lunes, 23 de agosto de 2021

PARA ENTENDER EL CONFLICTO ACTUAL EN AFGANISTÁN

José Rosario Araujo
 Para entender lo que está aconteciendo en Afganistán debemos conocer a los talibanes que tomaron el poder en este golpeado país asiático. Rebuscando en mi biblioteca encontré dos libros “Afganistán, Crónicas de un Corresponsal de Guerra” de Jorge Melgarejo; periodista que estuvo como corresponsal de guerra en el conflicto contra las fuerzas soviéticas; y “Una Oración por la Lluvia. Historias de Afganistán” de Wojciech Jagielski, periodista polaco, colaborador de la BBC. Lo primero que entendí al profundizar sobre ese conflicto es que hay que clasificar a los afganos como seres especiales, nacidos en un entorno en Asia Central en donde siempre han sido asolados por invasiones, entre ellas las realizadas por Alejandro Magno, el imperio británico, la Unión Soviética y el imperio norteamericano y que nunca han podido doblegar. 

 Según el texto de Jorge Melgarejo, periodista que entró 30 veces a ese país, desde que decidió conocer como periodista la guerra en ese país: “El afgano es tan digno y orgulloso que se considera un príncipe con tan solo un puñado de moras silvestre para alimentarse”. Un pueblo independiente que no acepta más leyes que las que nacen de su propio sentido ético y posibilidades de supervivencia. Su sentido ético de permanecer libres y un sentido del honor bastante específico los ha conducido a través de los años en una resistencia a las invasiones.

 La religión en los afganos, ocupa un lugar primordial en sus vidas, además el odio visceral a sus enemigos, son razones importantes como valoración del comportamientos de ellos en la guerra y la política. No olvidemos la frase: “Que Alá te proteja de las garras de un león, del veneno de la serpiente y de la ira de un afgano.” En Afganistán ha habido más de 40 años de guerra y en el primer conflicto con los soviéticos murieron entre 500.000 y un 1.000.000 de personas, en la guerra con los norteamericanos que comenzó en el 2001 con la invasión gringa se estiman 150.000 caído, cifra que me parece muy baja para la manera que se portan los norteamericanos cuando agreden a los pueblos. 

 Una descripción de la situación de esa nación es que se comprobó que las aves migratorias desde hace tiempo evitaban al país afgano. Los patos, pelicanos y flamencos que en otoño pasaban por las montañas de esa nación, desde las estepas siberianas hasta los países del sur de Asia, no soportaron el ruido de los disparos. Debido a los conflictos que han padecido, se han aislado de los extranjeros, escondiéndose en valles casi impenetrables y de esta manera fueron perdiendo contacto con el mundo, protegiendo el pasado donde se habían encerrado. Su pasado eran sus normas y valores ancestrales, nunca considerándose inferiores, nunca les importó el modelo capitalista de la globalización y del consumismo 

 El domingo 15 de agosto se conoció que Ashraf Ghani, presidente de Afganistán, había abandonado el país dirigiéndose hacía Tayikistán, demostrando con esto que la toma de Kabul está más cerca de lo posible. Agencias de noticias como la BBC, EFE, RT y Tele Sur concuerdan con la información dada por fuentes locales que las tropas que a las afueras de Kabul habían entrado a la ciudad para evitar saqueos y violencias. Esto había sido confirmado por un vocero de los talibanes, que anuncia la salida de las fuerzas de seguridad de Kabul. Desde la partida de los norteamericanos los talibanes realizaron un avance relámpago capturando la mayoría de los 34 centros de provincia, entre ellas la segunda y tercera ciudad del país como lo son Kandahar y Herat. Los talibanes irrumpen en ese país asiático, siendo un grupo que había nacido en Pakistán a mediados del siglo XX, ultraconservadores, en donde somete la ley islámica conocida como la “sharia”. 

Las diferencias dependen de las condiciones de los comandantes locales. Es un movimiento, eminentemente pastún, surgió por primera vez en seminarios religiosos, en su totalidad sufragados con dinero de Arabia Saudita, en los que se predicaba una forma de línea dura del islam sunita. Incomodados de los abusos de los muyahidines y de sus luchas internas después de la expulsión de los soviéticos, la población en general acogió a los talibanes con simpatía, cuando estos surgieron por vez primera. 

 El Mulah Omar jefe en ese tiempo del movimiento taliban protagonizo un hecho en Singesar en la segunda mitad de 1994 que puso en marcha la revolución talibán. A solicitud de los pedimentos de los aldeanos para que hiciera justicia por el secuestro y violación de dos jóvenes a manos de la soldadesca o el bandidaje instalada en la zona, reunió un pequeño grupo de estudiantes de la madraza con el que liberó a las muchachas, eliminó a los culpables y colgó del cañón de un tanque. 

 Su renombre originario correspondió a su éxito eliminando la corrupción, apaciguando la anarquía y trabajando para que las carreteras y las áreas bajo su intervención estuvieran seguras, estimulando así el comercio, también introdujeron y apoyaron castigos acordes a su estricta interpretación de la ley islámica. La fama de justicieros y purificadores de Omar y sus talibán, que con desapego material aseguraban no reclamar espacios de poder como los demás mujahidín sino sólo beneficios espirituales para sí y para el resto de afganos, les aseguró adhesiones masivas en el cinturón pashtún. Muchos pashtunes afganos se les unieron y desde los campos de refugiados y las madrazas en Pakistán llegaron otros muchos para engrosar sus filas.

 El modelo de los talibanes a la llegada del Mulah Omar les pareció un regalo del Cielo, después de tener tantos años sufriendo violencia, anarquías y abusos. Omar era un hombre sencillo, modesto, honrado y de gran valor, parecía que no le interesaba el poder, ni las riquezas, ni ningún asunto terrenal. Esa fuerza religiosa había gobernado el país hasta que fueron derrocados por los yanquis y sus aliados en el año 2001, después de los atentados del 11 de abril de ese año, las fuerzas invasoras se mantuvieron casi 20 años. 

 Fueron culpados de servirles de santuario a los primordiales sospechosos de los ataques como lo fue Osama bin Laden y su movimiento al Qaeda. Combaten en sus inicios, junto un movimiento de resistencia, conocido como los muyahedines, apoyado por Estados Unidos, Pakistán, China y Arabia Saudita. Los guerreros se fueron agrupando en torno a sus jefes tribales y estos alrededor de influyentes líderes políticos, entre ellos los futuros talibanes. Las tropas soviéticas se retiraron en 1989, pero la guerra civil continuó.

 En el caos que siguió, surgió el Talibán (que se traducen como “estudiantes”). Cuando anuncian los norteamericanos su retirada, los talibanes comienzan la ofensiva para tomar de nuevo el poder. Al mundo le parece una locura los talibanes y levantar un Estado a la imagen de los tiempos de Mahoma, pero uno de sus fundadores opinaba que construyendo un Estado de Dios en la tierra, los afganos y todos los habitantes del mundo podrían tener una vida de verdadera paz y justicia. El grupo Talibán había logrado recuperarse ya que los Estados Unidos desde el año pasado redujeron los ataques aéreos. 

Los gringos; según analistas; habían creado un efecto psicológico de barrera protectora creando un paragua de seguridad en donde las fuerzas de seguridad no combatían. El imperio negoció con los talibanes que se retirarían si los militantes aceptaban no instalar grupos terroristas, lo negativo fue que las conversaciones entre este grupo y el gobierno fracasaron. Los norteamericanos y este grupo firmaron un “acuerdo para llevar la paz” a Afganistán, que tardó años en elaborarse. 

 Acordaron retirar todas las tropas a cambio del compromiso de los talibanes de no permitir que al-Qaeda o cualquier otro grupo extremista opere en las áreas que controlan, el Talibán y el gobierno afgano participaron en la liberación de prisioneros, casi 5.000 talibanes fueron liberados en los meses posteriores al acuerdo. Acuerdo que ha prometido igualmente a China y el gigante asiático les prometió participación en la Ruta de la Seda, EEUU asimismo prometió retirar las sanciones contra el Talibán y ocuparse con la ONU para que retire las sanciones que conservan separadamente contra el grupo. Pero como siempre Estados Unidos negoció concisamente con los talibanes, sin la presencia del gobierno afgano. Los talibanes están en un buen período: dominan Afganistán después de haber sido derrocados por la invasión norteamericana.

 Los talibanes rodean fácilmente a las tropas gubernamentales por los escases de armamento, pertrechos y víveres, logrando su rendición, tomando instalaciones militares. Otras veces con amenazas de contar con un grupo numeroso de efectivos hacían rendir las tropas gubernamentales. El gobierno afgano contaba en teoría con más de 300.000 soldados entre ejército, la fuerza aérea y la policía, pero hay que agregar que no se había logrado cumplir con el reclutamiento y existía un problema grave con las deserciones y la corrupción en el ejército y la policía. Los norteamericanos mostraban preocupación por la corrupción y la falsedad sobre la dotación real de la fuerza. Conocían que el ejército no tenía conocimiento de los efectivos con que contaban las fuerzas de seguridad afganas. 

 El ejército afgano recibió por parte de los estadounidenses miles de millones de dólares para pagar los salarios y el equipamiento de los soldados y en informe de julio de 2021, el inspector estadounidense en Afganistán afirmó que se habían gastado más de US$88.000 millones en seguridad, en un informe de julio de 2021, el inspector estadounidense en Afganistán aseguró que se habían gastado más de US$88.000 millones en seguridad. La Fuerza Aérea de esa nación no pudo mantener en el aire sus 211 aviones, que supuestamente debía haberle proporcionado una ventaja importante en el campo de batalla. 

 El avance talibán produce que centenares de personas huyan para escapar del ataque de los talibanes, mientras la ONU pide a los vecinos de Afganistán que mantengan sus fronteras abiertas por el aumento de desplazados que huyen del conflicto. Expertos, entre ellos un antiguo oficial británico de nombre Mike Martin, advierten que los talibanes no son un grupo monolítico, más bien son una coalición de titulares de franquicias independientes, afiliados de forma imprecisa, y muy probablemente temporal, unos a otros. 

 Para nadie es un secreto que el régimen talibán impuso a las mujeres el uso del burka que cubría por completo su cuerpo, restringiendo la educación para las niñas, incluyendo castigos como las ejecuciones públicas, la lapidación por adulterio, la amputación de miembros por robo. Los talibanes impiden la música, el maquillaje, vedaron la televisión, la música, el cine, el maquillaje.

 Fueron culpados de varios abusos culturales entre ellos un ejemplo evidente fue en 2001, cuando los talibanes realizaron la destrucción de las famosas estatuas del Buda de Bamiyán en el centro de Afganistán, a pesar de la condena e indignación que esto causó en todo el mundo. Mawlawi Hibatullah Akhundzada fue elegido comandante supremo de los talibanes el 25 de mayo de 2016, posteriormente de que Mullah Akhtar Mansour sucumbiera en un ataque con aviones no tripulados estadounidenses, siendo uno de sus líderes en el momento. Este combatiente en los años 80 participó en la resistencia islamista contra la campaña militar soviética en Afganistán, siendo su reputación más la de un líder religioso que la de un comandante militar y trabajó como jefe de los Tribunales de la Sharia en los años 1990. 

 La estructura talibán es muy irregular, cuentan como jefe militar que es el hijo del fundador de los talibanes Mohamed Omar, el Muláh Mohamed Yaqub, que apuesta por cierta liberalización en las políticas sociales y una solución negociada, además otro ‘moderado’, el negociador jefe de las conversaciones de paz con Doha (Qatar), el mulá Abdul Ghani Baradar; fundador del movimiento en 1994, siendo el primero de ese movimiento en comunicarse con los Estados Unidos.

 Los acontecimientos, sin lugar a dudas, están en pleno desarrollo para opinar lo que ocurrirá en Afganistán, pero lo que sí está clarísimo es la derrota de los Estados Unidos que salió con el rabo entre las piernas de esa nación, después de una ocupación de 20 años y un gran derroche de dinero. Otra de las cosas que estamos claros; a pesar de la mucha tela que queda por cortar, estando completamente de acuerdo con varios analistas internacionales, entre ellos Atilio Borón; que la llegada del Talibán a esa nación denota el nacimiento de un nuevo orden mundial. Esa nueva geometría del poder estaría formada por Rusia y China, aunque los yanquis todavía intentarán fijar las reglas como lo han venido haciendo hasta ahora. Seguramente tendrán, a la larga, que negociar con China; la primera economía del mundo y nación poderosa en nuevas tecnologías y Rusia gran potencia energética. Unos nuevos aires frescos recorrerán el mundo que darán oportunidades a los países más pobres.

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