José Rosario Araujo
Esas fueron las palabras del Libertador Simón Bolívar
cuando el 13 de junio de 1813, el sobrino de Antonio Nicolás Briceño,
Pedro Briceño, le participo la muerte
del prócer trujillano cuando lo consiguió en Escuque.
La leyenda histórica afirma que el recado enviado por el defensor a
ultranza de la Guerra a Muerte a Bolívar seria la clave para la famosa proclama
que dictaría dos días después en la ciudad de Trujillo el recién nombrado
Libertador.
El joven Briceño se había salvado de correr la misma suerte de Antonio Nicolás,
gracias a que una hermosa mujer que era la amante del español Tiscar pidió que
fuese perdonado por su corta edad.
El mártir trujillano había encomendado a su
sobrino que se dirigiera donde se encontraba Bolívar y le participase su
muerte.
Antonio Nicolás Briceño había huido primero a las Antillas y luego a Cartagena después
de la Capitulación de Miranda. Desde allí se pone en contacto con Ribas, Bolívar,
Urdaneta y con otros patriotas que se
aprestaban a la lucha por la libertad.
Este destacado personaje se había trasladado a
Caracas en el año de 1790 en donde se radicó, había tenido una esmerada educación
viajando a Europa en donde conoció las doctrinas políticas de Los
Enciclopedistas y familiarizado con las ideas de Locke, Rousseau, Montesquieu
entre otros.
Tomo partido en la lucha por la Independencia y
en 1808 junto a otros patriotas, entre ellos Ribas, los Montillas, Uztariz, había
presentado ante el Capitán General Las
Casas una petición en donde se solicitaba la constitución de una Junta
de Gobierno que remplazara a la autoridad política colonial.
Un año después se compromete en el golpe militar que fracasa y es confinado en su
hacienda de Yare. En 1810 forma parte en los hechos de 1810, formando parte en
el grupo más radical de la Sociedad Patriótica, brillando por sus discursos,
realizando importantes discursos en el Congreso de 1811, siendo diputado al
Congreso por el estado Mérida, defendiendo la independencia nacional, su firma
aparece en la Primera Constitución Nacional.
Trabaja
con ahínco en contra de la reacción realista y se alista para defender la recién
revolución.
Participa en los inicios de la Campana
Admirable en donde alcanza el grado de Coronel. Tiene serias diferencias con El futuro Libertador y se interna en Venezuela.
A pesar que El Diablo Briceño había defendido a
los españoles en el Congreso en el ano
de 1811, la violencia y crueldad desatada por Monteverde produjo un cambio
notorio en el trujillano. Crueles serían sus cartas escritas con sangre humana
en vez de tinta, igual que las decapitaciones a españoles realizadas quizás justificado
como lo dijo en la carta a su esposa Dolores Jerez de
Aristiguieta como venganza a la orden de Monteverde de exterminar a los
venezolanos de la faz de la tierra.
En Guasdalito es envuelto mediante una traición por las tropas españolas formando
un cuadro en la llanura que resistió con valor las envestidas del
enemigo hasta que se tuvo que rendir con doce compañeros.
Fue condenado a muerte y manifestó que lo
fusilasen pronto para no sufrir más la pena
de ver a los tiranos de su Patria y fue ejecutado el 15 de junio de
1813 el mismo día en que Bolívar dicta
el famoso Decreto de Guerra a Muerte.
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