sábado, 2 de enero de 2021

LA BATALLA DE URICA, EL DÍA QUE MURIÓ BOVES



 La Otra Historia

José Rosario Araujo

Las depredaciones realizadas por el sanguinario Boves en Cumaná fueron muchas, el español dio ordenes a sus hombres para que entrasen a la ciudad y dieran muerte a cuantos hombres consiguiesen, entraron a la iglesia a caballo para exterminar los que allí se escondieran, asesinaron más de 500 personas.

Los llaneros entraban a las casas matando a cuantas personas encontraron y violando las mujeres como la hermana del futuro Mariscal Sucre; Magdalena; que se suicida tirándose desde un balcón para huir de sus perseguidores que intentan violarla.

Asesinan a mujeres,k niños y ancianos que llegaron a esa ciudad den la emigración desde Caracas huyendo de las huestes del terrible Boves.

Son muertos los músicos Juan José Landaeta y Caro, las mujeres que se salvaron de las primeras matanzas son enviadas a una suerte peor en la Isla de Arichuna para ser violadas por las hordas llaneras.

Boves sale con un grupo grande de sus tropas dejando una reserva para que sigan cazando a los patriotas que se encontraban escondidos en la zona. El líder español se dirige a Maturín, mientras los patriotas buscan a Morales en Urica

El 28 de septiembre con 400 hombres llega Ribas a Maturín y los patriotas alcanzan un número de 4.700  hombres, que eran 2.200 de infantería y 2.500 de caballería, un grupo importante de no estar divididos en dos bandos entre el tío de El Libertador y Bermudez.

El primero alegaba su mayor graduación y se protegía detrás de su gran prestigio y Bermudez aducía que ya la República había desaparecido y él construiría otra.

Los dos caudillo patriotas no se ponen de acuerdo y con todas esas diferencias salen a enfrentarse a Morales que se encuentra en el sitio de Urica. Al tener noticias de de el avance de Boves que se acercaba por el camino de Guanaguana nuevas disputas entre los dos hombres se producen.

Bermudez prefería enfrentarse al asturiano y Ribas prefería continuar la marcha contra Morales. El caudillo de los llaneros estaba mas cerca para acabar con él, el caraqueño  temía que el terreno quebrado no favorecería  a los jinetes patriotas, a los que usaría en contra de Morales.

Los dos patriotas tomaron una mala división y fue que Ribas regreso a Maturín y Bermudez siguió contra Boves  con 1.200 combatientes nada más.

Podemos decir que Bermudez no se caracterizaba por ser un gran estratega, era un combatiente duro que consideraba las acciones militares como duelos personales. Boves le sale al encuentro en los Magueyes  en un terreno nada favorable para que la caballería patriota actuase con comodidad y lo derrota, lo persigue hasta más allá de Aragua de Maturín.

En esa acción se produce un hecho que destaca la bravura de Bermudez y es que en la persecución es detenido por un oficial español que le apunta al pecho y el cumanés le grita: “Suelte el arma, soy el General Bermudez!

El español impresionado por la valentía del patriota lo deja pasar. Para el día 27 el asturiano se une a su lugarteniente en Urica y allí espera a los jefes patriotas que siguen en disputa faltando muy poco para el rompimiento entre los dos colosos patriotas.

Ribas prefería tomar la ofensiva, mientras el cumanés abogaba por salir en la búsqueda  del enemigo.

Bermudez no le queda otra cosa que acompañar al caraqueño en sus acciones para la batalla, pero gran cantidad de sus mejores tropas de caballería se quedan en Maturín.

El tío político  de Bolívar había creado un grupo de jinetes que eran conocidos como “Rompelineas” que eran comandados por Zaraza y Monagas, que estaba destinados a los golpes de mano.

Ya para el 5 de diciembre los dos ejércitos se encuentra frente a frente. Ribas colocó a su infantería en el centro  y a sus jinetes de la siguiente forma; Zaraza a la izquierda y Monagas a la derecha. Las  ordenes eran atacar la caballería de Boves, romperlas y desordenarlas mientras la infantería patriota se encargaba de completar la victoria.

Con el ataque de los “Rompelineas” desordenarían las filas de los llaneros y estos con sus caballos desbocados atropellaría la infantería de Boves.

Los  jinetes de Zaraza atacán el batallón “Tiznados” que comandaba Boves , que no logra detener el impetú en la carga de los patriotas y tienen que retirarse, por el ataque que realiza el llanero patriota en zigzag.

El ataque es tan fuerte que penetran las lineas de los llaneros llegando casi hasta el Estado Mayor de Boves. Cuando el caudillo español ve el ataque sale a detener los jinetes republicanos y no puede controlar un caballo que le había regalado una mujer y recibe un lanzazo.

Boves intentó de echar pie a tierra  y cuando se descolgaba de la silla fue alcanzado por la lanza de un patriota que se dice que fue un General  Andrés Rojas de Maturín y otra versión dice que fue el mismo Zaraza, que al final reconoció llanero patriota en una conversación años despues en donde se encontraban presentes el Coronel Bartolo Alfonso, el Comandante Domingo Padrino, los espalderos de Zaraza Valerio Muñoz y Anselmo Hernandez.

Zaraza se empantana en una cienega y Morales lo ataca hasta que lo hace disgregarse. El llanero patriota le grita a los suyos:

¡Se acabó la bobera! Siendo atacado por el escuadrón de caballería de los llaneros de Narciso López  que lo derrota a pesar de los caballos patriotas pisotean el cadáver de Boves.

Monagas también se repliega con gran cantidad de muertos y se trata de apoyar en la gente de Barreto y allí se oye el grito de:

¡Estamos cortados! Frase que hace que la caballería  huya atacada por el “3 del Rey”, “Cazadores” y sucesivamente por “Rastro” y “Espino”.

El ala derecha de los republicanos es atacado con una feroz carga de caballería por parte de los llaneros que causa un pánico y la infantería patriota  y la caballería huyen perseguidos por los hombres de Boves que vengan su muerte, produciendo una gran matanza entre ellos Miguel José Sanz.

Anzoategui exclama:

¡Hay que morir matando!

Ribas se retira al ver que no le quedan soldados, solamente acompañado por unos pocos de sus combatientes.

Muerto Boves esa misma noche un grupo de oficiales de los llaneros realistas se reunieron para escoger un jefe que continuase la labor de Boves. Morales era el más fuerte de ellos para sumir el cargo. Existían siete jefes que opinaban que había que devolverle el mando al Capitán General Cajigal , que era el jefe legítimo de la campaña en Venezuela.

Morales se negaba a esta decisión, aunque no le favorecía que en tres combates donde había comandado a los llaneros había sido derrotado dos veces : La Victoria y Maturín.

Para evitar insubordinaciones decidió asesinar  a sus  opositores, cortándoles la cabeza y enviándolas a Caracas, hecho que quedo registrado en la historia de nuestra Independencia como el Acta de Urica, pero todavía quedaría sangre por derramar por parte de los lanceros de Boves.

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