José Rosario Araujo
Simón Bolívar, Libertador de
Venezuela, Colombia, Perú, Ecuador y Bolivia (El Alto Perú antiguamente) viene
siendo para muchos un ser inalcanzable, un semidiós.
Olvidamos que fue tan humano como
cualquiera de nosotros. Con sus errores y sus triunfos, sus aciertos y
desaciertos, pero eso sí, con un gran amor hacia estas tierra y cuando nos
referimos a esto lo hago porque para Bolívar su patria fue América y su sueño
crear una gran nación de la América española.
A Bolívar lo hemos convertido en
un ser sin errores, hemos limpiado su vida de toda mancha y falta, quitándole
lo humano y volviéndolo impecable e inalcanzable.
Hay otras corrientes que lo han
odiado y lo han calumniado. Debemos conocer la vida de El Libertador, su
verdadera vida, sin buscar cualidades y defectos, conocerlo como realmente fue,
un hombre enamorado de sus ideas, dispuesto a morir por ellas.
Un hombre lleno de aciertos y
desaciertos. Quizás un hombre más allá de su tiempo.
“Las pasiones del nacionalismo y
de la parcialidad política impiden apreciar su estatura con justicia”
Gerhard Massur.
Bolívar fue grande, supo ser
humano, cumplió su misión, él permanece y permanecerá en todos nuestros hogares
por siempre ya que le debemos lo que somos.
Leer sobre su vida es acercarnos
a su obra, es sentirlo nuestro, es conocer sus pensamientos. Hay que mirar hacia
atrás para conocer el futuro.
¡Hay que conocer a Bolívar,
nuestro Bolívar!
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