly, prestando valiosa ayuda a la causa, pero también cometiendo abusos y delitos, que ocasionaban quejas de los comerciantes.

La isla de la Providence, que pertenecía a la Nueva Granada, fue tomada por el pirata Luis Aury, que esgrimía; según él; una autorización por Buenos Aires y Chile.

Ya para el asedio de Puerto Cabello, el General Carlos Soublette estrecha el cerco a  la fortaleza, el 10 de febrero de 1822 y situó una División Naval que estuvo conformada por con la goleta corsario “La Represalia” y todos los corsarios de la República, bajo las órdenes de Bernard Ferrero,  pero ya para esos tiempo estaba decreciendo la actividad corsaria en las costas el país, hasta que finalizó hacia el año de 1826, cesando la actividad de estos hombres, mitad patriotas, mitad bandidos que tanta sangre y sacrificio dieron a la República.

ÁNGEL LABORDE EL ALMIRANTE REALISTA EN LA BATALLA DEL LAGO

Conociendo al enemigo

José Rosario Araujo

Cuando recorremos la historia militar de nuestra Patria, nos encontramos con destacadas situaciones en donde nuestros Libertadores derrocharon valentía y honor, pero debemos entender que no solamente esas características  fueron monopolizadas por nuestros guerreros y también existieron situaciones heroicas por parte  del enemigo y hombres de  gran intrepidez  y coraje, entre ellos debemos destacar al Almirante Español Ángel Laborde.

Acercándonos a los doscientos años  de la Batalla del Lago de Maracaibo,  debemos saber que esta acción  dio por terminada la hegemonía del imperio español en Venezuela, a pesar del triunfo de Carabobo, dos años antes, en donde  los españoles continuaron con la intención de recuperar lo que ellos consideraban su colonia.

Antes de entrar en la participación que tuvo este Almirante español en nuestra Guerra de Independencia del lado de los partidarios del Rey, debemos conocer cómo fue la juventud de este aguerrido combatiente.

Nació en el año de 1772 en Cádiz, era de familia hidalga y acomodada, gracias a su posición pudo gozar de una buena educación por su actitud de los estudios, adquiriendo una vasta formación, que también desarrolló durante su larga y esplendorosa  carrera.

Desde muy temprana edad es enviado a Francia al Colegio de Boreze, que era un establecimiento educativo de gran prestigio para la época, allí aprende francés,  inglés y matemática,   para de esta forma sentar plaza como Guardiamarina en 1791 y en su aprendizaje recorrió los mares del Mediterráneo y el Océano Atlántico.

En el navío San Eugenio realiza sus primeros pasos como marino, participa en una operación de corso. Asciende a Alférez de Fragata un año después y es designado para realizar un curso de estudios mayores en el Observatorio de Marina de San Fernando, pero debido a la declaración de guerra con la Convención francesa los deja.

Laborde embarca en el navío San Dámaso; el 1 de abril de 1793; en donde tuvo una destacada actuación  como Corsario en las islas Terceras y participa en un traslado de tropas a Rosas desde Cádiz.

Al año siguiente  se traslada al navío San Joaquín, parte de la escuadra del General Lángara, que junto a fuerzas inglesas del Almirante Hood,  realizan corso sobre Tolón, en Francia y Laborde participa en acciones de guerra como la ocupación del puerto, del arsenal y de la fortaleza de la ciudad.

Asistió a una gran cantidad de combates, en tierra a las órdenes del General Gravina, en la defensa del puesto de Málaga, comandado por el Capitán Estrada y en el reembarco y evacuación dirigida por el Mayor General de la escuadra el Brigadier Álava, con una destacada participación derrochando valentía e inteligencia en los combates.

Cuando es reanudada la flota a Cartagena, pasa al navío San Juan Nepomuceno, que pertenecía a la escuadra del General Grandallana, que es comandado a dirigir unas tropas a Rosas, siendo destinado a la defensa de la plata como Oficial de Artillería.

Es ascendido a Alférez de Navío el 26 de febrero de 1795 y enviado a la fragata Tetis,  para un traslado de tropas a Ceuta y luego a Cádiz, donde desembarca el 5 de enero de 1796, quedando sin destino.

Pasa al Navío San Fernando y al romperse las hostilidades con los ingleses, debido a la reanudación del Pacto de Familia, es designado como ayudante de la plana mayor de la escuadra,  que comandó el General Obregón y llevó una expedición de Ferrol a Canarias, que estaban a las órdenes de Mariscal de Campo Márquez de Casa-Cajigal.

Laborde se destacó en infinidad de combates, contra las cañoneras del inglés Pool, que son rechazadas, combate en Ferrol, durante el ataque inglés en 1800. A petición suya se embarca  y realiza un viaje desde Ferrol a Cádiz y Manila y es ascendido a Teniente de Fragata.

Es ascendido a Teniente de Navío en 1809, un año después pasó a La Coruña y se encarga de las obras de fortificación y en 1811 es destinado a Santiago de Compostela a colegio militar como profesor de matemática.

Después de importantes  participaciones, entre ellas 2° Director del Depósito Hidrográfico en 1815,  se le confiere el mando de la expedición de la Real Compañía de Filipinas en 1817, tomando el mando del Navío San Julián de la misma compañía.

Un año después lo vemos en Calcuta con el buque a su mando, procedente de Filipinas en 1819, después de varias expediciones de Manila y Calcuta, es nombrado Comandante del Apostadero de Puerto Cabello y de sus fuerzas navales.

Combatió en la guerra de emancipación, en donde transporta a emigrados que huyen del triunfo patriota y por estas acciones es ascendido a Capitán de Navío en 1921. Conduce una expedición de tropas a la Vela de Coro, apoyando  a los sitiados hasta que se rinden a las fuerzas patriotas.

En 1822 es nombrado por sus destacados servicios a España, por Orden Real, 2° Jefe de todas las Fuerzas Navales de América Septentrional. Estuvo a punto de zozobrar, cuando realizaba vigilancia de las costas y su barco comienza a hacer aguas y por esta razón es obligado a dirigirse a las Antillas, teniendo que hacer grandes esfuerzos, intentando no caer en territorio enemigo, en Santo Domingo, que era donde lo arrastraba la corriente, logrando al final llegar a la entrada del puerto en Santiago de Cuba.

La actitud de Laborde fue aprobada y España le concedió la Encomienda de la Orden de Isabel la Católica por su actuación. El 3 de abril de 1823 le toca escoltar un convoy hasta  la desembocadura del canal de Bahama e hizo escala en Aguadilla. Desde allí se dirige a apoyar al General Morales que se enfrentaba al gobierno patriota de Venezuela, con la intención de volver a recuperar esas tierras.

Al llegar a Punta Lucre se enteró que Puerto Cabello se encontraba bloqueada por los patriotas, que al ver la aproximación de los españoles se preparan para el combate, Laborde ataca con fuego de cañones que mantiene por dos horas, dispersando a los republicanos con cuarenta muertos, veinte heridos y trescientos prisioneros. Los españoles tienen solamente diecisiete heridos.

El 1 de julio de 1823 Laborde se dirige en auxilio de Maracaibo con tres corbetas, el bergantín Hércules y con la fragata. La situación de los realistas era difícil, ya que Morales no cerró la entrada del lago a la Marina Patriota, que estaba comandada por el Almirante Padilla.

La escuadra patriota era superior a las fuerzas españolas y el 23 se presentaron los republicanos con toda su flota, siendo el primer encuentro en Punta de Palma comenzando con fuego de artillería.

Los realistas tratan de estrechar la distancia, pero los patriotas consideraban que no era el momento y a pesar de su superioridad naval no se acercan demasiado y al aproximarse  el enemigo se retiran refugiándose en los Puertos de Altagracia.

Al día siguiente Laborde se sitúa en orden de batalla, está seguro  de que saldrían los patriotas en su búsqueda y a las once de la mañana el Almirante republicano Padilla se puso a vela con el viento a su favor.

Trabaron combate a cañonazos a corta distancia, hasta que concluye en abordaje, combatiendo cuerpo a cuerpo, obteniendo el triunfo las fuerzas de Padilla, pero antes al ver el combate perdido Laborde prepara la retirada, salvando los pocos buques que le quedan, embarcando en la goleta Especuladora, rodeado de fuerzas enemigas,  es herido en el combate y pudo escapar espada en mano.

Logra entrar a Maracaibo, con las goletas Zulia, Salvadora, Guajira y las flecheras Atrevida y Guaireña, a las cinco de la tarde, pasando de cuatrocientas las bajas y otros tantos prisioneros.

Dos años después el Almirante español es jefe del apostadero de la Habana y es encargado de perseguir a los piratas en las Antillas, participa en acciones en México.

Ya siendo Brigadier es propuesto para Ministro de Marina, pero se queda en Cuba, en donde se prefieren sus servicios.

El 3 de abril  de 1834 una enfermedad acaba con su vida a pesar de todos los intentos de los médicos de salvarlo. Sus méritos hacen que años después, se decretará el traslado de sus restos al  Panteón de Marinos Ilustres de San Fernando y después de varios años por fin son llevados al lugar que hoy ocupan.

Así fue la vida de ese valiente marinero español, que honró a nuestra Marina Republicana, contando con rivales de esa talla.

RENATO BELUCHE Y NICOLÁS JOLY, CORSARIOS DEL BOLÍVAR

En las luchas por nuestra Independencia

José Rosario Araujo

Acercándonos al aniversario de la Batalla del Lago de Maracaibo, para conocer los hechos, es necesario primero saber de  sus protagonistas y hoy vamos a referirnos a dos famosos Corsarios  como lo fueron Renato Beluche y Nicolás Joly, que fueron destacados marineros al servicio de la República.

Beluche era oriundo de Nueva Orleans y había abrazado la carrera naval a muy temprana edad y en el año de 1807 tiene el cargo de Guardamarina en el navío Catalina, de los guardacostas de Luisiana.

Pero pronto Beluche es tentado por la Revolución Francesa y se dirige a Francia en donde es Comandante de Artillería en Arcachón en Gironda.

Al tiempo regresa a Nueva Orleans y se une a los hermanos Lafitte, dos famosos corsarios, pero en 1812 se dirige a Cartagena de las Indias, donde se le concede la Patente de Corso para atacar los barcos españoles.

Las presas que obtenía las conducía a Barataria, al oeste del Missisippi, bastión de los Lafitte. Para el año de 1814 con su flota se presenta ante la Rada de Portobelo en Panamá que estaba en manos de los españoles, con la intención que se produzca una rebelión en contra de las autoridades locales que nunca se produce.

Al ver el fracaso, regresa a su ciudad natal  y allí es detenido junto a otro Corsario de nombre Domingo You, los dos eran oficiales  de Jean Lafitte. Debido a que estaba el riesgo de un ataque inglés, son dejados en libertad y el 8 de enero de 1815 los ingleses atacan Nueva Orleans, pero son rechazados, gracias a la participación de Beluche.

Se traslada a Cartagena y como la plaza es asediada y tomada  por el General Pablo Morillo;   en aquel trágico diciembre de 1815; cooperó con su goleta “Brisona” en la huida de los patriotas y se dirige a Haití.

En marzo de 1816 entra al servicio de las fuerzas republicanas, dirigidas por el Libertador Simón Bolívar, en la expedición de Los Cayos y el 31 de ese mes, es  comandado por el Almirante Brión y  es nombrado el segundo de la goleta “Brisona” que es rebautizada como “Bolívar”, conocida como “La Comandante”, por ser el buque insignia.

El 2 de mayo se realizó el primer combate al frente del archipiélago Los Frailes, combatiendo contra dos buques españoles, en donde es muerto el jefe realista Rafael de la Iglesia y capturan los navíos.

Debido a la importancia de la acción realizada por Beluche, este recibe el despacho de Capitán de Navío.

Son muchas las acciones que participa este Corsario de Nueva Orleans, entre ellas la intimidación para la rendición de las fuerzas realistas en Pampatar , las incursiones sobre los puertos de Carúpano y Ocumare, el bloqueo de la Guaira, la retirada hacía Bonaire después del fracaso de la escuadra.

De la misma forma Santander cuenta con la colaboración del Corsario cuando prepara  la rendición de Puerto Cabello  el 22 de febrero de 1822, interviene junto al General Mariano Montilla en la recuperación de Maracaibo.

Para enero del año siguiente, Beluche inicia el bloqueo de Maracaibo, comenzando las acciones con la captura del bergantín francés “Confianza” y la goleta española “Perla”,  que contenía material de guerra y 2.900 pesos en dinero que era llevado para los sitiados.

El 3 de mayo se comienzan las operaciones para forzar la barra y tomar el lago, el Almirante José Prudencio Padilla manda la escuadra y Beluche el bergantín “Independiente”.

La Batalla del Lago de Maracaibo se produce el 24 de julio de 1823, dirigidos los patriotas por Padilla contra la escuadra española comandada por Ángel Laborde. La victoria es obtenida por las fuerzas republicanas y el Corsario norteamericano es recomendado por Padilla  para ser ascendido a General de Brigada.

Pero Beluche seguiría participando en  la captura de navíos españoles  que lleva a Puerto Cabello. El 16 de febrero es nombrado Comandante General de Puerto Cabello.

Cuando se produce la invasión de Colombia a Guayaquil, Bolívar  le ordena para que saliese al frente de la escuadra peruana.

Participa en el movimiento que llevó a la Gobernación del Istmo de Panamá, al Coronel Juan Eligio Alzuru, que junto al General Luis Urdaneta proclamaron la separación del Istmo de la República de Colombia.

Son capturados, fusilan a Urdaneta, Alzuru y otros oficiales, mientras Beluche es deportado a Venezuela, en donde fija su residencia en Puerto Cabello.

Participó en la Revolución de las Reformas, siendo expulsado, regresando al país años después, aparece en 1848 como jefe del vapor “Libertador” en la toma de Maracaibo por las fuerzas gubernamentales.

Una vida también plena de acción tuvo el Corsario Nicolás Joly, este destacado combatiente de origen fránces, que era el que había conducido a nuestro Libertador Simón Bolívar en la famosa expedición de Los Cayos.

El Corsario Joly prestó servicios en la Marina Mexicana hasta el año de 1818, que es cuando llega a Margarita e ingresa a la Marina Patriota por solicitud del Almirante Luis Brión.

Tuvo una destacada participación en la captura de navíos españoles en donde se apropia de una gran cantidad de parque que serviría para las fuerzas patriotas.

Es encargado de la misión de entregar pliegos  a gobiernos de las islas de las Antillas y al regresar contrae matrimonio con la hermana del General Juan Bautista Arismendi, hasta el mismo Libertador le envía una misiva alabando la unión y felicitándolo por su incorporación a la familia venezolana.

Llega el año de 1819 y Joly se encuentra como corsario de las fuerzas patriotas, con una destacada labor de apresar barcos enemigos de la causa, al año siguiente es encargado del bergantín “Almirante Brión”, donde se dedica a abordar los navíos realistas.

Meses antes de  la Batalla del Lago de Maracaibo se encarga de abastecer la escuadra patriota en el lugar y en la acción participa en el bergantín “Marte”. Para el mes de agosto el General Francisco de Paula Santander le confiere el grado de Capitán de Navío con la antigüedad del 31 de diciembre de 1818.

Para el 13 de marzo de 1832 es nombrado Comandante del apostadero de Puerto Cabello, dos años después  defiende al gobierno constitucional de la “Revolución de las Reformas”, bloqueando Puerto Cabello.

En noviembre de 1840  fue  se le concede el cargo de Comandante del apostadero de Maracaibo y ocho años después se enfrenta contra el gobierno de Monagas, dirigiendo un buque de la escuadra rebelde paecista.

Nicolás Joly es uno de los forjadores de nuestra Marina Nacional.

Así fue la vida apasionante de estos marinos , Corsario intrépidos de nuestras luchas por la Independencia, conozcamos sus vidas rumbo al aniversario de los Doscientos años de la Batalla del Lago de Maracaibo.

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