José Rosario Araujo
La primera capilla construida en nuestra querida Valera fue
en la esquina sureste de la Plaza Bolívar
sobre el terreno de 100 varas que
había donado Mercedes Díaz.
Esta capilla de palma fue consumida por un incendio al año de
haberse construido y fue reconstruido por sus vecinos y por su primer cura párroco; Manuel Fajardo; con paredes de barro y techo de tejas.
En 1878 se le hicieron algunas reformas, colocándole pisos de
ladrillos, altar de calicanto forrado en madera y gradas. Ocho años después durante
el periodo del vicario y cura de Valera;
Jesús Romero; fue restaurado por el Arq. Carlos Guerra de origen cubano la
torre que había sido derruida por un rayo un año antes.
En 1926 el Pbro. Escolástico Duque demuele los pisos y los muros que eran de
barro y levanto seis arcos, pero carecía de experiencia en materia de
construcción y los arcos era de
distancias desiguales y el área de construcción estaba mal distribuida.
El nuevo párroco a finales de ese mismo año; que era Pbro.
Dr. Guillermo Parra; medico, sanador de almas y de cuerpos; expone el problema y pide a un técnico; Antonio Duplat; que levante un informe sobre el estado del
templo.
El sacerdote viaja a Caracas buscando los planos para la
nueva construcción y el presidente Gómez le ofrece ayuda. El padre Parra no consigue el arquitecto que le realice la
obra hasta que el hermano jesuita Luis Gogorza que era ingeniero y arquitecto cuenta
con el maestro Antonio Guida y dirige los trabajos por cierto tiempo.
Mientras tanto el Padre Parra realiza las recolectas para el
material necesario y un año después de llegar como párroco se empiezan los
trabajos del templo y para 1928 se
termina la primera torre o campanario de la nave del Evangelio por la que se
había iniciado el trabajo. La segunda nave es inaugurada en 1930 por el
arzobispo de Mérida Mons. Acacio Chacón.
Al terminar la arquitectura la iglesia queda inconclusa y es puesta al servicio de los feligreses, el seis de enero de 1932. Debido a las deudas
contraídas por el párroco José de Jesús Romero; primer vicario de la ciudad
1885-1099; hipoteca la casa parroquial en Bs. 20.000 a la Casa Julio A. Añez & de Maracaibo y
una comisión se encargó de buscar el dinero y cancelar la hipoteca.
El General Silverio González; presidente del estado; a nombre
de Gómez decretó la erogación de bs. 20.000 lo que permite al párroco la
continuación de la deuda adquiriendo cuatro vidrieras con los Misterios de la
Encarnación, Nacimiento, Resurrección y Ascensión de Jesucristo.
Además coloca el piso de mármol, el zócalo de granito, las
puertas de la sacristía, el retablo, el altar, el pulpito de madera tallada de cedro y caoba, todo al estilo gótico.
El valerano se ha caracterizado por su espíritu colaborador y
en aquel año de 1933 son muchas las colaboraciones para engalanar nuestro
templo de San Juan Bautista. Tenemos entre ellas la pila bautismal de mármol
que es obsequiada por el Coronel Teodoro
Méndez, las cinco campanas que son donadas por la familia Daboín.
La campana mayor que
mide 81 centímetros y se conoce como San Juan Bautista, las restantes son
conocidas con los nombres de “Inmaculada Concepción” “Santa Rosalía”, “Santa
Elena”, “San José”.
El Padre Parra se ocuparía del financiamiento del Templo
organizando colectas, veladas, rifas para conseguir recursos para la
construcción de la iglesia.
De igual manera se recibieron contribuciones en dinero entre el pueblo y los comerciantes, no
pudiendo quedarse atrás políticos de la época como el Gral. Vicencio Pérez Soto
con 4.000 y el Gral. José Baldo con 5000 bs entre otros.
Para el año de 1934 el Padre Parra entrega al Padre José
Humberto Contreras la parroquia de San Juan Bautista y aunque el templo está en
servicio se encuentra inconcluso y se debe terminar el revestimiento de la
obra; el exterior e interior del templo.
Se destaca el Padre Contreras con la compra de vidrieras de la cúpula, las naves
laterales, vidrieras que son traídas de Alemania que son encargadas en 1939 y
llegan diez años después.
De igual manera se encarga del armónium de tubos; especie de
órgano; los medallones del Vía Crucis,
la construcción de los pisos, los bancos de madera, el gran comulgatorio de
mármol. En el año 53 es entregada la
parroquia de San juan por parte del Padre Contreras al Pbro. Juan de Dios
Andrade y este conocido representante de la iglesia se dirige al Concejo
Municipal; presidido por Alberto Maldonado Labastida; y el ente edilicio contrata al herrero Scorfa
quien construye las puertas que hoy luce la iglesia.
Es innegable el valor que para nuestra ciudad de Valera tiene
la Iglesia San Juan Bautista que es bastión de lo que somos los valeranos y es
un sitial reconocido para el transitar de nuestra historia.
Parte de esta historia de lo que fuimos debemos recordarla,
para darle un espacio necesario aquellos hombres y mujeres que forjaron lo que
somos y soñaron con la Valera que nos merecemos.
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