José Rosario Araujo
Es a ella; a doña Mercedes;
a quien le debemos lo que somos y
seremos, es aquella mujer la dueña de la Hacienda Santa Rita que donó los dos
lotes de terreno que sirvieron para establecer
la ciudad de Valera en el año de 1918. Poco se conoce sobre la abnegada mujer,
solo que tuvo 10 hijos y que no sabía leer ni escribir.
Nuestra ciudad eran solamente haciendas de caña, cacao y de
café y ella había heredado la propiedad de su mamá Valentina Mejia en 1803. Esa
propiedad tuvo un valor de 100 pesos y
había sido fundada por Domingo del Rosario Ojeda.
La finca había sido comprada por su madre y Pedro Terán,
quien se casó con Mercedes. Al fallecer Valentina la parte de ella es heredada por
Mercedes Díaz y fue en donde se donó las
cien varas para construir una iglesia.
Varias conversaciones había tenido el hermano de Antonio
Nicolás Briceño; Gabriel Briceño; para animarla para la fundación de un pueblo
en parte de los terrenos de la “Hacienda
Santa Rita”
Como la donación fue de palabra, sus hijos al morir la matrona de la futura
ciudad, ratificaron judicialmente en el
Registro de Escuque la donación el 25 de agosto de 1918 para que se fundara un
pueblo y se fabricara la iglesia donando un terreno mayor.
Sus herederos Juan de Jesús Terán, los esposos Trinidad
García y Manuela Terán, José Pablo Terán, Maximiano Sala; marido de Martina
Terán, y Reyes Terán ante el Teniente de Justicia Mayor y Administrador de la
Renta Reales del Partido de Escuque y
Motatán; Juan Antonio Chuecos; donan los mencionados terrenos alegando
que no necesitan de tierra donada. El único que firma el documento es Juan de
Jesús por saber firmar.
Reyes Terán donó dos cuadras y media y doscientas noventa y
cinco varas donadas por Candelaria Díaz quienes encomiendan al Pbro. Manuel Fajardo ya a Gabriel Briceño para delinear el pueblo
y vender los solares de la futura ciudad y de esta manera poder construir la
iglesia.
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