Conociendo
nuestra historia
José
Rosario Araujo
El
Dr. Gabriel Briceño al delinear las calles para fabricar un pueblo en los
terrenos ya donados por los Terán y los Díaz, que eran los herederos de
Mercedes Díaz, destinó un terreno de 80 varas para la construcción de una
plaza.
En
ese sitio se realizaban todos los días domingos una venta en donde llegaban los
habitantes de Chachopo y Timotes a ofrecer sus productos y a compra artículos
necesarios para su vida diaria.
El
Domingo de Ramos en el espacio que
después sería conocido como Plaza
Bolívar, se realizaba una gran feria en donde se realizaban transacciones
comerciales de importancia, donde se subastaban ganado, mulas y equinos.
El
Dr. Atiliano Vizcarrondo en el año de 1895, en su gobierno, realizó la
nivelación del piso y el embaulado de la acequia que la atravesaba.
Seis
años después ya este espacio es conocido como Plaza Bolívar, el Dr. Inocente
Quevedo decreta el empedrado que faltaba en las tres cuadras
que la rodeaban, colocan unos barandas de hierro a su alrededor y le colocan en su parte interna ladrillos.
Nombran una Junta de Fomento, conformada por el Gral. Emilio Rivas, Jefe
Municipal, Pedro Santini y J.R. Colina Montilla.
Para
el año de 1905 el Concejo Municipal de Valera decreta el embellecimiento de la
plaza, colocando una verja de hierro y la estatua de Simón Bolívar. Todo esto
enmarcado en el primer Centenario de la ciudad.
Es
nombrada una junta directora de los trabajos conformada por Alfredo Carradini,
Abdon Briceño, Julio Troconis y Ramón Ordoñez. Para el trazado de la plaza
colaboran el agrimensor Américo Briceño Valero, Antonio Braschi, Rodulfo Terán
Labastidas y Víctor Ortega.
El
Presidente Constitucional del Estado Trujillo en 1909; Dr. Trino Baptista; donó
la cantidad de Bs. 2.400 para continuar los trabajos de continuar los trabajos
de construcción de la plaza que había paralizado. Se forma una junta directiva
que es dirigida por el Gral. Víctor Manuel Baptista e integrada por los
ciudadanos Marcos Ibarra y Alfredo Carradini.
Tres
años después el Presidente Juan Vicente Gómez donó 400 quintales de cemento
para el pavimento y con la intención de continuar los trabajos de
embellecimiento de la plaza. El Gral. Rafael Román Colmenares, Consejero de
Gobierno Encargado de la Presidencia Constitucional del Estado, da la cantidad
de 1.600 Bs para pagar el traslado del material donado por Gómez.
El
embellecimiento de la plaza es encargado a una junta de damas valeranas que está integrada por María Ramírez de Troconis, Angélica de
Salinas, Basilisa de González y María
Dolores Araujo.
Una
nueva junta se encarga del ornato de la plaza,
amplían la red de tubería interna para el riego de los jardines,
sembrando árboles para que la plaza tuviera sombra y la gente pudiese
refugiarse del sol.
Vicencio
Pérez Soto, Presidente del Estado, en 1925 ordena la reparación del piso ya que
el pavimento estaba destrozado y donó la
estatua de bronce de Simón Bolívar que es la actual que se encuentra en la
Plaza Bolívar.
En
1936 una comisión nombrada por el Concejo Municipal integrada por Valeriano
Diez, Alberto La Riva y Rafael Ochoa para que seleccionen una frase del
Libertador y es escogido: “La fuente de la legitimidad es el sufragio libre de
los pueblos, no el eco de un motín, ni la expresión de unos amigos”.
Para
mediados del siglo 20 siendo Presidente del Concejo Municipal; Alberto
Maldonado Labastidas; contrato al Arquitecto Rosario Giardinela para construir nuevamente en su totalidad la Plaza
Bolívar.
Es
obra tuvo un costo de 285.000 Bs, con pisos de granito, alumbrado, cuatro
fuentes.
Sustituyo
las barandas de hierro con muros artísticos y modificaron las escalinatas de
acceso, sembraron grama, colocaron bancos y un nuevo pedestal para la estatua
del Libertador.
El 5
de diciembre de 1954 fue inaugurado por Laureano Vallenilla Lanz, Ministro de
Relaciones Interiores que vino expresamente a Valera con ese claro objetivo.
Hay
que recordar que el Concejo Municipal compró a la Marmolería Roversi un nuevo
Pedestal de mármol por el costo de
30.000 Bs.
Esta
fue la historia de nuestra plaza más importante de la ciudad, ya que para amar
a nuestra Valera debemos conocer su historia.
Insistimos
en la necesidad de rescatar espacios en la ciudad de las siete colinas, con la
firme intención de crear sitios para el sano esparcimiento de la familia
valerana.
Recuerdo
con nostalgia los domingos de Retreta tan concurridos por las familias
valeranas, vislumbrando que no es difícil volver a esos tiempos ya que en la
ciudad de Caracas se han recuperados espacios para el buen desenvolvimiento de
todos. Rescatando esos espacios de la prostitución y venta de drogas.
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