Indagando nuestra
historia
José Rosario Araujo
El Historiador Mario
Briceño Perozo en su excelente libro “Historia del Estado Trujillo” dice que el núcleo de españoles que
estaban ubicados en el sitio que después se llamó San Juan Bautista de Valer, a estaba constituido por 30 familias en 29
casas en el siglo XVIII.
Estas familias eran
integradas por personas de apellido Valera, que de una u otra manera habían
sido recompensados por Encomiendas por sus servicios prestados a la Corona
Española combatiendo a los alzamientos del Negro Miguel, del Lope de Aguirre y
de los indios de la Laguna de Maracaibo.
La historia cuenta que
para el año de 1595 le adjudicaron a Marcos Valera los terrenos de lo que al
pasar de los años fue conocida como Valera, después de pagar doscientos pesos
en puro oro de 22 quilates al Gobierno del Rey, apareciendo en documentos la
posesión el 3 de agosto de 1600.
La
encomienda, que ya estaba en producción
para ese tiempo de la compra, con el
pasar del tiempo se convierte en una bella aldea que es
un seguro cobijo para los viajeros que se dirigían a los puertos del
Zulia y Mérida.
Los
sembradíos de plátanos y de maíz hacia que sus dueños comercializasen con
viajeros y se destacaban para 1790 las haciendas de “San Luis”, “Santo Domingo”, “Morón, “La
Esperanza”, “La Plata”, “La Beatriz” y “Santa Rita”.
El
primer propietario de la Hacienda “Santa Rita” fue Domingo Ojeda y vende a
Valentina Mexia de Díaz, madre de Mercedes y a Pedro Terán, que era el esposo
de Mercedes.
El Dr. Gabriel Briceño tiene la
idea de fundar un pueblo donde se encuentra la mencionada hacienda y conversa
con la nueva propietaria que era Mercedes Díaz y aprueba la idea donando de
palabra 100 varas para la construcción de una capilla pero fallece en 1814 y no
había realizado escritura para la donación.
Cuatro años después en 1818 los
descendientes de Mercedes registraron legalmente la donación de estos terrenos
ante Juan Antonio Chuecos, Teniente de Justicia Mayor y Administrador de Rentas
Reales del Partido de Escuque y Parroquia Motatán el 25 de agosto.
La Iglesia en la persona de Dr. y
Obispo de Mérida de Maracaibo, Lasso de la Vega, aduce que
se requiere un terreno más grande
que el ofrecido por Mercedes Díaz y un año después se da una segunda
donación por parte de un hijo de Mercedes Díaz llamado Candelario Díaz que dono
dos cuadras y media de terreno (el propio documento dice que cada cuadra estaba constituida por 100 varas
de tierras cada una; es decir 250 varas de tierra) y una prima llamada Candelaria Díaz que si hace
posible la erección de la Parroquia Eclesiástica que dona 270 varas de tierra
que quintuplicaba la primera donación, dieron la misión a Gabriel Briceño de la
Torre para el arrendamiento de solares y con su venta levantar la iglesia.
Para el 15 de febrero, el obispo
de Mérida de Maracaibo se traslada a la localidad y autoriza la parroquia
Eclesiástica San Juan Bautista de Valera.
En el año de 1918, el 15 de
agosto, acercándose la fecha del Centenario de Valera, el Presidente del
Concejo Municipal de Valera Domingo Tejera pide la creación de una Comisión
para la celebración de los 100 años y siendo aprobada por el ente legislativo
se designa al Concejal Américo Briceño Valero, al Presbítero Dr. Miguel A.
Mejía y el Br. Jesús Briceño Casas para
la Comisión.
La comisión presenta un informe
el 15 de octubre de 1918, en el cual se
establece como la verdadera fecha de la erección en parroquia de esta ciudad es
la del quince de febrero de 1820, fecha en que fueron suscrito por el Obispo
Lasso de la Vega, los límites de la parroquia Eclesiástica.
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