En la Mata Carmelera
José Rosario Araujo
Este grito se escuchó cuando mataron al General Joaquín Crespo aquel 16 de abril de 1898 en la Mata Carmelera.
Pero es necesario conocer que para que se produjera esta acción se había dado la Proclama de Queipa, en donde el General José Manuel Hernández, conocido como “El Mocho Hernández”, acusaba a Crespo de ser un “feroz dictador” y al Presidente Ignacio Andrade de vinculaciones al despotismo tradicional en Venezuela.
“El Mocho Hernández criticaba la acción de dividir la República en cinco Circunscripciones Militares colocando a la cabeza de estas, figuras amigas que habían sido cómplices de sus “fechorías quinquenales”.
El líder de Partido Liberal Nacionalista señalaba de “extranjero” a Andrade, quien aseguraba la oposición que había nacido en Cúcuta el 31 de julio de 1839. Hijo del General Escolástico Andrade, prócer de nuestra Independencia. Según se decía en esa época que Andrade fuese colombiano no era un argumento legal para que no fuera Presidente, ya que la Constitución de esa época establecía el ius sanguinis, se era hijo de padre y madre venezolano era venezolano de nacimiento.
Este partido decide ir a la guerra también por la burla electoral del año antes.
Ese 1 de septiembre el fraude electoral ha sido muy grande y se reconoce el triunfo de Andrade por 406.610 votos contra 2.203 de Hernández, que fue a la cárcel por “supuesta conspiración”. El recién nombrado Presidente asume el poder el 28 de febrero y el 2 de marzo de 1898 lanza la proclama “El Mocho Hernández”.
El Partido Liberal Nacionalista contaba con destacados líderes para lanzarse en una rebelión, tanto en la sierra de Carabobo como en los hatos llaneros de Cojedes, entre ellos podemos señalar al General Luis Loreto Lima; conocido como “Lanza Libre” y Alfredo Franco, entre otros.
Joaquín Crespo como jefe de la Primera Circunscripción Militar debe salir a combatir la rebelión de Hernandez, quien a pesar de la vigilancia policial se ha podido fugar, disfrazado con lentes oscuros y barba, sombrero de copa huyendo de la ciudad capital, primero dentro de un escaparate y luego en el vagón de los equipaje hasta Valencia desde donde parte a Queipa.
Para el 11 de marzo Crespo pasa por Tocuyito en su marcha a Cojedes. El Jefe de la Primera Circunscripción Militar se encuentra cabizbajo, apenas comienza el gobierno de Andrade y ya se nota rechazo hacia su persona y sus hombres.
La presencia del
Dr. Villanueva y del General Bello Rodríguez en la Casa Amarilla le molesta profundamente, sabe que el militar
y el General Francisco Batalla son totalmente anti crespistas.
Las guerrillas en contra del gobierno brotan por todas partes, las más importantes son las de Antonio Vita en Santa Rosa; Francisco Lucena en Nirgua, Bernabe Mora en Tucuragua, Eustoquio Rodríguez en Cedeño, Antonio Quintero en Cerro Azul.
Desde el hato “Mal Paso” lanza su grito guerrero Loreto Lima y ya para el 14 de marzo se unen el caudillo llanero y “el Mocho Hernández”, reuniendo una fuerza de 700 hombres, 300 de caballería y 400 infantes.
Ya desde hacía 12 días Crespo y Hernández se evitan, se divisan desde lejos pero no entran en combate, cuando abandona un pueblo las fuerzas de Crespo, la toman las tropas del “Mocho”. Por los momentos no hay un enfrentamiento definitivo a pesar de que Crespo busca un combate, Hernandez lo esquiva dirigiéndose al noroeste.
Para el 14 de abril se produce una escaramuza entre las fuerzas del gobierno y la retaguardia de Hernández en el sitio de “Peñalito” y al otro día las tropas de Crespo continúan la persecución. El 16 de abril el gobierno se dirige a las sabanas de Cojedes donde se suponía se encontraban las fuerzas del “Mocho”.
Crespo ordena a sus hombres reconocer el terreno y aprestarse para la pelea. De pronto comienza el tiroteo, pero la gran experiencia de Crespo en el combate lo hace exclamar con una sonrisa: “¡Aquí pelearemos duro”.
Los fusileros del
“Mocho Hernández” contaban con rifles Winchester, que podía disparar 14 tiros
seguidos y dirigidos por el General Samuel Acosta se acomodan en la copa de los
árboles.
Crespo se desmonta de su mula y ordena ensillar su gran caballo peruano, su atlético porte y su alta estatura se hace blanco fácil para los francotiradores, eso sumado a su blanco sombrero de Panamá y a una manta blanca que le cruza el cuerpo.
Desde un árbol sale un tiro y mata al General Crespo, siendo recogido por su asistente, luego sacaron en hamaca el cadáver del militar todavía asolados por los disparos de los tiradores “mochistas” que ignoraban la muerte del líder militar y abandonaron el campo de batalla .
El cadáver es preparado en Acarigua y lo enterraron en un panteón construido por él, en el Cementerio del Sur.
La muerte de Crespo produce una gran confusión en el gobierno, no encuentran un militar de confianza para darle la dirección de la campaña. Es propuesto por Manuel Antonio Matos el General Ramón Guerra a quien Andrade señala que no es amigo de él.
Exponiendo Matos
que si es amigo de su persona, razón que no convence a Andrade quien pregunta:
¿Que dirán los liberales? Matos responde que no existe más liberal que él.
Pero Guerra solicita varias peticiones para asumir el mando, entre ellas dirigir la campaña con sus amigos Martín Vegas y Leoncio Quintana, pero el pueblo caraqueño apoya al “Mocho” adornando sus ventanas con banderas amarillas en rechazo del gobierno de Andrade.
La guerra incendia el país, en el Oriente, en los llanos y en Carabobo se multiplican las guerrillas en contra de Andrade. Para el 12 de junio el General Hernández es derrotado por Ramón Guerra, pero cuando es llevado prisionero a Caracas “El Mocho” es ovacionado por el pueblo, gritos, aplausos y vivas aclaman al reo encadenado.
La llegada de Hernández
prisionero a Caracas trae al gobierno de Andrade un problema grandísimo.
Existen dos posibilidades o meterlo preso o liberarlo, hasta que deciden enviarlo al Castillo de San Carlos, donde permaneció 11 meses.
Foto 1. El Mocho Hernández.
Foto 2. Joaquín Crespo.
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