Recordando nuestra historia
José Rosario A
En nuestra ciudad las industrias más antiguas fueron las que
fabricaban sombreros de cogollo y la preparación del fique para sacos
del señor Juan Scrochi quien con el tiempo trajo una máquina para tejerlos fundando la primera fábrica de
alpargatas.
Existió en la tierra de Mercedes Díaz una fábrica de
cigarrillos llamada “Ambiente de Los Andes”, que sería su dueño Juan Spinetti.
La fábrica tuvo una sucursal en Barquisimeto.
A finales del siglo XIX no existían en la ciudad barberías,
pero si barberos a domicilio y la primera panadería fue la de Gallegos Celis y contaba como panaderos con Rafael Ortiz y
Pablo Tortebuy, pasarían los años y Pedro Magi y Ricardo Henríquez inauguraron
establecimientos que hicieron las delicias de los valeranos. Años anteriores
eran familias que desde sus hogares hacían pan que vendían en las familias de
la joven comarca.
La primera imprenta
la trajo Vicente Briceño Briceño dirigida por José Domingo Durán en
1872, ya anteriormente Juan Hack había traído una pequeña prensa, pero en la de
Briceño se imprimió el primer periódico valerano “El Regenerador” editado por
Matheus Roth en 1872.
A principios del siglo XX, para ser más exactos en el año de
1932 se instaló en la ciudad de las siete colinas “La Sociedad Pro Consumo de Artículos Venezolanos” cuyo
fin era colaborar con el desarrollo e
incremento de las industrias venezolanas. Esta sociedad estuvo conformada como
Presidenta, Sofía Baptista; Vicepresidente, Carmen Abreu; Secretarias Carmen Luisa Febres y Chana Bazo.
Sin lugar a dudas la gente de esa época era nacionalista y
tenían un gran amor por su terruño, actitudes que debemos imitar en estos
tiempos en que bastante falta nos hace.
Un año después el Concejo Municipal de la ciudad; cuyo
presidente Manuel de J. Chuecos tienen como proyectos para Valera, la
protección del Colegio Salesiano con la creación de algunas becas para estudiantes dignos,
atención al Hospital “Nuestra Señora de la Paz”, una campaña contra los zancudos;
ejecutando el drenaje de la ciénaga cercana al campo de beisbol, controlar las
rentas municipales, organizar el aseo urbano, proteger el deporte. De la misma
manera se habla sobre el asunto de un acueducto en donde el funcionario
municipal aduce que pronto un asunto relacionado con el caso sorprenderá a la
población valerana.
El 17 de junio de
1934 Valera se queda sin luz eléctrica por la crecida del río Motatán y una
parte del Canal de la Central Eléctrica de la Compañia Planta Eléctrica de
Valera sufrió serio descalabros.
En 1936 en el periódico El Anunciador, dirigido por Valerano Diez y Riega, luego
dueño del Cinelandia y Cine Libertad, en su número 65 en su primera página
aparece un artículo titulado “El Clamor de Valera” en donde aparecía la urgente
necesidad de un acueducto nuevo. Pareciese que los años pasan
pero los problemas se mantienen.
Dos años antes el mismo periódico en su primera página
aparece la Campaña Sanitaria Agua y Jabón, con la firme intención de crear en
los valeranos la poca común costumbre de bañarse todos los días y desmintiendo
la creencia en ese tiempo de que bañarse era perjudicial para la salud.
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