sábado, 24 de agosto de 2019

DIEGO GARCÍA DE PAREDES EL SANSÓN EXTREMEÑO

José Rosario Araujo
Los que nos apasiona en la historia el camino de la espada no podemos dejar de mencionar a Diego García de Paredes. Este destacado guerrero español de gran fama vino al mundo el 30 de marzo de 1468 en Extremadura, era hijo de Sancho Ximénez de Paredes y de su esposa Juana de Torres, ambos padres procedían de dos familias importantes como los Delgadillos y los Altamirano.

Se destacó desde muy temprana edad en los juegos físicos y militares siendo preparado para la carrera de las armas, también le enseñaron a leer y a escribir, hecho extraño para las personas que no se criaban en la Corte y menos para los que se dedicaban a la carrera de las armas.

Para el año de 1496 la madre del futuro guerrero muere y Paredes parte para la guerra a buscar fortuna como Condotierro llegando a la Italia del Renacimiento junto a su hermano Álvaro de Paredes, pero la guerra entre españoles y franceses había terminado, convirtiendo a los soldados de fortuna en buscadores de duelos en donde despojaban a los perdedores de las capas que luego vendían en el mercado clandestino de Nápoles.

Paredes repudiaba esta vida que era deshonrosa para un hidalgo y busco al Cardenal Bernardino de Carvajal que se encontraba en la Curia Romana quien lo recomendó al Papa Alejandro VI, quien no tardo en contratarlo como escolta de su guardia personal, después de saber que el Sansón de Extremadura había realizado una matanza eliminando cinco soldados e hiriendo a diez con una barra de hierro.

El Papa Alejandro VI quedo asombrado por la gran fuerza del condotiero español y como Guardia del Castillo Sant´Angelo estuvo presente buscando los culpables, el 14 de junio de 1497, cuando fue asesinado el hijo del Papa; Juan de Borgia y Cattanei; a puñaladas, apareciendo en el Río Tíber. El crimen quedo para siempre en el misterio.

Inducidos por el Cardenal Juliano della Rovere un grupo de la nobleza italiana conducido por la familia Orsini, tomó armas contra el Papa, su hijo Cesar preparó la destrucción de estos nobles y el proyecto de unidad de Italia bajo el reinado de su padre, ocasión para que García de Paredes participase con su gran valor.

Fueron muy conocidas sus victorias y sus hazañas fueron cantadas por sus compañeros. La naturaleza dotó al extremeño de cualidades físicas para ser un gran guerrero, era un gran atleta muy fuerte y corpulento.
Su estatura era considerable, aventajando la de sus compañeros. Tenía un temperamento volcánico, que se veía afectado de un humor melancólico, con ataques de ira que hacía que se tornara extremadamente violento.

A pesar de este carácter era un hombre equilibrado, cortés y bien criado, además de aceptable nivel cultural, encontrándose después de su muerte documentos sobre su vida llamados “Breve suma de la vida y hechos de Diego García de Paredes”,   una Biblia,  “Un Libro y hora  de Rezar”,  “Los Comentarios de Julio Cesar”, demostrando con esto que era un hombre que leía y escribía regularmente.

Derrochó valor y fuerza junto a las tropas del Gran Capitán en el asedio de Cefalonia, en Grecia. Esa ciudad había sido arrebatada a Venecia por los turcos y setecientos jenízaros defendían esta fortaleza.
Venecianos y españoles sitiaban la fortaleza por más de dos meses sin poder rendirla, los turcos contaban con una maquina provista de garfios conocida como “lobos”, que estaba provista por ganchos que tomaban a los soldados por la armadura y los estrellaban contra el piso o los muros.

Diego García de Paredes como siempre combatía en primera línea, fue enganchado por los ganchos, siendo subido arriba de los muros, armados de espada y escudo comenzando su lucha contra los jenízaros que defendían los muros de los atacantes cristianos.
El guerrero español comenzó a matar a los enemigos, no pudiendo ser vencido sino por el cansancio y tomado prisionero. Los turcos respetaron su vida.

Espero el extremeño que iniciase el asalto por parte de españoles y venecianos para con su fuerza descomunal arrancar las cadenas con las que lo habían reducido, echando abajo la puerta armándose y  haciendo estragos entre los turcos.
Para el año de 1501 empezó la segunda guerra de Nápoles entre Fernando el Católico y Luis XII de Francia, Paredes se une a los hombres del Gran Capitán Gonzalo Fernández de Córdoba,  en donde aumento más su leyenda.

Con las huestes de Córdoba participa en captura del corsario vizcaíno Menaldo Guerra, quien peleaba bajos las banderas francesas.
En la toma de Montefiascone crece más su fama cuando con su gran fuerza arranca las argollas de hierro del portón de la fortaleza para que entrara el ejército del Papa.

Combatió como Capitán de los Borgia junto al Gran Capitán y a destacados españoles como Miguel Corella, Ramiro de Lorca y Hugo Moncada, en las acciones contra los Barones  de la Romaña, en Imola, en Forlí; defendida por Catalina Sforza.
No solamente en batallas Paredes mostro su valor, dotes de guerrero y fuerza, participó en diferentes duelos y uno de los más famosos fue contra Cesare el Romano, Capitán de los Borgia, a quien le corto la cabeza.

Cesare había acusado al español de traidor por haber gritado la frase “Santiago y cierra España” y Paredes siendo hombre de honor lo retó y tras un breve combate, al no darse cuenta que su enemigo se rendía lo decapitó.

Ese hecho le trajo a Paredes problemas en la Santa Sede que le produjo el cese en el mando de su Compañía y la cárcel, pero los barrotes no frenarían al soldado de fortuna que se fugó, uniéndose al Gran Duque de Urdino, gran enemigo de los Borgia, luego fue condotiero de la familia Colonnas a la orden de Prospero Colonna.

Paredes a lo largo de su vida tuvo una gran cantidad de duelos y batallas en donde derramo valentía, una gran destreza en el manejo de las armas y una gran fuerza, cualidades que hicieron que fuese conocido como el Sansón o Hércules de Extremadura.

Sus peleas se dieron tanto en tabernas, como en duelos con figuras de importancia, en donde participaron príncipes y generales como testigos, en esos tiempos los duelos y lances de honor eran muy comunes ya que las ofensas se limpiaban con sangre. 

En la guerra de Nápoles, en el encierro del ejército español en Barletta, el guerrero español se batió contra caballeros franceses más de 60 días.

Los franceses decían con burla que los españoles no sabían pelear a caballo, el día 19 de septiembre de 1502 llegaron a un acuerdo los dos ejércitos y en número de once de cada bando combatirían por el honor de sus banderas. El desafío se realizaría en la villa de Trani, ciudad que el Rey Fernando había empeñado a los venecianos.

El acuerdo fue que el perdedor pagase cien ducados y cediesen su caballo y sus armas. Los franceses destinaron cincuenta caballeros a ser entrenados, de los cuales tenían que salir once combatientes que se enfrentarían a los españoles que no se habían entrenado.

De parte de los españoles todo estaba en manos del Gran Capitán quien escogería a los paladines que realizarían la justa contra los franceses. Esa escogencia produciría tres días antes del combate una gran pelea entre los españoles y el coloso extremeño tuvo que meterse en la reyerta, quitando armas y dando golpes, pero fue herido.

Los franceses estaban dirigidos por el famoso cabalero Pierre Terraill de Bayard y la laucha duro cinco horas, de los caballeros españoles fue hecho prisionero Gonzalo de Aller, los franceses tienen una baja producida por el español Diego de Vera. Diego García rinde a otro.

Los españoles derriban a los franceses de sus caballos, que se atrincheran detrás de estos,  García con sus hombres no logran acometerlos porque sus propios caballos se espantaban por la sangre de las bestias muertas.

Los franceses piden detener la disputa y como los españoles sentían que había salvado su honor aceptan los términos, pero el combatiente español enojado al verse sin armas, toma unas grandes piedras y comienza a arrojarlas contra los franceses que huyeron dejando el campo libre, pero los jueces no le concedieron la victoria a los españoles, dictaminando tablas los resultados.

García Paredes nunca fue vencido ya que era imbatible para sus rivales, aunque ellos no se podían definir como faltas de pericia en este tipo de acciones. El extremeño sostuvo más de 300 duelos sin ser vencido.

Una de las hazañas más destacadas de Paredes fue después de la Batalla de Ceriñola en 1503 en el puente del río Garellano. El guerrero molesto por un reclamo del Gran Capitán agarro una pesada espada conocida como montante enfrentándose a un destacamento francés, comenzando una carnicería  contra el enemigo.

Se situó en una posición en donde por la estrechez del paso los franceses solo lo podían atacar de uno a uno. García Paredes cegado por las palabras de Gonzalo de Córdoba, se metió entre ellos  manejando la enorme espada destruyendo al enemigo.

Los españoles al ver al héroe enfrentado contra superior número de combatientes se unieron al combate, convirtiendo la escaramuza en una batalla, pero finalmente los españoles tuvieron que retirarse por el fuego de la artillería francesa. El extremeño salió sin ninguna lesión de consideración, según se contó en la época 500 muertos, corroborado por numerosos testigos.

España vence a Francia gracias a la estrategia del Gran Capitán pasando Nápoles a la corona española, García Paredes es nombrado Marqués de Colonetta. Gracia concedida por su jefe Gonzalo Fernández de Córdoba quien es ahora Virrey.

A su llegada a España se enfrentó  a la envidia y la mezquindad de los nobles españoles. A pesar de que había peleado a favor de los Reyes españoles,  su nombre fue colocado  en entredicho que puso en duda su fidelidad a la Corona por defender al Gran Capitán que había caído en desgracia.

Desafiaba a cualquier persona que pusiese en duda a su señor Gonzalo, un día mientras el Rey Fernando rezaba entro García Paredes y pidió al Rey que dejase de rezar y le oyese su razonamiento en defensa del Gran Capitán.

Retó a los que difamasen a su señor a batirse contra él, arrojando un guante al piso, para ver quien lo recogiese, los difamadores se mantuvieron en silencio temiendo tener que aceptar el reto del hércules español.
Al enterarse de lo realizado por García Paredes selló una amistad inquebrantable entre el guerrero y el noble español, conocido como el Gran Capitán.

Para el año de 1507 el combatiente perdió su fe ante el Rey Fernando al serle retirado el marquesado de Colonetta, esto lo lleva a enrolarse como pirata, siendo financiado por Juan de Lanuza. García escoge a antiguos camaradas y arma una carabela en Sicilia, pirateando a lo largo del Mediterráneo, siendo terror de franceses y berberiscos.

El extremeño fue declarado fuera de la ley y puesta a precio su cabeza, fue perseguido por los barcos del Rey. Fueron muy temidas sus acciones, que mayormente fueron contra franceses y berberiscos.
Para el año siguiente el Cardenal Cisneros y Fernando el Católico tienen el sueño de proseguir la cruzada contra los musulmanes en África,  recuperando los lugares santos. Firmaron las Capitulaciones de Alcalá de Henares, el 11 de julio de 1508 y dispusieron la conquista de Orán. Paredes obtiene el perdón real y toma parte en la Cruzada de Cisneros. Junto a uno de los hombres del Gran Capitán; Pedro Navarro; participa en 1509 en el asedio de Orán.

Al finalizar esta campaña en donde García Paredes se había destacado, el Emperador de Alemania que buscaba reunir un ejército para intervenir en Italia por las posesiones de la República de Venecia puso sus ojos en el combatiente español ingresándolo como Maestre de Campo de la Infantería Española.

A pesar de que la invasión fue rechazada, el extremeño obtuvo nuevos laureles participando en Ponte di Brentaera, el castillo de Este, la fortaleza de Monselices y cubriendo la retirada del ejército Imperial.
El Hércules  extremeño fue nombrado Coronel de la Liga Santa, participando en la batalla de Rávena, en donde murió su hermano Álvaro de Paredes, para el invierno del año de 1520 estuvo en la escolta del Emperador Carlos V, en el conflicto de Navarra se destacó en las batallas de Pamplona, Noáin y los asedios al Castillo de Maya y Fuenterrabía.

Su participación en la famosa Batalla de Pavía no es muy clara, existe otra versión que resistió los ataques de los franceses al Reino de Nápoles. Escoltó por pedimento de Carlos V, a Francisco I, que estaba detenido desde la Batalla de Pavía, de regreso a Francia.

García Paredes vivió sin participar en acciones de armas en los años 1526 hasta 1529, hasta que abandono Trujillo de Extremadura, viajando por toda Europa en el sequito de Carlos V, siendo Caballero de la Espuela Dorada.

Moriría en 1532 al participar en un juego con unos niños, amarga ironía para un combatiente de la talla de Diego García que enfrento la muerte miles de veces en batallas, asedios y duelos.

Pereció a los sesenta y cuatro años,  al tropezar contra un cordel anudado entre dos alcornoques que le segarían la garganta, pasando el heroico extremeño a las páginas heroicas de la España de capa y espada.

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