Le robaron
las camisas
José Rosario Araujo
Al final del gobierno del Gral. Medina Angarita, nuestro país
se encontraba dividido en facciones políticas que eran liderizadas por el
actual presidente de Venezuela en esos
momentos y su partido PDV, el Gral. López Contreras, los líderes de AD; Rómulo
Betancourt y Raúl Leoni; los militares
jóvenes; liderizados por Pérez Jiménez.
Se presagian acontecimientos negativos para el país y la
formula salvadora lucen en el Dr. Diógenes Escalante que sería el candidato del
consenso de todas las fuerzas políticas de ese momento.
La presencia del político Escalante; andino, de San
Cristóbal; tranquilizaría al país y
evitaría el choque entre Medina y López Contreras.
Escalante había tenido una excelente labor como canciller de
Venezuela embajador del país en Washington, diplomático de excelente trayectoria, ex ministro del Interior y de la
Secretaría de la Presidencia en los días difíciles después de la
muerte de Gómez.
Al llegar Escalante a Venezuela fue recibido por miles de
personas; el 17 de agosto de 1945;
siendo escoltado por una caravana de 3000 vehículos lo acompaño a
Caracas. Ya para el país era seguro la elección del Canciller Escalante por el
Congreso Nacional, seria presidente de Venezuela para el periodo 1946-1951.
Un día en que el
presidente Medina Angarita; en la persona de su edecán el Coronel
Valera; lo invita para una reunión en la presidencia, Escalante le manifiesta
que no puede ir debido a que le habían
robado las camisas. Testigo presencial de ese hecho fue Ramón J. Velásquez, que
fue su jefe de prensa.
Todos quedan confundidos con esa actitud del casi futuro
presidente del país; quien decía que las
camisas habían salido volando y cuando le hacen ver que aún tiene sus camisas
declara que se las han cambiado y no son suyas. Velásquez informa al edecán lo
que manifestaba Escalante y le informa a Medina de lo que ocurre quien envía
una comisión integrada por Pedro
Sotillo; Secretario de la Presidencia, el Consultor Jurídico; Dr. Carrillo y un grupo de militares
comandado por el jefe de la inteligencia militar.
Desde ese momento una ola de rumores confunde a Venezuela; se
dice que el gobierno tiene escondido a Escalante; son tan fuertes que el mismo
Betancourt se dirige a la presidencia para conocer la verdad, con él se encuentra Raúl Leoni, Alfredo
Bertorelli y Gonzalo Barrios, en otro extremo los doctores Pastor Oropeza,
Leopoldo García, Víctor Manuel Rivas y otros miembros del partido de gobierno o
PDV.
Al rato se dirige a los presentes un médico siquiatra de AD y otro
designado por el gobierno que participan determinando que la enfermedad
que padecía Diógenes Escalante era arterioesclerosis, aunque otros
establecieron que fue esquizofrenia, o ambas; detonada por el estrés al que fue
sometido al llegar a Caracas.
Esta es una anécdota conocida muy poco por las nuevas
generaciones en donde por primera y
única vez el candidato a presidente se volvió loco.
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