José Rosario Araujo
-Cuenta el Gral. José Antonio Páez en su autobiografía que recibe ordenes de Bolívar para reunirse con él en el Cuartel General de Guanare, el 10 de mayo de 1821 sale de Achaguas con mil infantes, mil quinientos jinetes, dos mil caballos de reserva y cuatro mil novillos. Cruza el río Apure por el paso Enriquero.
Para los llaneros a pesar de ser vaqueros consumados y hombres de “soga y sabana” no es nada fácil, conducir un número tan grande de animales. Todas las noches se producían estampidas en donde el ganado escapaba y tenían que salir a buscarlos.
Después de mucho
trabajo los hombres de Páez los volvían a capturar y seguían, con la premura de
reunirse con Bolívar lo antes posible.
Al llegar a Tucupido tuvieron la noticia que El Libertador se había movido a Araure, ya que el ejército español; que era comandado por La Torre se retiró a las sabanas de Carabobo, en donde presentaría batalla.
- Cuando Bolívar se
encuentra en San Carlos, se le anuncia la llegada de una comisión de españoles,
dirigida por el Coronel Churruca, estos se acercan mandados por el Mariscal La
Torre con el fin de proponerle al jefe patriota de un nuevo armisticio.
Pero no es aceptada la proposición por parte del caraqueño, ya que la propuesta consistía en que los patriotas se retiraran a la margen derecha del río Portuguesa y el río sería la línea divisoria entre los dos ejércitos y con esto se perdería los territorios que ellos habían alcanzado.
Bolívar invita a la comisión enemiga a su mesa, pero no acepta la propuesta y Churruca regresa a donde La Torre para advertirle que el líder patriota no aceptó la propuesta.
-Las fuerzas patriotas para la batalla son la Primera División, que estaba compuesta por el Batallón Británico, los Bravos de Apure, que era comandada por el bravo General Páez, la Segunda División con los Batallones Tiradores, Sagrado ; dirigido por el valiente Aramendi, los batallones Boyacá y Vargas, todos ellos contando com jefe con el General Cedeño; la Tercera División a las ordenes del Coronel Plaza, integrada por la Primera Brigada de la Guardia, con los batallones Rifles, Granaderos, Vencedores, Anzoategui y un regimiento de caballería que estaba comandado por el bravo entre los bravos, el Coronel Rondón.
-Al amanecer del 24 de junio de 1821 el ejército patriota se pone en movimiento, dejan todo el equipaje y el ganado tanto vacuno como caballar, que les pudiera embarazar y en su marcha se dirigen a Carabobo. Alegres y bulliciosos se dirigen las tropas republicanas al combate, más pareciese que se dirigieran a una celebración.
Bolívar se sitúa desde el cerro Buenavista, al hacer reconocimiento de la fuerza realista, decide que solamente es abordable por el flanco derecho, el flanco central y del sur se encuentra muy protegido y fuerte .
Por el otro lado La Torre había escogido un terreno propicio para enfrentar a Bolívar, ya que existía un obstáculo que era el riachuelo de Carabobo, el cual la altura que lo dominaba, era una buena linea defensiva.
-Una anécdota cuenta que preparándose los dos ejércitos para la gran batalla, los patriotas había acampado en espera de órdenes y desde una colina se encuentra el Libertador con varios de sus oficiales. Son las nueve de la mañana y se aprestan para almorzar.
Los jefes
republicanos conversan analizando cómo será la batalla, Cedeño y Plaza se
encuentran muy callados. O'Leary se dirige a Cedeño, preguntándole el porqué de
su seriedad.
Este le responde:
“-Estaba pensando que bonito muerto haría el General Plaza”. Responde.
Plaza para no
quedarse atrás le riposta:
“- Yo reflexionaba en cuál sería la bárbara temeridad que hará Cedeño que lo llevara a su fin.”
Antes que termine el día, los dos jefes patriotas morirán en la batalla.
-Entrada la mañana
los dos ejércitos asumen posiciones, los patriotas salen a la llanura
encontrándose que los españoles han tomado la altura de la sabana.
El Valencey y el
Barbastro ocupan las alturas, los patriotas giran hacía el flanco izquierdo
para doblar a la derecha del enemigo, a pesar del nutrido fuego de la
artillería española.
Bolívar ordena al Gral. Páez entra a la llanura por un camino o pica conocida como la Mona.
Seis columnas de infantería y tres de caballería impiden la salida a la llanura. Cuando los Bravos de Apure logran salir y desplegarse en batalla, las fuerzas españolas lo atacan y están a punto de desorganizarlos, pero el Batallón Británico entra a la llanura, comandado por Coronel Farriar y son los que las descargas enemigas comienzan a mermar.
El bravo jefe de los británicos se desmota del caballo y ordena a sus soldados hincar rodilla en tierra, uno de sus oficiales el Teniente Asdown clava en el suelo el estandarte patriota del regimiento y desde ese momento como hechos de acero resisten las fieras arremetidas del enemigo.
Como estaban
escasos de cartuchos se forman en línea de batalla, caen por las balas
enemigas, Farriar es muerto gritando a sus hombres:
“-¡Firmes! ¡Mantengan las filas!”
Sufriendo el nutrido fuego enemigo el Batallón Británico rodilla en tierra, ahora a la orden del Mayor Davy que a los minutos cae, toma el mando otro capitán que también es muerto .
Al amparo de los ingleses Páez logra organizar a los Bravos de Apure y los lleva de nuevo al combate, uniéndose a los británicos, el centauro llanero ordena una carga a bayoneta y cuando reciben esa orden el Batallón Británico es comandado por Michin, uno de sus más jóvenes capitanes, igualmente es herido y es Brant el que asume el mando del cuerpo.
Quedan muertos 17 oficiales, la mitad de los soldados de este aguerrido batallón caen en el combate, 20 días después Bolívar les concede a todos los sobrevivientes la Estrella de Libertadores, y presentara al Congreso General en la Villa del Rosario de Cucúta el testimonio de agradecimiento nacional al esforzado batallón británico, que se destacó entre los valientes y sufrió la perdida de sus dignos oficiales esa gloriosa mañana.
-En esa jornada de gloria 34 jinetes que formaban la Guardia de Honor del Gral. Páez que era comandada por el Capitán Juan Angel Bravo atraviesan la quebrada y ascienden a la llanura, donde junto al Coronel Genaro Vásquez y los oficiales del Estado Mayor atacan con cargas. Se enfrentan en cargas los dos bandos de caballería patriota y realistas con furor, hasta que penetra un regimiento dirigido por el Coronel Cornelio Muñoz que refuerza a la gente de Vásquez quienes dan una carga final logrando que derrotar a la caballería de Morales.
El Capitán Bravo lucho en esta jornada con tal valor que su uniforme recibió catorce lanzazos , sin que fuese herido. Bolívar dijo que este oficial merecía un uniforme de oro.
-Después de cargar contra el Basbastro, Páez, ataca al Valencey que en formación de cuadros se defiende en la quebrada de Carabobo, de repente es acometido por el ataque de epilepsia que le daba, que le privaba del sentido y el centauro llanero se queda en plena carga y no lo mataron gracias a un Comandante enemigo de nombre Antonio Martínez que tomo las riendas del caballo y montó en sus ancas a un prisionero patriota para que devolviera a Páez a las filas patriotas.
El jefe llanero en su autobiografía señala que nunca supo que motivo moviera a Martinez para realizar aquel gesto a su favor, siendo un enemigo, ya que había pertenecido a las huestes realistas desde Boves.
-La Torre en este enfrentamiento hace un esfuerzo sobrehumano para evitar la derrota, pero no le queda más remedio de refugiarse dentro de la formación en cuadro del Batallón Valencey, que dirigía el valiente Comandante Español Tomás García emprendiendo la fuga por el camino del Pao.
García se
inmortalizaría en Carabobo, en donde su fama de hombre valiente se dispararía
por lo heroica retirada organizada que realizó junto a sus tropas del Batallón
Valencey.
A este soldado español, sus compañeros lo apodaban “El Moro” por lo morena de su faz, le temían y lo respetaban por lo activo y áspero de su carácter.
Cuentan que un día mandando una parada en un regimiento en donde abundaban venezolanos, hallándose en primera línea García, recibe un balazo en una pierna, el Comandante realista disimula la herida y con sangre fría gira su caballo para ocultar su herida. Baja del caballo pasa revista a todo el regimiento hasta que encuentra el que ha disparado y es de una vez fusilado, el soldado era un venezolano.
-En esa intención de vencer al bravo regimiento Valencey el valiente Cedeño, Conocido como “el bravo entre los bravos”, jefe de la Segunda División, al galope de su caballo en su mano la lanza bravía, junto a Diego Ibarra, Rondón, Laurencio Silva, Aramendi, Flores y Carbajal, no queriendo que las glorias del combate fuesen solamente para Páez y sus hombres chocan contra la formación de acero, en cuadros, del Valencey.
El jefe de la Segunda División pelea con valor, produciendo una gran cantidad de muertos en las filas enemigas hasta que se adelanta demasiado a su vanguardia y solo da contra una masa de infantería española y muere en medio de ella. También caen en esa acción de la batalla el trujillano Arraiz, Meleán, Mellado y Olivares
- De Mellado que muere en la acometida contra el Valencey se contaba la frase que decía el famoso soldado de nuestra caballería patriota: “Por delante de mí, la cabeza de mi caballo”. Se lanza contra las bayonetas españolas a ver que uno de los suyos trata de adelantarsele. Así eran nuestros soldados en aquella gesta heroica, ahora imitados por nuestra heroica Fuerza Armada Bolivariana.
-Ya la batalla ha sido ganada en menos de una hora, se destruyó la mayor parte de la caballería realista, en la retirada mencionada del Valencey, lo persiguen los batallones Granaderos y Rifles de la Tercera División, que ya había logrado avanzar y abrirse paso. Cuando el Infante español avanza tratando de incorporarse al Valencey, el Coronel Plaza se adelanta rápidamente y se interpone con el Rifles entre los dos batallones españoles y el Granadero logra rendir a Infantes, pero antes en los últimos disparos hechos por los españoles cae el heroico Plaza.
-Bolívar que dirigía la batalla desde la colina este del campo de Carabobo, desciendo a la llanura en plena decisión del combate y ve a los pocos minutos las acometidas de la caballería de Muñoz, Vasquéz, Silva, Farfán y Escalona, observa con dolor el sacrificio de sus jefes y oficiales tratando de rendir el Valencey y considera inútil ese sacrificio y hace reunir varios regimientos y ordena al Rifles y Granaderos,en un número de 500 hombres, montar en la grupa de los jinetes y continuar la persecución, pero ya los realistas se ha retirado suficiente de las tropas de Bolívar.
-Se había producido
un duelo de valor entre el esforzado Rondón y el valiente Mellado, que
competían al mando de sus escuadrones para romper la formación férrea del
Valencey.
Rondón se le
adelanta a Mellado y en pleno galope de sus caballos, el llanero voltea su cabeza y le dice
irónico:
-¡Delante de mi , la cabeza de mi caballo!
-¡Compadre, es muy
arriesgado quitarle la vanguardia a Rondón! Le grita
Mellado no le hace caso y rugiendo de coraje, da contra las filas enemigas y un mar de bayonetas lo esperan en perfecta formación
Pero en segundos es muerto, clavado por las bayonetas su caballo y acribillado por las descargas de los fusiles del Valencey.
-La lluvia se destapan ese día en Carabobo y la persecución se hace difícil, el terreno se torna fangoso y resbaladizo. Los patriotas no ceden, Bolívar ordena que los infantes monten con los jinetes y al llegar a la entrada de Valencia los dos batallones patriotas atacan a los españoles, los infantes saltan de la grupa de los caballos y atacan con sus bayonetas.
El Moro ordena que sus tropas se parapeten detrás de las empalizadas de algunas casa y resistan.
Ya repuesto el
centauro Páez de su dolencia, se une a
la persecución del Valencey, que rechaza las cargas de la caballería e infantería
patriota. En pleno combate desde el bando patriota, en su terreno se ve un
cadáver de uno de los esforzados combatientes del Valencey.
El llanero había en pleno combate visto la valentía de soldado del Valencey, que ahora se encontraba exánime.
Envía un parlamentario con bandera blanca, para hacer una tregua y recoger los cadáveres y rendir homenaje a los caídos, especialmente a un soldado del Valencey que había muerto peleando con gran valor y eso impresiono a Páez.
Los españoles aceptan y se confunden los dos ejércitos en el entierro de los caídos.
La pelea se reanuda. El combate se torna muy duro por unos minutos, pero al Moro no le queda más que dar la orden de retirada
El General patriota ordena a sus tropas que cesara la persecución que estos valientes eran dignos de salvars
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