martes, 1 de septiembre de 2020

EL CID, BABIECA Y LA TIZONA

José Rosario Araujo

No se puede dejar de conocer a un héroe medieval,   si no se conoce su corcel y su espada y el Cid Campeador no es una excepción de la regla.

Babieca y la Tizona fueron parte de la vida de este gran combatiente español que hoy en día es descrita su vida por el excelente escritor español Pérez Reverte con su novela “Sidi” que significa mi señor en lenguaje árabe y de allí el apelativo Cid.

Este caballero hispano del siglo XI que su gesta inspiró “El Cantar del Mío Cid” guerreó de forma independiente conquistando el territorio del Levante, imponiendo su capital en Valencia.  

Rodrigo Díaz de Vivar comenzó su gesta militar al servicio del Infante Sancho de Castilla, que más tarde fue el Rey Sancho II de Castilla y donde aprende a manejar las armas y fue nombrado Caballero.

El Cid nació; se cuenta; en Vivar, situado en el valle de río Unierna, a diez kilometros al norte de Burgos y la fecha de su nacimiento no se conoce, pero se propone desde 1041 a 1057, pero lo más seguro es que su nacimiento se sitúa entre 1045 y 1049, su padre era Diego Laínez, que se había alejado del núcleo familiar para buscar fortuna, destacándose en la guerra con Navarra  en 1054.

El padre del Cid adquirió las posesiones de Vivar en donde nació Rodrigo  quien fue acogido en la corte, siendo criado como miembro del séquito del Infante Sancho, que era el primogénito del Rey Fernando I.

El Infante lo nombra caballero y el futuro Cid participaría en su primera acción guerrera en la batalla de Graus en 1063, en donde las tropas castellanas habían acudido en ayuda del Rey Moro de Zaragoza que era protegido por el rey castellano contra los ataques del Rey de Aragón Ramiro I, quien fallece en esta batalla.

En sus inicios Rodrigo,  fue escudero del Rey Sancho y participó en la Guerra de los tres Sanchos, en donde los tres hermanos Sancho II de Castilla, Alfonso VI de León y García Rey de Galicia se enfrentaron para unificar el reino que dejo su padre.

En esa guerra nuestro héroe recibe el apodo “El Campeador” por su valor en el combate en defensa de su señor Sancho II de León.

El Señor de Vivar participó como Campeón de su Rey en varios combates para dirimir asuntos como cuando peleó con el campeón del Rey Sancho de Pamplona, Nájera y la Rioja; Jimeno Garcés de Azagra, Alférez Real o cuando combatió con un guerrero de al-Muqtádir llamado Fariz. 

En la ciudad de Zamora,  defendiéndose de una rebelión que apoyaba la infanta Urraca que era hermana de los Reyes en conflicto, muere el Rey Sancho II y “El Campeador” pasó a apoyar  al Rey Alfonso VI que mando en el reino unificado.

Al pasar el tiempo “El Campeador” es premiado por sus servicios concediéndole la mano de la que fue su esposa Doña Jimena, pero con el tiempo comenzaron los roces contra el Rey Alfonso VI en un viaje que el guerrero realizó a Sevilla que estaba bajo el mando de un rey llamado Almutamid.

Rodrigo realizando su misión es sorprendido por la noticia de que se había producido un ataque en donde participaba un guerrero castellano de nombre García Ordoñez que el capturado por El Campeador cuando derrota al ejército agresor.   

El Señor de Vivar era un claro ejemplo para los  hombres que combatían a su lado que eran alentados por el valor de su jefe que trataban de estar a la altura de un jefe tan valeroso.

Los juglares cantaron que El Campeador en un cruento enfrentamiento contra 14 guerreros uno a uno y  libero a Don Sancho

Se dice que las desavenencias con el Rey se producen por que el guerrero Rodrigo saquea un reino que era conocido como Taifa de Toledo;  en 1081;  que se encontraba bajo la protección de Alfonso VI. Esa acción la había realizado sin permiso real y puso en peligro las negociaciones que se realizaban por el Rey  y eso logró que Rodrigo fuese desterrado de Castilla y confiscadas todas sus posesiones.

Junto con sus hombres y personal de confianza termina sirviéndole como Caballero al Rey de Zaragoza; Muqtadir; en el enfrentamiento que tenía contra su hermano Al-Mundir, que como monarca de Lérida, Tortosa y Denia; contaba con la amistad y colaboración de los Condes de Barcelona y del Rey Sancho I.

Combatiendo con las huestes del Rey Muqtadir es que recibe Rodrigo el apodo de Sid, vocablo árabe que significa “Señor”. En esos tiempos vence a Berenguer Ramón II y a Al –Mundir.

 Seis años después “El Campeador” se reconcilia con Alfonso VI, prestando importante servicios al monarca, pero tres años después se vuelve a enemistar con ese Rey y es desterrado a Castilla, acusado de traición.

Alfonso VI realiza un cerco contra Zaragoza y se reconcilia con “El Campeador”, indultándolo por la necesidad de contar con nobles que defendiesen su reino.

Esto hace que se dirija a oriente, convirtiéndose en protector de Al-Qadir volviendo a derrotar a Berenguer II.

Conquista Valencia, pero sus servicios no son reconocidos ya que es desterrado por desavenencias con Alfonso VI,  que le había ordenado que atacase a los ejércitos que sitiaban  la ciudad de Aledo en Murcia y no obedeció.

Este castigo hace que “El Cid” se dedique a defender sus propios intereses y no sirviéndole a ningún monarca y se centra en el Levante español, después de mucho batallar se nombra Príncipe al Campeador.

Rodrigo fallece para el año de 1099 y cuenta su gesta que ganó una batalla después de muerto cuando su esposa Jimena y su yerno Ramón Berenguer III lo colocan al lomo  de su famoso caballo Babieca que lo conduce hacia la leyenda y la gloria que serían cantada por sus juglares e historiadores hasta en la época actual.

Jimena fue gobernadora de Valencia hasta el año 1102 y se llevo el cadaver del Cid al monasterio de San Pedro de Cardeña y actualmente los restos del guerrero y de su esposa se encuentra en la Catedral de Burgos.

La historia y la leyenda se unen para narrar que dos años después de la muerte del famoso guerrero,  Valencia es sometida a un asedio realizado por un poderoso ejército árabe, dirigido por el Emir Al-Muslimin Yusuf y comandado por un famoso combatiente árabe llamado Latuna Mazdalí.

Jimena se defendió y uno de sus recursos fue sacar el cuerpo del “Campeador” junto a Babieca y no parece tan irracional ya que las sillas de los caballos de combate tenían un respaldo posterior y las nalgas del jinete quedaban ajustadas.

El caballo del Cid  estaba adiestrado  como caballo de combate y junto a la fama de guerrero del Cid derroto a los ejércitos árabes, que no eran cualquier cosa y que tenían la táctica de usar elefantes y caballería ligera.

Babieca era un caballo alazán que tenía en la frente una estrella blanca, una interesante mezcla berberisco, teutón-ibérico. Los musulmanes habían enseñado a los españoles la cría de caballos que se destacaron como caballos de pelea.   Esa raza fue denominada andaluza.

Era  de contextura recia, un Percheron, de cabeza fina, cuello musculoso, ancho pecho, de gran peso, con patas muy resistente para poder llevar el peso del caballero con su armadura.

No solamente eran animales muy fuertes, sino veloces y resistentes y como lo canta el Cantar de Mío Cid, estos caballos eran el mejor botín que un cristiano pudiese obtener de un árabe o el mejor regalo.

Babieca fue regalado al Cid como recompensa por sus servicios por el Rey Alfonso VI y fue llamado así,  debido a la crítica que le hizo su tío al escoger Rodrigo  el ejemplar que no precisamente brillaba por su hermosura.

El Campeador había visto en el equino que sería un buen caballo y lo entrenaría para que cabalgase raudo como el viento cuando atacaba a los moros. Otra de las hipótesis dice que ese nombre deriva del nombre del caballo de Guillermo de Orange llamado Baucan y en el castellano medieval “bausan” significa necio o tonto, aunque  el nombre no concuerda con la actuación del equino de guerra.

También se comenta que el nombre podría proceder de la palabra “babueca” que significa “Buho”.

La espada del Cid  Campeador paso igualmente a la leyenda del formidable guerrero español, poco podemos agregar a la gesta del insigne combatiente que no aparezca en el Cantar del Mío Cid  en donde aparece que se llamó la espada Tizón que significa en lengua castellana proveniente del latín titio “brasa, leño ardiente”.

El mismo Cantar dice que la espada tiene personalidad propia ya que la fuerza varía según el brazo que la maneja y que aterroriza a los adversarios que no son dignos.

La Tizona era una espada de 1,153 kg, de una hoja de 933 mm de longitud y 43 mm de ancho máximo. En este canal grabaron la leyenda: “Yo soy Tizona. Fue hecha en la era de 1040”.

Su guarnición tiene un pomo plano, el puño largo y cónico, forrado de alambre de hierro.

Así fue la vida de Rodrigo Diaz del Vivar nuestro Cid Campeador, el famoso guerrero español.

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