Por: Gregorio Riveros.
Cronista de Pampanito y
Presidente de la Asociación de Cronistas Oficiales del Estado Trujillo.
Juan Ignacio Montilla, nació en
Quebrada Grande (Urdaneta, estado Trujillo), el 1° de marzo de 1842. Hijo de
Juan Montilla y M. Rafaela Uzcategui. Se establece en la ciudad de Valera en el
año 1850, contaba tan solo con ocho años de edad. Al transcurrir el tiempo se
convirtió en uno de los más importantes padres de Valera. Hombre de superación,
progreso, propulsor de la cultura y constructor de pueblo.
Juan Ignacio Montilla, se
encuentra entre los fundadores del Ateneo de Valera. Un hombre con una
extraordinaria vocación de trabajo y servicio al prójimo.
Fue concejal de Valera en al año
1875 ocupando la presidencia del ayuntamiento. Y para el año 1876 conformó la
terna de Tesorería Departamental, y también fue Juez Departamental. Miembro de
la Junta de fiestas patronales de San Juan Bautista de Valera (año 1877). Fue
Jefe Departamental de Valera en los años 1877, 1879, 1881, 1884, 1885, 1896 y
1904. En los años 1879 y 1880, es electo en la terna para la Administración de
las Rentas del departamento, junto a dos distinguidas personalidades, Rafael
Gallego Celis y Antonio María Vetancourt.
También integró la comisión de
peritaje (avalador) de los terrenos que se destinarían para la Casa de la
Cultura de la ciudad. En 1891, ocupa la presidencia del Concejo municipal de
Valera, y en este mismo año, adquiere los terrenos del Llano de San Pedro.
Estos son los terrenos, que años después, el Sr. Alberto Maldonado Labastidas
(Presidente de la Cámara municipal de Valera) propone que lleven el nombre de
MUNICIPIO JUAN IGNACIO MONTILLA, propuesta que fue aprobada por unanimidad el
día 12 de enero de 1945.
Juan Ignacio Montilla realizó una
gran obra social y fue un gran servidor público. Fue miembro de la Junta de
Salubridad de la ciudad, y participó en la solución de problemas de tipo
educativo, agrícolas, laborales, comerciales, y en varias ocasiones, cedió los
terrenos del solar de su casa para el funcionamiento provisional del mercado
público.
Para el año 1896, participa en
las actividades de protesta contra la usurpación inglesa en territorio
venezolano. Y en el año 1901, cuando era concejal, formó parte de la comisión
que midió el Llano de San Pedro para levantar el croquis de la ciudad (plano
para demarcar las manzanas, cuadras, plazas y calles). En 1904, dirige los trabajos
de empedrado de las calles junto con Marco Aurelio Ibarra y Pedro Maya. En ese
mismo año, recibe los agradecimientos del Concejo municipal, por la
construcción del puente “17 de agosto de 1899”, que fue inaugurado el 9 de
diciembre de 1904. También ocupó el cargo de Vice-gerente de la compañía
“Planta Eléctrica de Valera”, que buscaba la modernidad de la ciudad.
EL HIJO BENEMÉRITO DE VALERA. Así
fue honrado Juan Ignacio Montilla por la ilustre municipalidad valerana con la
distinción de “HIJO BENEMÉRITO DE VALERA”. Y el 2 de febrero de 1930, en un
ambiente de luto, sesionó el concejo municipal de Valera, con motivo del
fallecimiento del General Juan Ignacio Montilla. La sesión comenzó a la nueve
de la mañana, dirigida por el primer Vice-presidente Dr. Febres Cordero.
Estuvieron presentes los
concejales: Dr. Chueco Montiel, Casas Briceño, León S., Dr. Tagliaferro (hijo),
y Briceño Villasmil. El presidente manifestó: “...que el objeto de la reunión
de la cámara era ponerlos en conocimiento que el General Juan Ignacio Montilla
declarado por la corporación “Hijo Benemérito de Valera” por sus relevantes
condiciones de hombre público y valioso factor del progreso de Valera, acaba de
fallecer y que propone que el concejo dicte un acuerdo pertinente al sensible
suceso...”. En esa ocasión, se declararon tres días de duelo público en toda la
jurisdicción —del entonces— Distrito Valera.
Finalizamos esta crónica breve,
con una referencia del epónimo de la escuela “Juan Ignacio Montilla” de
Pampanito. Por eso, retomamos la apreciación expresada por el escritor Pedro A.
Santiago, que nos recuerda esa gran labor civilista de Juan Ignacio Montilla, y
afirma que participó junto con otros vecinos en “diecisiete obras públicas,
todas de ingente utilidad para el progreso urbano de Valera, fueron planeadas y
dirigidas personalmente por Don Juan Ignacio Montilla, a cuyo entusiasmo civil
y patriótico y acertada dirección, debe esta ciudad el rápido progreso material
que alcanzó durante cuarenta años”. En definitiva, un extraordinario epónimo
JUAN IGNACIO MONTILLA honra a esta importante escuela de Pampanito.
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