Conociendo nuestra historia
José Rosario Araujo
Así debió exclamar Simón Bolívar
al enterarse del fusilamiento de Antonio Nicolás Briceño aquel 15 de junio de
1813.
Las relaciones entre Bolívar y
Briceño no fueron de las mejores, pero lo que si esta claro es la influencia
del famoso Diablo en las ideas del Libertador para dictar un mandato tan duro
como lo fue aquel decreto de guerra a muerte que dicto el “hombre de las
dificultades “en la ciudad de Trujillo.
Revisando nuestra historia es
necesario reconocer la vorágine de violencia y de sangre que inundo nuestra
América en esta guerra libertadora.
Hombres de grandes pasiones se
enfrentaron por imponer sus ideas hasta en el mismo bando.
La historia registra
enfrentamientos entre los mismos patriotas, Bolívar y Briceño no fueron la
excepción.
Ya anteriormente se habían
enfrentado por linderos de sus tierras en 1807 y tuvieron un enfrentamiento
físico que estuvo a punto de desencadenar una tragedia que nos hubiera privado
de alguno o de los dos paladines de la libertad como lo fueron el trujillano y
el caraqueño.
A pesar de que Briceño había
influido para que los españoles y canarios tuvieran algún tipo de participación
en el nuevo gobierno después del 5 de julio de 1811 los desmanes cometidos por
las huestes de Monteverde hicieron que el jurisconsulto de la población de
Mendoza cambiara su óptica y se convirtiera en un furibundo enemigo de España.
Con la meta de destruir en
Venezuela cualquier presencia de españoles e isleños sin dejar “vestigios de
esa raza maldita” como los llamó.
En 1813 junto a un puñado de
combatientes salió de Cartagena para invadir Venezuela, en San Cristóbal
pública un decreto en donde incentiva a los esclavos a matar a sus amos
españoles y canarios para obtener su libertad, respuesta a la matanza de
venezolanos producida por soldados defensores del rey de España.
Estableció un arancel para los
ascensos en sus tropas. El soldado que presentare 20 cabezas de españoles o
canarios seria ascendido a alférez y 30 cabezas ascendía a teniente y 50 a
capitán.
Este decreto fue desaprobado por
Bolívar al recibir del trujillano una carta escrita con sangre y la cabeza de
un español. Briceño se convertiría en un pregonero de la guerra de exterminio
que fue repudiada por Bolívar quien en poco tiempo en Trujillo firmaría el
decreto de la guerra a muerte para poder combatir los desafueros contra los
patriotas realizados por los partidarios del rey.
Briceño al conocer que el
comandante español Yáñez se disponía atacar a Casanare hacía allá se dirige,
Yáñez al conocer los planes del trujillano se devuelve y le prepara una
emboscada, es derrotado y detenido junto a 12 oficiales y remitido a Barinas
donde Tiscar lo fusila no dando cuartel al precursor de la guerra a muerte
cortando su cabeza y mano derecha colocándola en sitio público para que
sirviera de escarmiento.
Bolívar lamento la muerte del
abogado mendocino y dictaría el famoso decreto siendo igualmente influido como
lo fue por Briceño por el padre Francisco Antonio Rosario.
Es necesario conocer nuestra
historia sin juzgar a nuestros próceres que fueron humanos con sus defectos,
debilidades y virtudes y construyeron la patria que hoy vivimos.
¡Honra y honor a nuestros
próceres!
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