Con nuestra esencia trujillana
Mañana del 15 de junio, camino por las tierras de la Hacienda “La
Concepción” y el tiempo parece que se detuvo.
Arrullado por la música del Río
Momboy, recorro los linderos de la posesión en donde el año de 1782 nace aquel
prócer orgullo de Mendoza llamado Antonio Nicolás.
Hoy hace 206 años enfrentó
Briceño el pelotón de fusilamiento que lo llevo a la Eternidad. El viento frío
recorre las altas porciones de la hermosa propiedad que hoy 206 años después
Antonio Nicolás está más vivo que nunca.
Caminando y disfrutando del
paisaje no me hubiera sorprendido toparme en uno de sus caminos con el
artífice de “la Guerra a Muerte”, de
elevada estatura, con sus ojos azules
brillando de pasión por su Venezuela, con su verbo encendido como lo hizo en
1811, destacándose como Diputado por Mérida aquel trujillano que defiende la
independencia en la jornada del 5 de Julio.
Me acercó al río Momboy y pienso:
¿Cuantas veces se paró el prócer en estas orillas, disfrutando de su frescura?
Desde aquí desde estas tierras
salió Antonio Nicolás junto a su hermano
José Ignacio, a la corta edad de 17 años
para transitar por esa vida intelectual dedicada al Derecho, que lo caracterizo
en sus cortos 31 años.
¡No le debió haber sido fácil
partir de aquí, aquel año de 1799!
Las tierras de “La Concepción”
atraen y sería difícil partir para estos jóvenes, después que su padre, Antonio Nicolás Briceño del Toro “El Abogado”; que vivió y murió en Mendoza;
estímulo a sus hijos el amor por la Patria chica, demostrado por Domingo*, otro
de sus hermanos en sus “Memorias “ y por el prócer de “la Guerra a Muerte” que
frente a los fusiles de sus verdugos dice:
“SOY DE MENDOZA, PUEBLO DE TRUJILLO, TENGO 31 AÑOS……..”
Estar aquí hoy, es impregnarse de la esencia de la Patria, de lo que fuimos, somos y seremos. Es la
esencia de nosotros mismos. Es convivir y sentir con nuestros próceres,
conocerlos y amar este terruño el de la Patria Chica y el de la Patria Grande,
que recorre nuestras venas, haciéndonos
trujillanos, venezolanos y latinoamericanos.
Aquí en “la Concepción”; en donde
está la casa natal de Antonio Nicolás; es
imposible no sentir la fuerza espiritual del prócer, conociendo como en su
corta existencia se desbordó la pasión vengativa al ver como los españoles
“decapitaban niños, cortaban los senos de las mujeres y les metían puñales en
sus entrañas”, para declarar aquella “Guerra a Muerte” el 16 de enero del año
que es asesinado.
Desde esta porción del valle del
Momboy uno se impregna de esta vida heroica, que desde una postura patriótica que comenzó
desde 1810 cuando toma parte en los sucesos del 19 de abril.
El hijo del dueño de esta
posesión, desde la Junta Patriótica alienta la separación de Venezuela del yugo español.
Al reunirse el Congreso de 1811
destacándose como Orador es elegido
Diputado por Mérida y Trujillo, asegura la adhesión de ambas secciones al
movimiento libertador.
Cuantas veces Antonio
Nicolás recordara las brisas del Momboy
cuando trabaja apasionadamente en pro de la libertad junto a Miranda.
Estará en sus evocaciones su
terruño cuando apresta las armas para defender aquella República recién
fundada.
Cuando parte por el Puerto de La
Guaira con destino a la Nueva Granada, escapando de los asesinos de Monteverde
se lleva también el olor de su tierra natal.
¿Se separaría de Bolívar cuando
comienza la Campaña Admirable, por su
ansiedad de venganza justa en contra de los españoles por sus atrocidades en
contra de sus paisanos?
Por su apresuramiento justo
se estrellaría contra las fuerzas de Tiscar y se inmolaría en el altar
glorioso del sacrificio a la Patria.
Hoy a los 206 años de tu
fusilamiento es justo conocer tu acción
que nos dan las bases de nuestra nacionalidad
y raíces trujillanas.
Hoy más que nunca; Antonio
Nicolás; hay que situarte en el justo pedestal de la historia que te
corresponde.
Hoy 15 de junio; Antonio Nicolás;
desde tu casa:
¡Honor y Gloria a tu memoria!
*José Domingo Briceño, Libertador
de Maracaibo, que reposa en el Panteón Nacional.
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