domingo, 23 de julio de 2023

KAYBIL B'ALAM, EL DE LA FUERZA Y ASTUCIA DE DOS JAGUARES

José Rosario Araujo

Los guerreros aztecas y mayas fueron implacables al enfrentarse a la invasión que venía de  Europa, existieron grandes combatientes que se destacaron en esta lucha por la libertad de su tierra.

Uno de sus combatientes más destacados fue Kaybil B'alam que en la lengua indígena Mam significa “el que tiene la fuerza y la astucia de dos jaguares, fue  el príncipe del imperio  Mam de la dinastía Akita.

 Este reino se encontraba ubicado en lo que es el municipio de  Huehuetenango, en Guatemala y su príncipe debía estar a la altura de sus antecesores, que se caracterizaban por su rectitud moral, tenacidad, honor, valor y sacrificio y  este debía pasar por una serie de pruebas para demostrar si era digno al trono.

 En una de las pruebas Kaybil B'alam le toco recorrer una gran distancia, siendo perseguido por los miembros de una unidad Quachinq, un grupo de elite de guerreros del reino, pero el príncipe era un experto en las técnicas de  guerra, de supervivencia y cacería y no se le hizo difícil superar la prueba.

 El valiente combatiente había iniciado su entrenamiento en una  elite de combatientes de la guardia real del imperio, que eran dejados afuera de la ciudad fortaleza del reino  y tenían que realizar un viaje que duraba un mes, sobreviviendo con pocos alimentos y equipajes, perseguidos por los guerreros mencionados.

 Los que eran capturados eran sometidos a la burla y  al desprecio de sus compañeros y expulsados del grupo de guerreros.

Durante el entrenamiento, aprendían a caminar y moverse sin dejar huellas. Aprendían a guiarse por las estrellas y orientarse por marcas en los árboles y las sombras.

Se cree que Kaybil B’alam, nació en abril de 1492.

La invasión española llega en 1525 y estaba capitaneada por Gonzalo de Alvarado y su hermano Contreras y debido al ataque extranjero los habitantes se refugiaron en una ciudad fortificada de Zaculeu, en donde era posible una defensa importante.

El invasor español propuso a la comunidad Mam que se rindieran, pero el caudillo no respondió, ellos  querian conquistarlos y fueron guiados por un traidor llamado Sequechul, rey K'iche, que tenía la baja intención de vengarse de Kaibil, quien proponia la quema de los invasores en Utatlán, ese desquite le había costado caro al guerrero, ya que las represalias le costaron la vida a su padre.

 Zaculeu después de resistir un mes y medio, se tuvieron que rendir por falta de alimentos, despues de esto los invasores fundó una nueva ciudad, que se situó a cinco kilómetros de la antigua capital Mam, dejando a Zaculeu abandonado.

Balam le tocó rendirse cuando cayó la ciudad, pero huyó con 120 duros combatientes hacia la Sierra de Cuchumatanes donde realizan una tenaz resistencia a los españoles en  guerra de guerrillas con   firmes  emboscadas que  le  hicieron  la vida un infierno a los invasores.

 Kaibil Balam dice una versión de su leyenda que fue traicionado por un hermano menor que se llevó  con engaños a escondidas  a la mujer que el héroe amaba,  pero los dioses convirtieron en piedra a los traidores que son  las famosas piedras de Captzin.

Otra leyenda narra que Kaibil nunca pudo ser capturado ni muerto por los invasores ya que era inmortal, su espíritu continuó vagando por la Sierra.

El lema del caudillo fue inmortalizado por los soldados de elite los Kaibiles del Ejército de Guatemala: “Si avanzo, sígueme. Si me detengo, aprémiame. Si retrocedo, mátame”.

 Pero la resistencia liderada por Kayb’il B’alam, el último gobernante, fue engrandecida y aplaudida por quienes lo seguían.

Nunca se dio por vencido después de tanto batallar, en  Huehuetenango en Cerrito cayó muerto, pero quedó en el corazón de sus paisanos por dar la vida para defender su territorio, el territorio Mam.

¡Honor y gloria para los guerreros que con valentía enfrentaron la invasión que venía de Europa que termino después de una brava resistencia con su raza bravía!

 Extraído del libro "El Camino de la Espada" de José Rosario Araujo.

LOS CORSARIOS EN LA GUERRA DE INDEPENDENCIA

José Rosario Araujo

Primero que nada debemos entender que significa Corsarios para  poder entrar en la historia de estos hombres y cómo participaron en la Guerra de Independencia de nuestra Patria.

Estos lobos del mar estaban  mandados por alguna nación para apresar y atacar buques de un país enemigo y  cobraban una parte del botín capturado. Eso era ser Corsarios.

En el conflicto mencionado tanto españoles como republicanos hicieron uso de buques de guerra para practicar el corso, que no era otra cosa que dar caza  a las embarcaciones enemigas, estos marinos de todas las nacionalidades, expertos en combates navales, necesitados de esta autoridad para poder actuar.

Bolívar utilizará a estos hombres para enfrentar a los españoles en donde serían protagonistas de acciones de importancia en este conflicto.

El primero que debemos mencionar es Luis Brión, a quien Bolívar señaló como “El Primer Protector de América”, que asumió las banderas de la República como  suyas desde el bloqueo de Puerto Cabello, quien se dice que conoció al héroe caraqueño  cuando este entró en Caracas en el año terrible de 1813.

Fue el Jefe Naval de Simón Bolívar y participó en muchas acciones hasta que muere de tuberculosis en 1821, ese día Bolívar exclama: “El Almirante Brión tiene un altar de gratitud en todos los corazones colombianos.”

Próspero comerciante, mitad corsario, mitad empresario, mercader temerario, siempre dispuesto a situaciones peligrosas. Con salidas plenas de jugadas arriesgadas, llenas de aventuras.

Nuestra historia registraría como parte de nuestra Marina de Guerra, combatientes como John Parnel; un estadounidense; que luego fue muerto en Jamaica; tenemos al Capitán de “La Constitución” Jean Monier, uno de los hombres de Brión que era natural de Canarias de nombre Antonio Rosales, el francés Charles Lominé,  Capitán de La Venganza; intrépido combatiente que participó en el sitio de Cartagena y luego ejerció el corso en la Boca del Mississipi.

No podemos dejar de nombrar al Capitán del Americano Libre; el Capitán Bernand, de nacionalidad francesa;  a Agustín Villaret, que era bien visto por los republicanos a pesar de su aspecto misterioso y    Renato  Beluche; que había sido Corsario de Jean Laffitte y que participó como Segundo Comandante en la Batalla del Lago de Maracaibo.

 A Juan Francisco Bideau, quien salvó al Libertador de la playa de Ocumare, cuando Bolívar se iba a volar los sesos para evitar caer vivo en manos de los realistas y que es nombrado por Luis Brión como Comandante de la Marina de la zona comprendida entre Guiria y Margarita.

Este oriundo de las Antillas Francesas es muerto en la defensa de la Casa Fuerte en Barcelona  en 1817.

Tenemos a Luis Aury; francés, quien dirigió una flota corsaria que realizó golpes en contra de los españoles y que en Los Cayos se opuso al nombramiento de Simón Bolívar como Jefe de la expedición. Este corsario terminó  de establecer ayudas a los patriotas entre Los Cayos, Nueva Orleans y México.

Por ultimo; para mencionar algunos; tenemos al de triste fama como lo fue José Bianchi, italiano, que estuvo muy activo en la campañas navales en la Segunda República y que en la emigración de Oriente se apropia de los tesoros que rescatan los patriotas en la huida, que al final realiza un convenio con Bolívar y Mariño, devolviéndole parte de lo capturado en la fuga de Caracas.

Muchas veces entre piratas y corsarios existía apenas una tenue línea que los separaba, Aury y Bianchi por el lado de los patriotas y Juan Gabazo en el bando de los españoles fueron unos claros ejemplo de esto.

Bolívar entendió el problema y como Jefe Supremo de Venezuela, dicta;  en el año de 1817, exactamente el 4 de marzo; una resolución para reglamentar la actividad de los corsarios en el lado Republicano.

Ya anteriormente el Libertador; el 8 de diciembre de 1815; embarcó en el barco corsario “La Popa”, con destino a Cartagena de las Indias  y al día siguiente se topa con la goleta corsaria “Republicana”, en donde es informado de la caída de esa plaza y de que muchos de sus defensores huyen a los Cayos de San Luis y Bolívar cambia su rumbo hacía ese lugar.

Pero Bolívar no se quedaría en el lugar y el 4 de enero de 1816, se apresta a partir y dos días después  captura una goleta realista, que envía al próximo puerto haitiano, donde anteriormente el corsario “Centinela”, que pertenecía a la flotilla de Aury había conducido un bergantín español.

Morillo envía una queja al gobierno haitiano de Alejandro Petión por haber contravenido su neutralidad y este a partir de ese momento es más cuidadoso de  violar “el Derecho de Gentes”, ya que se había capturado barcos españoles por corsarios apoyados por esa nación.

En la preparación de la expedición de los Cayos, con la clara presencia de corsarios, se realizó una asamblea en donde  participaron entre los líderes patriotas, Aury y Brión.

Ya antes de comenzar la reunión se sentía la tensión en el ambiente, el aire se podía cortar a cuchillo, Simón comienza a hablar, explicando la estrategia que consideraba  que era la que se debía utilizar,  para el desembarco en las costas orientales.

Los patriotas sabían que Arismendi había retomado el control de la isla de Margarita y el caraqueño expuso la necesidad de iniciar la campaña de Guayana con la meta de  controlar Angosturas.

Bolívar fue enfatico al señalar las dificultades que tenían las tropas realistas para poder controlar tan vasto territorio. Este señalaba la necesidad de liberar los esclavos en cada territorio que liberasen, razón que solamente consiguió caras adustas en los presentes.

Brión al ver lo que acontecía propuso a Bolívar como Jefe Supremo y la propuesta es apoyada por Francisco Antonio Zea.

El Corsario Aury se opone a un mando único en la persona de Bolívar,  proponía una jefatura amplia, conformada por varias personas, Bolívar sería un miembro más y no jefe absoluto.

La propuesta del Corsario fue apoyada por Montilla, Mariño, Bermúdez, Ducoundray Holstein y Collot. La asamblea luce dividida, por una parte Brión, Zea, Bolívar y los demás presentes en contra de los mencionados, con un grupo más reducido de los republicanos.

Los ánimos se caldean, Brión aduce que no aportaría sus barcos para la empresa,  que estaba condenada al fracaso por la pluralidad del mando, la discusión sigue subiendo de tono y no faltan los insultos realizados por Montilla y Bermúdez hacía Bolívar, quien no se queda callado e impone su voz de caudillo y Jefe Supremo, se retan a duelo, Brión y Mariño, Lugo y Piar.

Pero al final la votación de la mayoría se impondría  y Bolívar asumiría el mando de la expedición, negándose que Bermúdez formara parte de la expedición.

Petión debido al reclamo español y para no dejar constancia de la colaboración prestada, giró cantidades de dinero a nombre  del comerciante Southerland, que colaboró también con caudales propios.

Brión prestó valiosa colaboración con los recursos prestados, con fusiles, víveres y dinero que se calculan en más de cien mil pesos.

La expedición estuvo conformada por solamente 250 hombres, llevaban consigo una imprenta, ya que esperaban levantar a la población con la distribución de folletos. Seis goletas y una balandra constituían toda la flota.

La flotilla se dirigió a la isla de Margarita  y cercana a la costa oriental tuvo un breve encuentro con naves españolas, luego llegan a anclar en un pequeño puerto de la isla, allí comenzaría la Tercera República, pero eso sería otra historia.

Para la campaña de 1819 el Almirante Brión  quería aumentar la marina republicana comprando algunos barcos en el extranjero, pero Bolívar sin rechazar la idea, pensaba que se debía promover el corso.   

“No se cómo, le decía, piensa V. E comprar nuevos buques, cuando no tenemos  como tripular y mantener los pocos de que consta nuestra escuadra. Solo en el caso de que se los ofrezcan a V.E a precios  muy cómodos, y a plazos muy dilatados, podrá entrar en negociación, y aún en este caso el contrato no tendrá fuerza hasta que el gobierno no lo apruebe.”

“La experiencia nos ha probado la utilidad de los corsarios, particularmente en nuestra lucha con la España. El gobierno de Buenos Aires, el que más los ha multiplicado, es también el más conocido, respetado y temido. Si nosotros hubiéramos adoptados su conducto nuestra marina estaría cubierta de buques que nos servirían en ocasiones urgentes; que enriquecerían nuestros puertos con sus presas, destruirían el comercio español y le impedirían los socorros que se prestan los puertos enemigos mutuamente.”

Bolívar procuraba introducir en el corso regularidad y orden, en este periodo dos goletas republicanas apresan a dos fragatas portuguesas capturadas por corsarios de banderas uruguayas del Protector Artigas y el caraqueño ordenó devolverlas y prohibió molestar a los corsarios de  naciones amigas.

El año anterior había llegado a la isla de Juan Griego el corsario americano John Daniel Danells, que pertenecía a la bandera del Protector, Arismendi lo acepta al servicio de los republicanos, echa a pique el bergantín Perignon y captura el bergantín Nereida.

Brión no aceptó incorporarlo a la flota patriota, ya que en Margarita había llegado una corbeta inglesa en persecución de los corsarios de Artigas, el curazoleño  teme exponer a la bandera venezolana  de problemas de ese tipo.

Ese mismo año Beluche y Lominé, después de varias acciones por cuenta propia, ofrecían regresar al servicio de Venezuela.

Para 1820 la isla de Margarita  fue la base de los corsarios, el bastión patriota estaba al mando de Arismendi. Aunque la Marina llamaba la atención del Libertador, no contaba con fondos para comprar buques, le envió  a dar órdenes a Guayana  para que  enviasen a Brión 25.000 pesos,  con la intención de que cubriese los gastos urgentes de sus buques y el Almirante,  aunque aquejado colocó  sus últimas energías en la expedición a Rio Hacha y en el sitio de Cartagena.

Los corsarios continúan navegando a favor de la República, Brión les da instrucciones donde debían atacar, entre ellos se encuentran “La Perla de Oriente”; capitaneada por Nattá, “El Gavilán” capitaneado por Bernardo Ferrero, “El Buitre” comandado por el Capitán Raffetti, “La Flor del Mar” dirigido por Botino, “El Brión” por el famoso Joly, prestando valiosa ayuda a la causa, pero también cometiendo abusos y delitos, que ocasionaban quejas de los comerciantes.

La isla de la Providence, que pertenecía a la Nueva Granada, fue tomada por el pirata Luis Aury, que esgrimía; según él; una autorización por Buenos Aires y Chile.

Ya para el asedio de Puerto Cabello, el General Carlos Soublette estrecha el cerco a  la fortaleza, el 10 de febrero de 1822 y situó una División Naval que estuvo conformada por con la goleta corsario “La Represalia” y todos los corsarios de la República, bajo las órdenes de Bernard Ferrero,  pero ya para esos tiempo estaba decreciendo la actividad corsaria en las costas el país, hasta que finalizó hacia el año de 1826, cesando la actividad de estos hombres, mitad patriotas, mitad bandidos que tanta sangre y sacrificio dieron a la República.

ÁNGEL LABORDE EL ALMIRANTE REALISTA EN LA BATALLA DEL LAGO

Conociendo al enemigo

José Rosario Araujo

Cuando recorremos la historia militar de nuestra Patria, nos encontramos con destacadas situaciones en donde nuestros Libertadores derrocharon valentía y honor, pero debemos entender que no solamente esas características  fueron monopolizadas por nuestros guerreros y también existieron situaciones heroicas por parte  del enemigo y hombres de  gran intrepidez  y coraje, entre ellos debemos destacar al Almirante Español Ángel Laborde.

Acercándonos a los doscientos años  de la Batalla del Lago de Maracaibo,  debemos saber que esta acción  dio por terminada la hegemonía del imperio español en Venezuela, a pesar del triunfo de Carabobo, dos años antes, en donde  los españoles continuaron con la intención de recuperar lo que ellos consideraban su colonia.

Antes de entrar en la participación que tuvo este Almirante español en nuestra Guerra de Independencia del lado de los partidarios del Rey, debemos conocer cómo fue la juventud de este aguerrido combatiente.

Nació en el año de 1772 en Cádiz, era de familia hidalga y acomodada, gracias a su posición pudo gozar de una buena educación por su actitud de los estudios, adquiriendo una vasta formación, que también desarrolló durante su larga y esplendorosa  carrera.

Desde muy temprana edad es enviado a Francia al Colegio de Boreze, que era un establecimiento educativo de gran prestigio para la época, allí aprende francés,  inglés y matemática,   para de esta forma sentar plaza como Guardiamarina en 1791 y en su aprendizaje recorrió los mares del Mediterráneo y el Océano Atlántico.

En el navío San Eugenio realiza sus primeros pasos como marino, participa en una operación de corso. Asciende a Alférez de Fragata un año después y es designado para realizar un curso de estudios mayores en el Observatorio de Marina de San Fernando, pero debido a la declaración de guerra con la Convención francesa los deja.

Laborde embarca en el navío San Dámaso; el 1 de abril de 1793; en donde tuvo una destacada actuación  como Corsario en las islas Terceras y participa en un traslado de tropas a Rosas desde Cádiz.

Al año siguiente  se traslada al navío San Joaquín, parte de la escuadra del General Lángara, que junto a fuerzas inglesas del Almirante Hood,  realizan corso sobre Tolón, en Francia y Laborde participa en acciones de guerra como la ocupación del puerto, del arsenal y de la fortaleza de la ciudad.

Asistió a una gran cantidad de combates, en tierra a las órdenes del General Gravina, en la defensa del puesto de Málaga, comandado por el Capitán Estrada y en el reembarco y evacuación dirigida por el Mayor General de la escuadra el Brigadier Álava, con una destacada participación derrochando valentía e inteligencia en los combates.

Cuando es reanudada la flota a Cartagena, pasa al navío San Juan Nepomuceno, que pertenecía a la escuadra del General Grandallana, que es comandado a dirigir unas tropas a Rosas, siendo destinado a la defensa de la plata como Oficial de Artillería.

Es ascendido a Alférez de Navío el 26 de febrero de 1795 y enviado a la fragata Tetis,  para un traslado de tropas a Ceuta y luego a Cádiz, donde desembarca el 5 de enero de 1796, quedando sin destino.

Pasa al Navío San Fernando y al romperse las hostilidades con los ingleses, debido a la reanudación del Pacto de Familia, es designado como ayudante de la plana mayor de la escuadra,  que comandó el General Obregón y llevó una expedición de Ferrol a Canarias, que estaban a las órdenes de Mariscal de Campo Márquez de Casa-Cajigal.

Laborde se destacó en infinidad de combates, contra las cañoneras del inglés Pool, que son rechazadas, combate en Ferrol, durante el ataque inglés en 1800. A petición suya se embarca  y realiza un viaje desde Ferrol a Cádiz y Manila y es ascendido a Teniente de Fragata.

Es ascendido a Teniente de Navío en 1809, un año después pasó a La Coruña y se encarga de las obras de fortificación y en 1811 es destinado a Santiago de Compostela a colegio militar como profesor de matemática.

Después de importantes  participaciones, entre ellas 2° Director del Depósito Hidrográfico en 1815,  se le confiere el mando de la expedición de la Real Compañía de Filipinas en 1817, tomando el mando del Navío San Julián de la misma compañía.

Un año después lo vemos en Calcuta con el buque a su mando, procedente de Filipinas en 1819, después de varias expediciones de Manila y Calcuta, es nombrado Comandante del Apostadero de Puerto Cabello y de sus fuerzas navales.

Combatió en la guerra de emancipación, en donde transporta a emigrados que huyen del triunfo patriota y por estas acciones es ascendido a Capitán de Navío en 1921. Conduce una expedición de tropas a la Vela de Coro, apoyando  a los sitiados hasta que se rinden a las fuerzas patriotas.

En 1822 es nombrado por sus destacados servicios a España, por Orden Real, 2° Jefe de todas las Fuerzas Navales de América Septentrional. Estuvo a punto de zozobrar, cuando realizaba vigilancia de las costas y su barco comienza a hacer aguas y por esta razón es obligado a dirigirse a las Antillas, teniendo que hacer grandes esfuerzos, intentando no caer en territorio enemigo, en Santo Domingo, que era donde lo arrastraba la corriente, logrando al final llegar a la entrada del puerto en Santiago de Cuba.

La actitud de Laborde fue aprobada y España le concedió la Encomienda de la Orden de Isabel la Católica por su actuación. El 3 de abril de 1823 le toca escoltar un convoy hasta  la desembocadura del canal de Bahama e hizo escala en Aguadilla. Desde allí se dirige a apoyar al General Morales que se enfrentaba al gobierno patriota de Venezuela, con la intención de volver a recuperar esas tierras.

Al llegar a Punta Lucre se enteró que Puerto Cabello se encontraba bloqueada por los patriotas, que al ver la aproximación de los españoles se preparan para el combate, Laborde ataca con fuego de cañones que mantiene por dos horas, dispersando a los republicanos con cuarenta muertos, veinte heridos y trescientos prisioneros. Los españoles tienen solamente diecisiete heridos.

El 1 de julio de 1823 Laborde se dirige en auxilio de Maracaibo con tres corbetas, el bergantín Hércules y con la fragata. La situación de los realistas era difícil, ya que Morales no cerró la entrada del lago a la Marina Patriota, que estaba comandada por el Almirante Padilla.

La escuadra patriota era superior a las fuerzas españolas y el 23 se presentaron los republicanos con toda su flota, siendo el primer encuentro en Punta de Palma comenzando con fuego de artillería.

Los realistas tratan de estrechar la distancia, pero los patriotas consideraban que no era el momento y a pesar de su superioridad naval no se acercan demasiado y al aproximarse  el enemigo se retiran refugiándose en los Puertos de Altagracia.

Al día siguiente Laborde se sitúa en orden de batalla, está seguro  de que saldrían los patriotas en su búsqueda y a las once de la mañana el Almirante republicano Padilla se puso a vela con el viento a su favor.

Trabaron combate a cañonazos a corta distancia, hasta que concluye en abordaje, combatiendo cuerpo a cuerpo, obteniendo el triunfo las fuerzas de Padilla, pero antes al ver el combate perdido Laborde prepara la retirada, salvando los pocos buques que le quedan, embarcando en la goleta Especuladora, rodeado de fuerzas enemigas,  es herido en el combate y pudo escapar espada en mano.

Logra entrar a Maracaibo, con las goletas Zulia, Salvadora, Guajira y las flecheras Atrevida y Guaireña, a las cinco de la tarde, pasando de cuatrocientas las bajas y otros tantos prisioneros.

Dos años después el Almirante español es jefe del apostadero de la Habana y es encargado de perseguir a los piratas en las Antillas, participa en acciones en México.

Ya siendo Brigadier es propuesto para Ministro de Marina, pero se queda en Cuba, en donde se prefieren sus servicios.

El 3 de abril  de 1834 una enfermedad acaba con su vida a pesar de todos los intentos de los médicos de salvarlo. Sus méritos hacen que años después, se decretará el traslado de sus restos al  Panteón de Marinos Ilustres de San Fernando y después de varios años por fin son llevados al lugar que hoy ocupan.

Así fue la vida de ese valiente marinero español, que honró a nuestra Marina Republicana, contando con rivales de esa talla.

RENATO BELUCHE Y NICOLÁS JOLY, CORSARIOS DEL BOLÍVAR

En las luchas por nuestra Independencia

José Rosario Araujo

Acercándonos al aniversario de la Batalla del Lago de Maracaibo, para conocer los hechos, es necesario primero saber de  sus protagonistas y hoy vamos a referirnos a dos famosos Corsarios  como lo fueron Renato Beluche y Nicolás Joly, que fueron destacados marineros al servicio de la República.

Beluche era oriundo de Nueva Orleans y había abrazado la carrera naval a muy temprana edad y en el año de 1807 tiene el cargo de Guardamarina en el navío Catalina, de los guardacostas de Luisiana.

Pero pronto Beluche es tentado por la Revolución Francesa y se dirige a Francia en donde es Comandante de Artillería en Arcachón en Gironda.

Al tiempo regresa a Nueva Orleans y se une a los hermanos Lafitte, dos famosos corsarios, pero en 1812 se dirige a Cartagena de las Indias, donde se le concede la Patente de Corso para atacar los barcos españoles.

Las presas que obtenía las conducía a Barataria, al oeste del Missisippi, bastión de los Lafitte. Para el año de 1814 con su flota se presenta ante la Rada de Portobelo en Panamá que estaba en manos de los españoles, con la intención que se produzca una rebelión en contra de las autoridades locales que nunca se produce.

Al ver el fracaso, regresa a su ciudad natal  y allí es detenido junto a otro Corsario de nombre Domingo You, los dos eran oficiales  de Jean Lafitte. Debido a que estaba el riesgo de un ataque inglés, son dejados en libertad y el 8 de enero de 1815 los ingleses atacan Nueva Orleans, pero son rechazados, gracias a la participación de Beluche.

Se traslada a Cartagena y como la plaza es asediada y tomada  por el General Pablo Morillo;   en aquel trágico diciembre de 1815; cooperó con su goleta “Brisona” en la huida de los patriotas y se dirige a Haití.

En marzo de 1816 entra al servicio de las fuerzas republicanas, dirigidas por el Libertador Simón Bolívar, en la expedición de Los Cayos y el 31 de ese mes, es  comandado por el Almirante Brión y  es nombrado el segundo de la goleta “Brisona” que es rebautizada como “Bolívar”, conocida como “La Comandante”, por ser el buque insignia.

El 2 de mayo se realizó el primer combate al frente del archipiélago Los Frailes, combatiendo contra dos buques españoles, en donde es muerto el jefe realista Rafael de la Iglesia y capturan los navíos.

Debido a la importancia de la acción realizada por Beluche, este recibe el despacho de Capitán de Navío.

Son muchas las acciones que participa este Corsario de Nueva Orleans, entre ellas la intimidación para la rendición de las fuerzas realistas en Pampatar , las incursiones sobre los puertos de Carúpano y Ocumare, el bloqueo de la Guaira, la retirada hacía Bonaire después del fracaso de la escuadra.

De la misma forma Santander cuenta con la colaboración del Corsario cuando prepara  la rendición de Puerto Cabello  el 22 de febrero de 1822, interviene junto al General Mariano Montilla en la recuperación de Maracaibo.

Para enero del año siguiente, Beluche inicia el bloqueo de Maracaibo, comenzando las acciones con la captura del bergantín francés “Confianza” y la goleta española “Perla”,  que contenía material de guerra y 2.900 pesos en dinero que era llevado para los sitiados.

El 3 de mayo se comienzan las operaciones para forzar la barra y tomar el lago, el Almirante José Prudencio Padilla manda la escuadra y Beluche el bergantín “Independiente”.

La Batalla del Lago de Maracaibo se produce el 24 de julio de 1823, dirigidos los patriotas por Padilla contra la escuadra española comandada por Ángel Laborde. La victoria es obtenida por las fuerzas republicanas y el Corsario norteamericano es recomendado por Padilla  para ser ascendido a General de Brigada.

Pero Beluche seguiría participando en  la captura de navíos españoles  que lleva a Puerto Cabello. El 16 de febrero es nombrado Comandante General de Puerto Cabello.

Cuando se produce la invasión de Colombia a Guayaquil, Bolívar  le ordena para que saliese al frente de la escuadra peruana.

Participa en el movimiento que llevó a la Gobernación del Istmo de Panamá, al Coronel Juan Eligio Alzuru, que junto al General Luis Urdaneta proclamaron la separación del Istmo de la República de Colombia.

Son capturados, fusilan a Urdaneta, Alzuru y otros oficiales, mientras Beluche es deportado a Venezuela, en donde fija su residencia en Puerto Cabello.

Participó en la Revolución de las Reformas, siendo expulsado, regresando al país años después, aparece en 1848 como jefe del vapor “Libertador” en la toma de Maracaibo por las fuerzas gubernamentales.

Una vida también plena de acción tuvo el Corsario Nicolás Joly, este destacado combatiente de origen fránces, que era el que había conducido a nuestro Libertador Simón Bolívar en la famosa expedición de Los Cayos.

El Corsario Joly prestó servicios en la Marina Mexicana hasta el año de 1818, que es cuando llega a Margarita e ingresa a la Marina Patriota por solicitud del Almirante Luis Brión.

Tuvo una destacada participación en la captura de navíos españoles en donde se apropia de una gran cantidad de parque que serviría para las fuerzas patriotas.

Es encargado de la misión de entregar pliegos  a gobiernos de las islas de las Antillas y al regresar contrae matrimonio con la hermana del General Juan Bautista Arismendi, hasta el mismo Libertador le envía una misiva alabando la unión y felicitándolo por su incorporación a la familia venezolana.

Llega el año de 1819 y Joly se encuentra como corsario de las fuerzas patriotas, con una destacada labor de apresar barcos enemigos de la causa, al año siguiente es encargado del bergantín “Almirante Brión”, donde se dedica a abordar los navíos realistas.

Meses antes de  la Batalla del Lago de Maracaibo se encarga de abastecer la escuadra patriota en el lugar y en la acción participa en el bergantín “Marte”. Para el mes de agosto el General Francisco de Paula Santander le confiere el grado de Capitán de Navío con la antigüedad del 31 de diciembre de 1818.

Para el 13 de marzo de 1832 es nombrado Comandante del apostadero de Puerto Cabello, dos años después  defiende al gobierno constitucional de la “Revolución de las Reformas”, bloqueando Puerto Cabello.

En noviembre de 1840  fue  se le concede el cargo de Comandante del apostadero de Maracaibo y ocho años después se enfrenta contra el gobierno de Monagas, dirigiendo un buque de la escuadra rebelde paecista.

Nicolás Joly es uno de los forjadores de nuestra Marina Nacional.

Así fue la vida apasionante de estos marinos , Corsario intrépidos de nuestras luchas por la Independencia, conozcamos sus vidas rumbo al aniversario de los Doscientos años de la Batalla del Lago de Maracaibo.

JOSÉ PRUDENCIO PADILLA, VENCEDOR DE LA BATALLA DEL LAGO DE MARACAIBO

A sus doscientos años

José Rosario Araujo

Nuestra Patria le debe mucho, por sus innumerables servicios y por haberse cubierto de gloria en la Batalla del Lago de Maracaibo; aquel 24 de julio de 1823; donde había sido investido como Comandante General del Tercer  Departamento de Marina y de la Escuadra de Operaciones  contra el Zulia.  

Gracias a los esfuerzos de este patriota y de muchos más;  entre  ellos Beluche, D´Citty, Uribarrí, Manrique, Belloso, para nombrar alguno;  se logró la Capitulación del Mariscal Francisco Tomás Morales,  a los días de la derrota en combate naval de las fuerzas españolas, el 3 de agosto de 1826.

Era nacido en Rio Hacha, el 29 de marzo de 1778, comenzando su vida como marino en las embarcaciones mercantes de su puerto natal, a los 14 años es mozo de cámara de la Real Marina Española y para el año de 1805, recibe su bautismo de fuego en la Batalla Naval de Trafalgar, donde es capturado por los ingleses.

Al ser liberado se dirige a España, donde se le concede el ascenso a Contramaestre del arsenal de Cartagena de Indias. En el año de 1811 participa en el pronunciamiento  del pueblo de Jetsemaní, que se solidarizó con Cartagena, en la proclamación de su Independencia de Cundinamarca, desconociendo las autoridades españolas.

Se destacó en diferentes acciones en contra de las fuerzas realistas, entre ellas podemos citar la acción de Tolú, en donde capturó una nave española, a pesar de que estaba mejor armada, que la que él comandaba.

Por este triunfo Padilla es ascendido Alférez de Fragata, participó en 1815 a las órdenes de Bolívar cuando este se dirigió a liberar Santa Marta, se encontró en el sitio de Cartagena, cercada  por Morillo, defendiendo sus murallas, hasta que fue imposible mantener la posición y con uno de los buques patriotas, rompe la línea de la escuadra española, que trataba de impedir el escape de los republicanos y se dirige a Jamaica.

Acompaña al Libertador en la expedición de Los Cayos de San Luis en 1816 como Capitán de Navío. Combate en Los Frailes y desembarca en Carúpano.

Por sus servicios es ascendido  a Capitán de Fragata  y lo nombran Jefe de la Comandancia de las Fuerzas del Orinoco, en donde se destaca por las acciones en contra de la provincia de Cumaná.

Tres años después hace la campaña de Casanare, donde realizó el traslado de tropas y el transporte de materiales de guerra.

Estuvo como Segundo del Almirante Brión en 1820 en la toma de Rio Hacha, en la Laguna Salada, Pueblo Viejo, Tenerife, La Barra, , Ciénaga de Santa Marta y San Juan.

Ocupa la bahía de Cartagena, teniendo en cargo de Comandante en Jefe de las Fuerzas Sutiles de la República. Capturó varios navíos españoles y por sus méritos el 19 de abril de1823 es ascendido a General de Brigada de la Armada Colombiana, es investido con el mando de Comandante General del Tercer Departamento de Marina y de la Escuadra de Operaciones contra el Zulia.

Allí realiza una destacada actuación hasta la Batalla del Lago de Maracaibo y el 24 de noviembre de 1826 recibió el ascenso a General de División.

Pero no todo sería brillo en la carrera de este marino republicano, ya que al inició de 1828 se envuelve en un acto de indisciplina en Cartagena, donde es reducido a prisión, enviado a Bogotá el 26 de mayo de ese año.

Cuando se produce contra el Libertador el atentado del 25 de septiembre de 1828, es liberado por los conjurados, reconociéndolo como jefe. La rebelión fracasa y Padilla fue juzgado y condenado a muerte.

El 2 de octubre es fusilado y luego colgado a la horca, terminando de esta manera una vida que un momento fue valiosa, que tuvo méritos para ser considerado el héroe de la Batalla del Lago.

 

 

LA BATALLA DEL LAGO DE MARACAIBO

 

José Rosario Araujo

El 22 de abril de 1822 el General Francisco Tomás Morales; que había sido el Lugarteniente  de Boves; procede a la reconquista del Lago, el caudillo realista llega desde Coro.

Había fijado su cuartel en los Puertos de Altagracia y desde allí intento atacar a Maracaibo, pero fue rechazado. Con el nombramiento de  Capitán General de Venezuela prosigue con la intención de recuperar el Lago para las fuerzas realistas y el 24 de agosto desembarca en las costas de Cojoro, envía barcos a la Barra y se apodera de la Laguna de Sinamaica.

En las inmediaciones de Maracaibo se produce  un combate y las tropas republicanas son derrotadas, teniendo que retirarse hacía Gibraltar. Quedan los habitantes del Lago bajo la mano férrea de las tropas de Morales, después de que el Castillo de San Carlos se rinde sin pelear y el General José de Sarda que había sido comisionado con la misión de amenazar la retaguardia de Morales, se excedió de sus órdenes y es derrotado en Puerto Guerrero.

Morales como era común en él, comienza con sus desmanes y atrocidades y un claro ejemplo es la salvajada cometida contra la patriota Ana María Campos, que ordena que sea azotada y la somete al escarnio público, paseándola en un burro por las calles de Maracaibo, con la espalda desnuda, para que retirara su actitud, cosa que la heroica mujer no hizo.

 El sátrapa estaba furioso por la frase de la  dama: “Si no capitula monda”.

 El General Mariano Montilla desde Cartagena ordena el bloqueo del litoral entendido desde el Cabo San Román en Paraguaná,  hasta el Cabo Chichivacoa en la Goajira.

Montilla organiza una Escuadra y nombra a José Prudencio Padilla su Comandante Supremo y sale el 15 de marzo de ese año,  llega el 5 de abril a Los Tanques, en Paraguaná y entre esperar a Morales o forzar la Barra, decide lo segundo.

La Escuadra Republicana estaba integrada por los bergantines Independientes, Gran Bolívar y Marte, la goleta  La Espartana y varias embarcaciones menores. Padilla fondeé el 7 de mayo, fuera de tiro de cañón.

Al día siguiente comienzan a cruzar la Barra, sometidos al terrible fuego de la artillería enemiga y topándose con los bajos, que los realistas habían despojado todas las marcas   del difícil canal.

Debido a estos obstáculos “el Independiente” se varó y sus hombres tienen que tirar todo al agua, para ponerse a flote, también sufren la misma suerte  la goleta “La Espartana” y el bergantín “Marte”.

El Comandante Joly, tiene que abandonar “El Gran Bolívar”, quemándolo, ya que se había quedado varado en los fangales y es inutilizado por fuego enemigo.

El 14 de mayo las fuerzas de Padilla logran atracar en Punta de Palma, había empleado 6 días en esta operación. Después fondean en Bella Vista, después de varios enfrentamientos, logrando que los españoles se tengan que refugiar en la Bahía.

La flota republicana había sido reforzada por las goletas “Manuela Chitty”, “Emprendedora”,  “Leona”, “Confianza”, Independencia”, “Peacock” y “Antonia Manuela”.

La escuadra española dirigida por Ángel Laborde integrada por el bergantín “San Carlos”,  las goletas “Zulia”,  “María”, “Mariana”, “Cora”, “Liberal”, “Estrella” , “Salvadora”, “Rayo”, “Especuladora”, “Habanera”, los bergantines-goletas “Esperanza” y “Maratón” y los pailebotes “Monserrat” y “Guajira”.

El 24 de julio, día de la batalla los realistas se encuentran fondeados frente a Capitán Chico y los republicanos frente a los Puertos de Altagracia, a una distancia de 3 millas una de la contraria, listas para entrar en combate.

Los comandantes realistas, entre ellos Laborde, le advirtieron a Morales que no debían enfrentar a una flota materialmente superior, pero el terco español les ordenó un enfrentamiento decisivo en el mar. Laborde bajó a tierra y se entrevistó con Morales en Atillo, discutieron fuertemente y se desechó la idea de un ataque conjunto entre el ejército y la escuadra, acordaron verse al otro día en La Hoyada.

Eso era lo que deseaban los patriotas que tenían la intención de inmovilizar al enemigo para ganar en el agua y derrotar al ejército enemigo en tierra.

El Almirante Padilla a las 2:00 de la tarde, con el viento y la marea a su favor, ordena levar y a las 3:17 hace la señal de abordaje.  Iza la señal de abordaje en el palo mayor del buque insignia, hasta  que contestan afirmativamente la señal  las naves patriotas y desde este momento  los comandantes de cada barco estaban en libertad de acción para tomar decisiones,  que consideraran oportunas.

Los españoles a las 3:45 abren el fuego de sus cañones y fusiles, mientras los patriotas avanzan sin disparar un tiro.

Laborde decide  esperar a Padilla, el humo de la pólvora enceguece a los monárquicos y disparan al azar al perder la visibilidad, los patriotas se van acercando y cuando estaba a poca distancia de los  baupreses comienzan el abordaje.

“El Independiente abordó y rindió al “San Carlos”, la “Confianza” valientemente realiza la misma acción y captura una goleta enemiga. La “Esperanza” se rinde a la “Emprendedora”, el “Marte rinde a varios bajeles españoles.

La “Manuela Chitty” junto a la “Leona” pelean contra “La Habanera”, “La Liberal” y la “Zulia”. La población marabina contempla el combate desde las barriadas del Milagro y La Cotorrera.

Morales a caballo, rodeado de su Estado Mayor, contempla la destrucción de su escuadra, desde la playa de La Cotorrera y por el bando patriota, Montilla observa el triunfo de sus armas desde los Puertos de Altagracia.

Laborde se da cuenta de la derrota de sus fuerzas, trata de organizar la retirada, pero ya es demasiado tarde ya que toda la escuadra realista fue echada a pique, logrando huir hacía Puerto Cabello la “Zulia”; muy maltrecha, la “Especuladora” y dos flecheras.

En esta gloriosa batalla la escuadra republicana tuvo la perdida de ocho oficiales y de treinta y seis marinos y soldados, ciento cinco heridos y al enemigo le costó ochocientos entre muertos y heridos y setenta y nueve prisioneros.

El triunfo patriota da al traste a la dominación de España en Venezuela, el 3 de agosto capitula Morales, rindiéndose con sus tropas, son comisionados por los españoles el Coronel José Ignacio de Casas y el Teniente Coronel Lino López Quintana y el Teniente Coronel José María Delgado, Comandante del Batallón Zulia y el Capitán José María Urdaneta en representación de las fuerzas patriotas.

 El 15 del mismo mes la derrotada escuadra española, lleva a Morales y sus acompañantes a Cuba, poniendo fin al asedio que por tres meses sufría Maracaibo. Al jefe español lo acompañaron como 1.000 civiles que no querían quedar bajo el régimen patriota, el verdadero número era  de 2000 embarcados, pero no cabían en los ocho barcos, que estaban destinados a su transporte.

Un grupo de 400 soldados y oficiales tuvieron que quedarse esperando los barcos pedidos a Curazao, que los llevaría a Cuba, ya que Padilla no autorizaba la contratación de más barcos para navegar por alta mar.

A las fuerzas patriotas no le quedaba otra misión que rendir al Castillo de Puerto Cabello, acción que se realiza entre el 7 al 10 de noviembre de 1823, concluyendo con esta acción 325 años de dominación española en Venezuela.

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