Combatiendo en la División del Norte
Para los que nos apasiona la
historia de nuestra América, es imposible no identificarse con la lucha de
liberación del pueblo en sus diferentes revoluciones. Es de obligatoriedad
penetrar en la Revolución Mexicana para transitar por estos caminos de los
combates por la autodeterminación y en esa investigación emergen gigantes
figuras como Emiliano Zapata y Pancho Villa.
Mucho se ha hablado sobres estos
dos grandes caudillos de esos tiempos inmemoriales, el cine mexicano con su
corridos los nombra por doquier y el General Villa con sus Dorados llena la
historia mexicana con trazos de heroísmo y sacrificio en aquellos años de
principios del siglo XX.
En la Revolución Mexicana la presencia
de los Dorados fue legendaria. Estos integrantes de la División del Norte,
formaron la guardia de honor del León del Norte y como cuerpo de elite contaban
con un armamento especial como era un máuser de 7 milímetros y un revolver
calibre 44, vestidos de caqui y de sombreros Stetson blancos, siempre
jineteando briosos caballos.
Los Dorados era aguerridos
combatientes, de destacada participación en las batallas y mayormente provenían
de Chihuahua, en el municipio de La Ascensión.
Entre los Dorados estuvieron
revolucionarios mexicanos destacados como el famoso Candelario Cervantes; quien
dirigió el ataque a Columbus en 1916, en Nuevo México en los Estados Unidos; y
los hermanos Pablo y Martín López que estuvieron bajo las órdenes de Villa
desde adolescentes y que quiso como hijos, afectándole profundamente al general
revolucionario cuando murieron.
Esta especie de guardia de honor
se distingue en los enfrentamientos de Tierra Blanca, Ojinaga, Chihuahua y
Torreón, antes de ser conocidos como Dorados, ya conformados como cuerpo elite
en las tropas villistas, participaron en primera línea en la toma de Zacatecas
y después de la rendición de Villa, continuaron con su caudillo y algunos de
ellos morirían en Hidalgo del Parra cuando mataron a Pancho Villa en 1923,
aquel 20 de julio.
Cuando es asesinado Madero en
1913, Villa se encuentra en El Paso exilado, fugitivo de una prisión militar en
la ciudad de México, regresa un mes después cruzando la frontera con varios de
sus hombres, estando entre ellos Candelario Cervantes.
Villa y su incipiente ejército
llega esa noche a Las Amarguras, tres días después llegan a la Hacienda El
Carmen, pasan por Saucito y a ocho días siguientes se encuentra en San
Andrés y en esos pueblos se nutre de hombres
de pelea que muchos de ellos será parte de los Dorados.
Al grito de ¡Viva Villa!
engruesan sus tropas y después de varias acciones entre ellas la captura de un
tren con oro y plata, de un combate donde se tiene que retirar en San Andrés el
revolucionario se encamina a Casa Grande, capturando el bastión. De allí se
dirige a La Ascensión donde se dedica a preparar a sus tropas por un mes,
consigue armas y municiones, escogiendo su escolta.
El León del Norte selecciono lo
hombres que integrarían su escolta y que por su vestimenta de caqui los llamó
los Dorados.
En su libro Pancho Villa el
escritor Paco Ignacio Taibo II narra que en el año de 1914 en Chiguagua es
cuando la escolta de Villa y el Cuerpo de Guías pasara a formar la leyenda de
los Dorados.
Villa da las ordenes que que prepare
una caballeriza para 600 caballos, dos por hombres y Jesús Ríos recibe el mando
del cuerpo de Guías y su sede será el antiguo cuartel de los Rurales, este
grupo será conocido como los Dorados, según menciona Taibo II en esa destacada
biografía del Centauro del Norte.
En este texto se le dirá que el
nombre de estos escoltas de Villa es que sus uniformes se vislumbran dorados
por la acción del sol.
J.B. Vargas dice que Villa tomo
ese nombre de unos bandidos llamados Los
Plateados de la novela El Zarco de Altamirano.
Ignacio Muñoz dirá que el nombre
de Dorados viene de una escarapela metálica que usaban en la parte delantera
del sombrero texano, pero se dice que un año después de haber sido fundados
este cuerpo de elite villista usaban sombreros charros.
Existe otra versión que narra que
el General Villa pasaba revista a la División del Norte todos los días y un día
al tener enfrente a los escoltas del General Trinidad Rodríguez y a su Brigada
Cuauntémoc, le gustó los bien uniformados que estaban con sus sobreros texanos
y sus ropas de caqui,
Quedó tan impresionado que le
dijo a Rodríguez que le robaría el nombre a sus hombres para ponérselo a sus
escoltas y este le respondió que le podría a sus soldados el nombre de
Plateados, per no lo pudo hacer ya que murió el 23 de junio de 1914 en la batalla de
Zacatecas, nueve días después de que nacieron los famosos Dorados de Villa en
Torreón”
Lo que si es cierto es que estos
soldados que integraron la escolta eran hombres muy bragados, que también les
servían como ayudantes y ejecutaban a sus enemigos como si fueran la vieja
guardia de Napoleón, cooperando para hacer entrar las tropas al combate, en los
enfrentamientos se distribuían en grupo en las brigadas y también servían de
enlace con el Cuartel General.
Para la batalla de Torreón junto
a la División del Norte, participan 300 Dorados y cuando el Centauro ve que los
federales flanqueaban a la artillería del General Maclovio Herrera se
lanza hacia la caballería enemiga con
los hombres de su escolta y les ordena que aguanten los disparos, ya que se enfrentan con soldados que los
esperan con los sables desenvainados que llevaran la peor parte por los
disparos de los revólveres y pistolas 44 con que cuentan los Dorados.
Al grito de ¡Viva Villa! Se les
une las tropas de Herrera que se había visto pasar por la carga de los Dorados.
El Centauro del Norte iba en la
carga de sus escoltas con un cigarro en la mano, a pesar de que no fumaba, pero
lo hacía para prender la mecha que llevaba en la otra mano, demostrando que Pancho
Villa combatía hombro con hombro con sus hombres.
El jefe de la División del Norte
escogía personalmente a los Dorados entre hombres leales y de gran destreza en
el combate y cada vez que Villa sabía de un oficial o soldado se había
destacado en algún combate lo incorporaba a sus Dorados.
A Cervantes lo escogería porque
durante el ataque a la Hacienda de Santa Clara, los revolucionarios no contaban
con artillería y Candelario cargó con cuantas piezas de madera para aparentar
ser cañones y en voz alta comenzó a darle órdenes a sus hombres de disparar los
cañones y los federales presa del pánico
se rindieron.
Otro de los hombres
seleccionado por el León del Norte fue
Carlos Gutiérrez Galindo quien para
salvarse en un combate en donde había sido derribado su caballo y como los
federales ajusticiaban a los heridos rebeldes este se había escondido en el
vientre de su caballo, hasta que los villistas vuelven a retomar el campo de
batalla.
No podemos dejar de mencionar a
Manuel Baca Valle, quien fue compañero de Villa cuando era bandido, siendo
además uno de los verdugos que utilizó Pancho Villa en contra de sus enemigos.
Doroteo Arango; nombre verdadero
de Pancho Villa; iba a fusilar al General Rodolfo Fierro, que era su mano
derecha, ya que en la batalla del Bajío provocó que un número importante de
Dorados cayeran en combate.
Después de esa derrota las tropas
de Villa quedan desarticuladas pero no vencidas ya que comenzaría el León del Norte una nueva fase de
guerra de guerrillas en donde contaría con
los Dorados en primera línea.
La División del Norte contaría
con esta guardia de Corp de Pancho Villa caracterizándose, como ya se dijo, con
sus hombres valientes y destacadas acciones que llenaron la historia de la
Revolución Mexicana con grandes hazañas plenas de valor y sacrificio.
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