José Rosario Araujo
Cuando no adentramos en la Historia Universal e imposible no admirar a Alejandro Magno, aquel conquistador que se convirtió en ese tiempo, en el dueño del mundo conocido.
La hazañas de guerrero fueron legendarias, fue el Rey de Macedonia, Hegemón de Grecia, Faraón de Egipto, Rey de Persia y sus territorios se extienden a lo que son hoy India y Pakistán.
Alejandro un personaje bastante interesante de estudiar y conocer, pero una de la faceta más interesante de su vida es la relación con su caballo Bucéfalo .
El nombre del caballo significa
Cabeza de Buey o de Toro y dice la leyenda que era debido a la gran anchura de su frente o por una cabeza de
toro en forma de mancha que tenía en el lomo.
El historiador Plutarco narra que el hermoso animal fue obtenido por el Rey Filipo II de Macedonia por el precio de trece talentos a un hombre de nombre Filonico.
El animal era muy brioso y nadie lograba apaciguarlo, hasta que llegó Alejandro, que nota que la fiereza de la bestia era debido a que este temía a su propia sombra. El joven gira la cabeza de Bucéfalo hacia el sol, cegándolo y logrando subirse de un brinco.
El Rey al ver lo fácil que ha resultado la doma del caballo exclama: “Búscate un reino que sea igual a tu grandeza ya que Macedonia te quedará pequeña para ti.”
Otro historiador griego de nombre Calítenes; sobrino de Aristoteles; da la versión de que tal era la fiereza de Bucéfalo, que comía carne humana. Versión que considero fantasiosa ya que ningún equino come carne. La versión dice que este caballo era descendiente de las Yegua de Diomenes.
También relata que el Rey debido al furor de la bestia lo tenía encerrado en una jaula de oro y donde era echado todo aquel que desobedeciese su leyes. A Filipo el Oráculo de Delfos le había dicho que quien dominase al caballo sería el dueño de todo el mundo conocido.
Cuando Alejandro de solamente 15 años se le acerca, Bucéfalo extendió su pata delantera y lo saludo de un relincho, reconociéndolo como su dueño. El futuro conquistador del mundo lo monta y cabalga sobre él por toda la ciudad.
Bucéfalo era un semental negro y montarlo era como cabalgar en Pegaso, cuya rapidez e podría comparar con los caballos de Aquiles, Balio y Janto.
El griego inicia la conquista de inmenso imperio persa, que era enemigo de lo griegos y que su padre tenía como planes conquistar y que para esto había establecido posiciones en los territorios de Tracia y el norte del mar Egeo.
La conquista de lo territorios persas resolvería buena parte de lo problemas de los griegos, vengándose de las ofensas de los persas en el siglo V A.C. Alejandro se dedica a conquistar en once años todas las regiones de Asia.
Alejandro partió con 25.000 infantes, 5.000 jinetes, 7.000 arqueros y 900 unidades de tropas auxiliares para enfrentare contra un ejército superior de 50.000 mercenario griegos, 30.000 soldados Persas y la guardia personal del Rey persa Darío que era llamada los Diez Mil Inmortales y varias tribus de las montañas.
Con todo y la diferencia entre efectivo de los dos ejércitos Magno se impuso a lo persas por su gran organización militar, excelente adiestramiento, valor a toda prueba y su gran genio estratégico, siempre a lomos de su caballo Bucéfalo.
El animal permanece con Alejandro durante todas sus campañas militares en Asia contra el Imperio Persa y murió; cuentan los textos históricos; que murió en la batalla de Hidaspes en el año 326 A.C. Una versiones dicen que murió en combate y otra que murió por su avanzada edad. Pero en lo que concuerdan lo historiadores de la época e que fundó una ciudad en u nombre, conocida como Alejandría Bucéfala; posiblemente situada en el actual Pakistán; reconociendo que parte de sus triunfos se debía a su caballo.
Existe una versión que relata que
Bucéfalo murió en un combate contra el Rey Poro; en la batalla de Hidáspedes en el año 326
AC; quien con un ejército poderoso de
30.000 infantes, 4.000 jinetes, 300 carros de combate y 200 elefantes se le
enfrentó a Alejandro.
La alegría del triunfo
obtenido contra un enemigo casi
sobrehumano, con elefantes, animales con quienes nunca se habían enfrentado lo
griegos fue ensombrecida por la muerte del noble animal.
El Rey Alejandro lo lloró como cuando muere un amigo intimo, quedándose con él hasta que exhaló u ultimo aliento.
Cuenta este relató que Bucéfalo fue herido en el combate al chocar contra un elefante y murió cuatro día después. En su agonía Alejandro le hablaba en voz baja, recordándole toda la hazaña que habían realizado y la aventuras que vivieron, mientras el caballo relinchaba con la poca fuerzas que le quedaban como si quisiera responderle.El griego lloró a su amigo equino cuando expiró y le mandó a construir una tumba de piedra en donde dejo enterrado su corazón y parte de la juventud que se marchó con su fiel amigo Bucéfalo. Ese honor concedido por el genio militar a su amigo, nunca fue concedido a caballo alguno.
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