José
Rosario Araujo
Es
imposible no admirar a Luis Beltrán Prieto Figueroa cada vez que se profundiza
en su vida, es imposible cuando se lee algún tema en donde este venezolano
excepcional, orgullo de nuestra nacionalidad, no tenga que ver, que no te nutra sobre la educación en
Venezuela y percibes como su legado esta
cada día más vigente.
Conocer
su vida es parte de nuestra venezolanidad, ya que Luis Beltrán está presente en
la historia contemporánea de nuestra querida Patria, fue político, pensador,
escritor, catedrático, poeta, periodista, crítico literario, pero sobre todo un
gran educador.
Prieto
Figueroa fue el Maestro de Maestro y su obra como educador y político del Estado Docente, es su gran legado para la
educación venezolana, tesis que elaboró
a partir del concepto de Estado Social de Hermann Heller, que pertenecía a la
Escuela Política Alemana.
El
docente y político venezolano en el año de 1946 defendió esta tesis en una conferencia en la
Escuela Normal “Miguel Antonio Caro” en donde expuso que “Todo Estado
responsable y con autoridad real asume como función suya, la orientación general de la Educación”.
El
Maestro de Maestro decía que la educación debía responder al interés de la
mayoría, tiene que ser democrática, gratuita y obligatoria y combinar la
igualdad de selección sobre la base de las capacidades del individuo.
Él
aseguraba que la educación es de carácter público, no pudiendo ser un asunto de
carácter privado, menos privativo de sectores sociales ni de intereses
particulares. Abogaba para que el Estado fuese el encargado de elaborar las
líneas de una política cultural y educativa que nombró como Estado Docente”.
Defendía
el concepto del maestro como líder y que la educación debía partir a las masas y no a las castas, para formar al
pueblo con una conciencia de lo que somos y de lo que queremos, siendo una función educativa, para que todos
los ciudadanos de una país tengan responsabilidad en la vida de la nación.
Para
el Maestro Prieto la educación debía ser progresista, para la formación del
hombre integral como ciudadano libre y responsable, miembro de la comunidad
pendiente del desarrollo económico y social
en beneficio de todos.
Pregonaba
que el Estado Venezolano siendo democrática su educación debe estar dirigida
por principios que orienten esa democracia y el maestro responderá a los
objetivos que la Constitución señala al Estado Venezolano.
Indicaba
el insigne venezolano que la educación es tarea del Estado, respetando la
libertad de enseñanza que es supervisada por la supervisión estatal.
Insistía en
la obligatoriedad de la instrucción primaria, de la educación física y a
las actividades educacionales que tengan que ver con la producción.
En
materia educativa fue fundador de la Sociedad Venezolana de Maestros, siendo
autor del primer anteproyecto de la Ley
de Educación presentada al Congreso en 1936, fue coautor de la Ley de Educación del año 69 y diez años antes es autor del proyecto de ley que crea el INCE,
además redacto en 1937 la tesis educativa del Partido Democrático
Nacional (PDN) en donde manifiesta la propuesta de una educación de masas y esa
política fue aplicada desde 1945 en la Junta Revolucionaria de Gobierno,
que tendría como fin una escuela en cada aldea y un liceo en cada
pueblo.
El
educador margariteño estimuló entre los años de 1936 a 1945 el funcionamiento
de “Las Repúblicas Escolares y cuando fue Ministro de Educación 1947-1948, creo
las escuelas primarias, liceos, escuelas normales, industriales, comerciales y
artesanales.
Se
preocupó en el corto tiempo de su gestión en la profesionalización de los
maestros no titulados, reconoció la nivelación del sueldo de los docentes, creó ese año de trabajo el
Patronato de Roperos Escolares y Comedores Escolares.
Trabajo
arduamente en pro de la cultura con la creación de la primera escuela de teatro
de Venezuela y promovió incansablemente el Plan de Investigación a nivel del folklore
nacional y la creación del Taller de Arte Libre y la Comisión de Investigación para el Planeamiento e
Impulso de la Campaña de Alfabetización
Nacional.
Este
gran educador y político siempre gozó de gran jovialidad y como
conversador, desbordaba su simpatía y
carisma en cualquier ambiente donde estuviese, como lo fe en todas sus
actuaciones en todo los niveles que participó.
Fue
reconocido por muchos y vilipendiado por pocos, pero es sin lugar a dudas uno
de los libres pensadores más importantes de nuestra Venezuela contemporánea.
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