José Rosario Araujo
Cada vez que escucho la canción de Carl Douglas; Kung Fu mi
mente viaja en retrospectiva a los años 74 al gimnasio del buen amigo Domingo
Angulo, en donde tuve el privilegio de ser entrenado por su persona como un
grupo numeroso de niños de esta urbe valerana.
El gimnasio del Sifu Angulo quedaba en la Av. 11 con calles
13 y 12 en donde puedo recordar a Gustavo Márquez, Fredy Flores, entre otros; que eran alumnos aventajados del maestro de
Kung Fu, al Chino Johnny; Chef del primer restaurant chino en la urbe de
Mercedes Díaz.
Estos jóvenes eran dedicados atletas de las artes marciales y
evoco a Fredy Flores como realizaba
ejercicios pliométricos y lograba saltar
a alturas consideradas.
Evocó esa casa con un patio trasero grande en donde el sifu
Angulo nos daba las clases que empezaban a las 4 de la tarde y terminaban dos
horas después; horario infantil y a partir de las seis para adultos.
Parece que fuese ayer cuando entrenábamos con la presencia
férrea de Angulo, en donde no me destacaba precisamente por ser uno de sus más
aventajados atletas. Pero no puedo negar como ese arte marcial y las enseñanzas
de Angulo serian importantes en mi
camino hacia la adolescencia.
En esos tiempos estaba muy de moda; había muerto hace poco;
la figura legendaria de Bruce Lee y sus famosos “chacos”; como los llamábamos o
nunchacos que hizo que los manejáramos tratando de emular la destreza de esta gran figura de las artes marciales.
Evoco la figura de Angulo paseándose por el patio central con
un kimono negro, vigilando que realizáramos con perfección los movimientos de
este arte de combate chino.
Conversando con Domingo; después de buscarlo como palito de
Romero; me refirió que inicio en las artes de combate en Caracas, con el judo,
en el año 66. Llegando a la urbe valerana en los años 70 y fundando una escuela
de artes marciales; junto a Vladimir Terán; en la Av. 10; enfrente de la vieja
Casa del Luto; al lado de la Clínica María Edelmira Araujo en donde se
compartían tres especialidades de combates, como lo eran el Karate, Judo y
Kung-Fu, dirigido por Terán.
Comento que de allí va creciendo la idea de la formación de
la Asociación y posteriormente empiezan a entrar otras especialidades de las
artes marciales como el Full Contact, el boxeo patada.
Evocó que para los años 80 se estructura la Asociación de
Karate en la cual participaron, Vladimir Terán, José Tahan, Ing. Davinsón Matos
y su persona.
Reconoció Angulo, que en esos inicios de las artes marciales
en Valera, era que la gente no los aceptaba ya que en ese tiempo estaban la
moda de las películas de Kung-Fu y los
padres decían que eso era mucha violencia para los niños, desconociendo en su
totalidad la disciplina y la doctrina de las artes marciales y había que
conversar mucho con los representantes cuando iban a inscribir los niños hasta
que de una vez por todas fue aceptadas que era un sistema educacional que tenía
sus normas como disciplinas y servía para la defensa persona.
De la misma forma puedo recordar al buen maestro de Judo y
Jiu Jitsu; compadre de Domingo Angulo; Wladimir Terán. Que primero con su
gimnasio el Puño Valiente que estaba situado en la Av. 6 entre calles 7 y 8 y
después en la Gran Fraternidad Universal
situado a una cuadra más debajo de la Plaza Bolívar.
Recuerdo que los lunes, miércoles y viernes entrenábamos Judo
y los martes y jueves Jiu Jitsu. Prefería las clases que nos impartía Terán los
martes y jueves ya que para mí era imposible realizar aquella caída que
llamaban la “vuelta de carnero”.
De esa época no puedo dejar de mencionar al buena amigo
Marrero, Márquez, Humberto Zambrano,
hermano de los pioneros del levantamiento de pesas en la ciudad y destacado
tenor latinoamericano.
Sin lugar a dudas Angulo y Terán serían los pioneros en las
artes marciales en la ciudad, destacándose
de la misma forma el recordado
Pedro Torres, Alfonso Laurenti, en Karate, Arnoldo Bolívar en las décadas de
los 70 y 80 en Judo.
Foto: Domingo Angulo y Vladimir Terán con alumnos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario