martes, 5 de diciembre de 2017

OTRA VALERA



Del historiador amigo Alexis Berrios
 
JOSÉ ROSARIO ARAUJO. Este excelente libro del buen amigo el historiador Alexis Berrios, me hizo recorrer  la Valera que se fue y que lamentablemente no volverá. Me adentre,  con esta muestra de cariño a la tierra de Mercedes, en la nostalgia donde los tiempos ya pasados son mejores que los que se viven.

Ese reflejo de su amor de hijo a la madre de las siete colinas, nos conduce de corazón por sus más claros recuerdos de aquella Valera, la afectuosa, la cálida, la ciudad de los amigos. Nos lleva,  con la claridad del hijo amantísimo de la vieja urbe,  por cada uno de los retazos de sus evocaciones haciéndonos vivir con sus misma emoción, cada uno de los pasajes de la Valera y sus personajes de los 60,70,80.
 
Los que conocimos a la antigua urbe, a leer Otra Valera, recordamos cada trazo, cada capítulo y cada momento descrito con la certeza de juglar de Berrios. Con lenguaje poético nos acompaña en el triángulo de las Bermudas; fuentes de soda de la época en donde colmamos nuestros sueños bañados por la amistad sincera y el compañerismo que desbordo aquellos tiempos del recuerdo.

Nos emocionó recordar aquella corrida de toros, momentos del cual fuimos testigos. En sus páginas Alexis produjo la angustia de aquella tarde en la calle 7 esperando al asesino de la joven de los discos. 

Paladeé  con delicia la cerveza del Albastro en aquellos 80, recordamos cada una de la conversaciones, vi a mi hermana Aura Rosario, al poeta Javier Abreu, a los amigos; a  Wilmer Viloria y a Miguel Valero;  y a los  conocidos que muchas veces  encontrábamos en la barra  de la sabrosa cervecería.

Recordé  la Navidad valerana,  la famosa misa de aguinaldo del MOP,  al sacerdote del traje negro y del paraguas, quien era  muestra rígida de la misa sabatina, evocando  cuando  acudía con mis tias-madres las Rosario, para oír aquel sermón  acompañado por canciones en latín y  su típica ironía mordaz que siempre caracterizaba cada uno de sus comentarios.

Otra Valera, interesante libros que nos hace querer lo que somos y fuimos,  pero  también nos hace reflexionar hacia dónde vamos,  trazando luces de cambio sobre el destino que el desamor ha  poblado la meseta.

No dudo que el historiador amigo, quiso con sus letras que recuperáramos  la Valera aquella, la otra, no esta; la del zamuro, el caos y la basura; sino la de la amistad, la de la cordialidad, la de la alegría, la de la sana cotidianidad ya tan perdida.

Como él lo dijo en su Recordación Futura al abrir su mochila, nos dio la responsabilidad de recuperar el sueño de sus fantasmas multicolores y asumir la tarea de contar para resucitar aquella tierra en donde todavía merecemos vivir.

Aprendí con mi amigo, que la historia pequeña, nuestra historia,  se cuenta, se escribe, la historia bonita fresca, la historia de todos, narrar lo vivido es parte de nuestro deber y obligación con la valeranidad, que no es otra cosa que la querencia de nuestra tierra.

Disfrute este libro como nunca, me emocioné, evoque, creo en mí,  interrogantes y no puedo menos que señalar Otra Valera como lectura de rígida necesidad para conocer nuestra ciudad, aquella tierra de las siete colinas.

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