JOSE
ROSARIO ARAUJO. Antes de comenzar la Sesión Especial del Día del Músico
pudimos departir animadamente con el Cronista
de Valera, Luis González, el Contralor
del Municipio Valera; Abg. Eli Torres Graterol, el Síndico del Municipio Abg. Rafael Peña y el
Concejal Germán Lares sobre la Valera antigua.
Quien mejor que Don Luis para
narrarnos sobre ese tema, ya que para ese tiempo y todavía, era un Bohemio consuetudinario.
Mis otros tres amigos, hombres muy versados en la
Bohemia, escuchaban con atención cuando
el Cronista de Valera contaba sobre el Bar Restaurant Conticinio y recordaba
que en ese sitio ellos conversaban y le daban duro al Ron y al Whisky,
almorzaban allá muchas veces y seguían haciendo honor al Dios Baco.
En esos tiempos refiere que Valera
era muy tranquila y la gente no temía salir a la calle.
Evocó Don Luis las sabrosas
tertulias que tuvo con Guillermo Viloria, Eladio Muchacho, Guillermo Montilla,
los Bertoni Terán y Mario Maya entre otros.
Luis González nos refirió que la
ciudad contaba con varios grupos musicales y se podía llevar serenatas en las
madrugadas, también acompañados por la vieja y noble caña.
Se acordó de Pedro Malavé Cols quien a pesar de que no era valerano, quiso
mucho la ciudad. Él tenía una imprenta en la calle 8 entre calles 12 y 13,
donde se hicieron varios libros en honor de la ciudad de Valera.
En la imprenta de Pedro Malave
Cols publicaron varios libros del
escritor valerano Adriano González León, uno de los mejores escritores
venezolano. Fue premio Nacional de Literatura y un gran hombre, muy creativo y
amigo leal, también muy parrandero y le metía duro a la vieja y noble caña.
Explicó Don Luis que el ron valía
6 Bs la botella y el Whisky 15 Bs.
Entre los bohemios de la época recuerda
a Cesar Bertoni, Malavé, Guillermo Montilla, Rafael Ángel Lujano, Hugo Dubuc,
Graterol Vargas, para nombrar algunos.
Sobre la Calle Vargas nos narró
que era una calle de muchachas de buena voluntad que cuando recibían los dos bolívares por el trabajo decían amablemente: “Seños
perdone lo malo”.
La calle Vargas que era en la Av.
4, El Arco Iris en la Floresta, La Piscina arriba de las Residencias El Murachi
y el Siboney vía Sabana Libre.
Aunque él no fue visitante de
esos sitios los recuerda por los comentarios de la gente.
La verdad es que uno puede pasar días
oyendo las anécdotas y crónicas de Don Luis, pero esta sabrosa conversación fue
suspendida por el comienzo de la Sesión del Día del Músico, pero quedaran
muchos momentos en que sigamos oyendo estas narraciones, sobre todo ahora que
viene la Navidad, pero si como lo dice Don Luis acompañados por la noble y
vieja caña.
Foto: Conversación de bohemios
valeranos.
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