Transitando
Nuestra Historia
José Rosario Araujo
La gentileza y el don del gente
de los habitantes de la urbe de Mercedes Díaz fue bastante significativa y
representativa de lo que éramos como personas
y era esos dones parte del gentilicio que nos caracterizaba.
Puede; desde muy niño; conocer
personas que para mí fueron parte de
esos dones que teníamos. La ciudad de Valera acogió muchas personas que
llegaron tanto de pueblos vecinos como de estados cercanos, que se
adaptaron y asumieron costumbres
valeranas.
Un claro ejemplo de gentileza
valerana la tengo que citar en tres personas que para mí eran exponentes de
aquella Valera que se nos fue y estas personalidades se fueron con ella.
Una persona que debo citar por la
que guardo un grato recuerdo es a Diego Hidalgo, con él que tuve una gran
amistad. Fue el padrino de mi hijo Luis Eduardo y desde su negocio La
Democracia, situado en la calle 14 con Av. 8 derrocho a los valeranos gran
gentileza y respeto con muchos años de trabajo.
Pude ver todo el aporte comercial
que este hijo de Boconó repartió por tantos años. Funda un sólido hogar con su
esposa Erenia y sus hijos.
Fue un hombre lleno de respeto y
esa palabra condujo su vida hasta bien entrados los años, ya que Diego Hidalgo vivió
hasta los 105 años.
Recuerdo La Democracia con su
reparto a domicilio en bicicleta y lo complaciente y educado de Don Diego con
sus clientes. Uno llamaba. Tomaban el pedido y te lo llevaba un repartidor en
flamante bicicleta.
Me conto mi compadre que él había
llegado de Boconó a Valera a principios del siglo pasado
llegando a laboral con la casa
comercial Muchacho Hermanos, donde trabajo varios años hasta que llego a
fundar su propio negocio, que primero
estuvo situado en la av. 10 que era la calle Comercio de la urbe valerana y
luego a su sede de tantos años en la dirección que ya mencione.
Desde mi punto de vista, Don
Diego, fue el último caballero de la
ciudad de Valera. Había que ver como ese valerano trataba a las personas, con
que respeto y caballerosidad. Hidalgo sentó cátedra de respeto y de hombría de
bien y me siento orgulloso de haber contado con su amistad, además de haber
sido su compadre. Mi hijo Luis Eduardo siempre lo recuerda; como lo llamaba
Toyer y sin lugar a duda influyo en él.
Otra de las personas que recuerdo
como un gran caballero valerano, del cual no sé de donde era oriundo, fue
Hugo Dubuc, el cronista sentimental de Valera, que lamentablemente murió
atropellado por un carro.
Siempre se veía por las calles
valeranas, siempre regando amistad y
respeto. De Hugo tengo los mejores recuerdos. Fue mi amigo a pesar de la
diferencias de edad y creo que muchos personas lo pudimos llamar asi.
Siempre que escucho el poema de Antonio Machado “Caminante no hay
camino, se hace camino al andar” recuerdo a Hugo. Ese poema interpretado
por Joan Manuel Serrat que utilice de tema en un programa que hice en
Radio Valera, cuando le rendí un
homenaje a los pocos días de su muerte en el año 2006.
La muerte de Hugo fue lamentada
por mucha gente y dejo un gran vacío en Valera ya que no contaríamos con su
simpatía y don de gente.
El ultimo que voy a mencionar es
el conocido poeta Antonio Pérez Carmona, nacido en Escuque, pero que por muchos
años lo vimos transitando las calles de la ciudad. Siempre he pensado que
conocer la obra del poeta Pérez Carmona
es imprescindible para los que sentimos a nuestro querido estado
Trujillo.
Mucho compartí con él en la
Librería Don Quijote en los años 90, donde puede escuchar sus anécdotas y
grandes conocimiento sobre la historia trujillana y valerana.
Lo conocí desde hace
muchísimos años y fue amigo mío como lo fue
su hijo Lenin. Siempre recordare cuando cercana su muerte me dijo que las
torturas que le hizo la Seguridad Nacional le estaban pasando factura.
El poeta tambien es parte de esa
Valera que debemos recuperar, es muy necesario ya que esa fue la época del
respeto y la querencia por nuestra tierra que nos urge recuperar.
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