José Rosario Araujo
Han pasado muchos años, una eternidad de su fallecimiento. Partió
en el año 2007. Siempre lo considere el hermano mayor que nunca tuve
y así crecimos.
Todavía con los años que han pasado de su muerte es difícil
creerlo. ¿Sera por tantos recuerdos que nos unieron?
Fui testigo de su matrimonio por el civil, fui padrino de su boda por
la Iglesia en el año de 1986 y padrino de su primera hija Andrea
Canelón Rivas en 1988.
Recuerdo a mi hermano Leandro Canelón, las serenatas que llevamos,
la amistad que nos unió por tantos años, desde que fuimos
adolecentes, hasta bastante entrada nuestra madurez.
Es imposible olvidar esa época, la Valera por la cual transitamos y
la Mérida en que nos tocó vivir. El tiempo irremediablemente nos
lleva consigo y muchas veces es más benigno con muchos y con otros
no tanto y se los lleva antes de tiempo.
Hace poco me llego a Conociendo Valera I y II una foto de Leandro que
me envió otro hermano mío de crianza; el Alguacil Wilmer Viloria.
En esa foto aparece Leandro, junto a sus primos David Cestari y
Javier Viloria; también grandes amigos; si no me equivoco en una
reunión en la casa de nuestra recordada amiga Xiomara Ocanto en los
años 80.
De mi amistad con Leandro recuerdo a mi compadre con su guitarra,
siempre cantando y presto a llevar serenatas. Recuerdo que el Día de
las Madres conducía unas serenatas a nuestras madres, que comenzaba
a partir de las doce de la noche de ese día y se prolongaba hasta
donde el cuerpo aguantaba y nuestras madres no nos detuviesen, ya que
donde llegábamos nos paraban para obsequiarnos desde café, dulce y
la bebida espirituosa que estuviésemos bebiendo.
Leandro, cuando sus estudios de Ingeniería y su trabajo lo dejasen
en la Coral de la Policía del Estado Mérida (FAPEM), tocaba
guitarra y componía canciones, siempre preparándolas para la
próxima serenata que planeásemos llevar.
Evocó una casa en la Av. Bolívar cerca del BOD donde vivía una
joven, por la cual yo bebía los vientos, a la cual llevábamos
serenatas en aquellos años 80; repase que en estos días con
Wilmer cada uno de los recuerdos de aquellos tiempo; en donde
muchas fueron las canciones que lleve acompañado por el que sería
mi compadre y Wilmer, además de varios amigos más.
También recuerdo del padre de mi amigo, el conocido Profesor Juan
Canelón Cestari, con quien me unió una bonita amistad.
Mi amigo Leandro fue aquejado de un accidente cerebro vascular en el
2005, con todo y un año después vino a Valera a conocer a mi
primer hijo Luis Eduardo y esa sería la última vez que lo vería ya
estaba bastante deteriorado por la enfermedad, falleciendo el año
siguiente.
“La vida continuó” y se llevó a mi hermano y compadre Leandro
Canelón y hoy a los 11 años de su partida, te recordamos igual y
le pedimos a Dios algún día volver a cantar juntos como lo hicimos
en aquel tiempo tan recordado.
Foto: Leandro Canelón junto a David Cestari y Javier Viloria.
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