El 22 de abril de 1822 el General
Francisco Tomás Morales; que había sido el Lugarteniente de Boves; procede a la reconquista del Lago,
el caudillo realista llega desde Coro.
Había fijado su cuartel en los
Puertos de Altagracia y desde allí intento atacar a Maracaibo, pero fue
rechazado. Con el nombramiento de Capitán
General de Venezuela prosigue con la intención de recuperar el Lago para las
fuerzas realistas y el 24 de agosto desembarca en las costas de Cojoro, envía
barcos a la Barra y se apodera de la Laguna de Sinamaica.
En las inmediaciones de Maracaibo
se produce un combate y las tropas
republicanas son derrotadas, teniendo que retirarse hacía Gibraltar. Quedan los
habitantes del Lago bajo la mano férrea de las tropas de Morales, después de
que el Castillo de San Carlos se rinde sin pelear y el General José de Sarda
que había sido comisionado con la misión de amenazar la retaguardia de Morales,
se excedió de sus órdenes y es derrotado en Puerto Guerrero.
Morales como era común en él,
comienza con sus desmanes y atrocidades y un claro ejemplo es la salvajada
cometida contra la patriota Ana María Campos, que ordena que sea azotada y la
somete al escarnio público, paseándola en un burro por las calles de Maracaibo,
con la espalda desnuda, para que retirara su actitud, cosa que la heroica mujer
no hizo.
El sátrapa estaba furioso por la frase de
la dama: “Si no capitula monda”.
El General Mariano Montilla desde Cartagena ordena
el bloqueo del litoral entendido desde el Cabo San Román en Paraguaná, hasta el Cabo Chichivacoa en la Goajira.
Montilla organiza una Escuadra y
nombra a José Prudencio Padilla su Comandante Supremo y sale el 15 de marzo de
ese año, llega el 5 de abril a Los
Tanques, en Paraguaná y entre esperar a Morales o forzar la Barra, decide lo
segundo.
La Escuadra Republicana estaba
integrada por los bergantines Independientes, Gran Bolívar y Marte, la
goleta La Espartana y varias
embarcaciones menores. Padilla fondeé el 7 de mayo, fuera de tiro de cañón.
Al día siguiente comienzan a
cruzar la Barra, sometidos al terrible fuego de la artillería enemiga y
topándose con los bajos, que los realistas habían despojado todas las
marcas del difícil canal.
Debido a estos obstáculos “el
Independiente” se varó y sus hombres tienen que tirar todo al agua, para
ponerse a flote, también sufren la misma suerte
la goleta “La Espartana” y el bergantín “Marte”.
El Comandante Joly, tiene que
abandonar “El Gran Bolívar”, quemándolo, ya que se había quedado varado en los
fangales y es inutilizado por fuego enemigo.
El 14 de mayo las fuerzas de
Padilla logran atracar en Punta de Palma, había empleado 6 días en esta
operación. Después fondean en Bella Vista, después de varios enfrentamientos,
logrando que los españoles se tengan que refugiar en la Bahía.
La flota republicana había sido
reforzada por las goletas “Manuela Chitty”, “Emprendedora”, “Leona”, “Confianza”, Independencia”,
“Peacock” y “Antonia Manuela”.
La escuadra española dirigida por
Ángel Laborde integrada por el bergantín “San Carlos”, las goletas “Zulia”, “María”, “Mariana”, “Cora”, “Liberal”,
“Estrella” , “Salvadora”, “Rayo”, “Especuladora”, “Habanera”, los
bergantines-goletas “Esperanza” y “Maratón” y los pailebotes “Monserrat” y
“Guajira”.
El 24 de julio, día de la batalla
los realistas se encuentran fondeados frente a Capitán Chico y los republicanos
frente a los Puertos de Altagracia, a una distancia de 3 millas una de la
contraria, listas para entrar en combate.
Los comandantes realistas, entre
ellos Laborde, le advirtieron a Morales que no debían enfrentar a una flota
materialmente superior, pero el terco español les ordenó un enfrentamiento
decisivo en el mar. Laborde bajó a tierra y se entrevistó con Morales en
Atillo, discutieron fuertemente y se desechó la idea de un ataque conjunto
entre el ejército y la escuadra, acordaron verse al otro día en La Hoyada.
Eso era lo que deseaban los
patriotas que tenían la intención de inmovilizar al enemigo para ganar en el
agua y derrotar al ejército enemigo en tierra.
El Almirante Padilla a las 2:00
de la tarde, con el viento y la marea a su favor, ordena levar y a las 3:17
hace la señal de abordaje. Iza la señal
de abordaje en el palo mayor del buque insignia, hasta que contestan afirmativamente la señal las naves patriotas y desde este momento los comandantes de cada barco estaban en
libertad de acción para tomar decisiones, que consideraran oportunas.
Los españoles a las 3:45 abren el fuego de sus cañones y fusiles, mientras los patriotas avanzan sin disparar un tiro.
Laborde decide esperar a Padilla, el humo de la pólvora
enceguece a los monárquicos y disparan al azar al perder la visibilidad, los
patriotas se van acercando y cuando estaba a poca distancia de los baupreses comienzan el abordaje.
“El Independiente
abordó y rindió al “San Carlos”, la “Confianza” valientemente realiza la misma
acción y captura una goleta enemiga. La “Esperanza” se rinde a la
“Emprendedora”, el “Marte rinde a varios bajeles españoles.
La “Manuela Chitty”
junto a la “Leona” pelean contra “La Habanera”, “La Liberal” y la “Zulia”. La
población marabina contempla el combate desde las barriadas del Milagro y La
Cotorrera.
Morales a caballo,
rodeado de su Estado Mayor, contempla la destrucción de su escuadra, desde la
playa de La Cotorrera y por el bando patriota, Montilla observa el triunfo de
sus armas desde los Puertos de Altagracia.
Laborde se da cuenta de
la derrota de sus fuerzas, trata de organizar la retirada, pero ya es demasiado
tarde ya que toda la escuadra realista fue echada a pique, logrando huir hacía
Puerto Cabello la “Zulia”; muy maltrecha, la “Especuladora” y dos flecheras.
En esta gloriosa
batalla la escuadra republicana tuvo la perdida de ocho oficiales y de treinta
y seis marinos y soldados, ciento cinco heridos y al enemigo le costó
ochocientos entre muertos y heridos y setenta y nueve prisioneros.
El triunfo patriota da
al traste a la dominación de España en Venezuela, el 3 de agosto capitula
Morales, rindiéndose con sus tropas, son comisionados por los españoles el
Coronel José Ignacio de Casas y el Teniente Coronel Lino López Quintana y el
Teniente Coronel José María Delgado, Comandante del Batallón Zulia y el Capitán
José María Urdaneta en representación de las fuerzas patriotas.
El 15 del mismo mes la derrotada escuadra
española, lleva a Morales y sus acompañantes a Cuba, poniendo fin al asedio que
por tres meses sufría Maracaibo. Al jefe español lo acompañaron como 1.000
civiles que no querían quedar bajo el régimen patriota, el verdadero número
era de 2000 embarcados, pero no cabían
en los ocho barcos, que estaban destinados a su transporte.
Un grupo de 400
soldados y oficiales tuvieron que quedarse esperando los barcos pedidos a
Curazao, que los llevaría a Cuba, ya que Padilla no autorizaba la contratación
de más barcos para navegar por alta mar.
A las fuerzas patriotas
no le quedaba otra misión que rendir al Castillo de Puerto Cabello, acción que
se realiza entre el 7 al 10 de noviembre de 1823, concluyendo con esta acción
325 años de dominación española en Venezuela.
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