lunes, 13 de julio de 2020

KUFRA LA INCURSIÓN

Fuerzas del LRDC y soldados de la Francia Libre

José Rosario Araujo

Para la Francia Libre era necesario un cumulo de triunfos para levantar la moral de los franceses después de haber sida conquistada su Patria. El jefe de los franceses; General Charles de Gaulle;  un día cualquiera en una reunión con el Coronel Leclerc, señalando un mapa y con su firmeza de carácter le anunció que existían sitios en los cuales debían realizar acciones para lograr subir la moral decaída de los combatientes de la Francia Libre.

-Hay  esto y eso. Dijo lacónicamente  el líder francés.
El Vizconde De Haute Cloque;  mejor conocido como Coronel Leclerc, seudónimo adoptado por medidas de protección de sus familiares que se encontraban en la Francia ocupada para evitar represalias; entendió las órdenes de De Gaulle perfectamente y con su sangre fría  manifestaría:

-Nunca recibí ordenes tan directas y de la misma manera fueron ejecutadas con tanta seguridad y precisión.
Leclerc era un Oficial de Caballería que procedía de la Academia Militar de Saint Cyr, que la guerra lo había sorprendido en el cargo de Capitán y que fue herido y tomado prisionero en la batalla de Francia, luego se fugó, escapando en una bicicleta hasta que por el Canal de la Mancha, cruza a Inglaterra, reuniéndose con De Gaulle que lo envió a Camerún a enfrentar las fuerzas francesas del Vichy, desde allí lo destinaron a la provincia del Chad.

El Coronel francés para los primeros días de febrero de 1941, contaba con un grupo destacado de oficiales y sub oficiales franceses, pero que lo asolaba era una gran falla en los suministros como vehículos dañados, que ellos trataban de arreglar con los montones de piezas de carros desarreglados que conseguían, de los cuales no se encontraban muy contentos de ese hecho.

El  egresado de Saint Cyr  sabía que en el desierto de Libia el puesto de El Auenat, situado a 280 kilómetros de Kufra era un gran objetivo de tomar en cuenta, pero analizando mejor decide realizar la incursión en la misma Kufra, en el fuerte Tag, que era considerado por los italianos como su símbolo de poder africano.

Por sus informantes Leclert consideraba un tremendo objetivo  Kufra a sabiendas que sería un rudo
golpe en contra de la moral italiana.
Rodeado de espacios vírgenes de 500 kilómetros de ancho, la región desértica más extensa del Sahara, el fuerte Tag se encontraba situado sobre un acantilado, que se extiende en una hondonada defendida por 300 soldados italianos, que apoyaba una compañía móvil llamada Compañía Autotransportada Sahariana, que era el equivalente a LRDG, integrada por duros combatientes.

Para el ataque de  Kufra los franceses contarían con 100 soldados europeos, 300 nativos meharistas; que fueron desmontados de sus camellos; con un armamento pesadas, 26 ametralladoras Lewis, cuatro mortero, un cañón de 75 mm, dos cañones de 37 mm, varias camionetas Bedford y camiones.

En la incursión participarían las patrullas LRDG; Patrullas de Acción Lejana después conocidas como Grupo Estratégico del Desierto;  T  y  G, que realizarían la protección y el reconocimiento del ataque.

Los franceses estaba ansiosos de la misión, su saludo era “Vers Kufra”, por los deseos de participar en la futura incursión, pero ya los italianos al notar un aumento en las trasmisiones del enemigo sospechaban el ataque que se les avecinaba.

El Coronel francés había organizado una columna ligera de 99 vehículos, que aunque todos los participantes saharianos del Chad pensaban que el raid estaba destinado al fracaso, a pesar de que ellos eran combatientes muy duros, de primera calidad.

Aducirán que la incursión era preparada por alguien que desconocía los terribles peligros  del desierto, la sed, el hambre y las terribles distancias del terreno, pero el egresado de Sant Cyr tenía por costumbre dominar y moldear el destino a su gusto, domándolo por su espíritu aventurero.

Ya para Leclerc Kufra era una obsesión, debía obrar rápidamente ya que se aproximaba  la primavera. Las fuerzas enemigas  se encontraban alertas y los aviones italianos patrullaban el desierto en la búsqueda de vehículos enemigos.

Transportaron 150.000 mil litros de gasolina y víveres  son transportados a 208 kilómetros más allá de Largeau a Unianga Kebir.
Debido a la vigilancia de la aviación italiana se dispone un ataque al puesto de Tedjerhi, pero la traición de un guía da el traste con la operación, por otro lado una patrulla inglesa comandada por el Mayor Clayton ataca Murzuk logran destruir  tres aviones y una instalación de radio.

El 24 de enero la columna de ataque abandona Largeau, necesitando 24 horas para recorrer ese terreno movedizo, a pesar de que delante de las ruedas de los vehículos colocaron esteras de hojas de palma y viguetas deslizadas entre los neumáticos de los camiones de doble ruedas.

Cuatro días después la columna se sitúa en Tekro, desde allá se extiende un desierto que no permite que las ruedas de los vehículos rueden y que de día hay un calor exagerado y de noche hiela y el frío corta como un cuchillo, pero en poco tiempo atraviesan la frontera italiana.

Los vehículos franceses comienzan a dañarse por las dificultades del terreno, pero lo más grave es que a los dos días de partida se produce una tormenta de arena que obliga a detenerse a los incursores, pero las patrullas del LRDG se adelantan al ataque, dejando atrás a los soldados que se protegen de la tormenta de arena.

El viento afecta a los soldados ya que no les son suficientes los lentes de protección para que la arena no se les meta en sus ojos,  a pesar de ser veteranos del desierto.
Los vehículos llegan a una depresión protegida por un lago y al lado se encuentra el fuerte de Unianya Kebir.

La patrulla de Clayton con la patrulla G se adelantaron para reconocer Yebel Sherif a 100 kilómetros, con 44 hombres y 11 vehículos, poco tiempo después alcanza el poblado de Bishara, descubriendo que había sido destruido, al descubrir huellas de neumáticos deciden trasladarse al Norte y se esconden en una cadena baja de montañas.

El inglés ordena a sus combatientes  que escondieran los vehículos pero son localizados debido a las emisiones de radio y caen en una emboscada por la compañía “Sahariana” italiana integrada por siete vehículos y protegida por tres aviones.

Con cañones Breda,  arma muy eficaz del ejército italiano, los atacan y antes que Clayton organizara la defensa, cuatro de sus vehículos son quemados  y el Mayor inglés  serenamente intenta replegarse con el resto de sus fuerzas  al Sur para realizar un contraataque, pero es atacado por un avión que lo hiere y es capturado.


El mando es asumido por el Capitán Ballantyne retrocede para unirse a la columna de Leclerc. El militar francés duda antes de tomar una decisión, pero al final en vía el grueso de sus tropas a Tekro y él se dirige dirigiendo 20 vehículos hacia Kufra.

Se decide que  las patrullas del LRDG efectúen un reconocimiento y  Ballantyne en uno de los vehículo de la patrulla K   va como  guía con los franceses.
Leclerc llega a Kufra el 7 de febrero avistando las palmeras del oasis al anochecer. Luego se dirige a interrogar al jefe del poblado acompañado por un oficial inglés.

Una patrulla destruye el material de las estaciones meteorológicas y tres coches dirigidos por el Capitán Guillebon incendian el aeropuerto  y la explosión despertó a la guarnición italiana que comenzó a disparar y esta era la señal que esperaban los franceses para atacar y doce Bedford se lanzaron contra el oasis, pero se vieron atascados en la arena, sometidos al fuego de la guarnición dispara la mayor cantidad de sus municiones.

Leclerc se encuentra molesto ya que los aviones no han sido completamente destruidos y se dirige con una patrulla y en medio del camino choca contra una roca, el resto de los camiones continúan, llegan al hangar, queman un avión y se retiran.

A las 8 horas las patrullas de reconocimiento son atacados por los aviones Saboya y los camiones se dispersan por un macizo montañoso, la arena no ayuda y uno de los vehículos se hunde.

Leclerc ayuda a sus hombres a desatascarlo  y en ese momento oyen que se aproximan los aviones italianos,  el militar francés con su típica sangre fría ordena cuando oye que sus hombres anuncian la llegada de la aviación enemiga grita:
¡No hay aviones!

Por fin pueden liberar el vehículo y este reconocimiento sirvió a Leclerc para montar su ataque principal  y el día 17 ataca desde Sarra, pero recibe la embestida de los vehículos del Sahara  italiano que son respondidos su ataque  por la valentía del Capitán De Guillebon; oficial de la Plana Mayor de Leclerc; que terminaron retirándose hacía Tazerbo.

Ese día la compañía Sahariana se había preparado para frenar la embestida del enemigo, un pelotón de frente, otro grupo que intenta desbordarla no lo logra, el primer pelotón realiza un movimiento envolvente y el grupo Sahariano se retira como ya se dijo en las líneas anteriores,

Otro grupo de 45 hombres se enfrentan contra la “Sahariana”, que acompañada por aviones Saboya no cesa los ataques.
Leclerc no quiere dejar a la compañía italiana en paz y un pelotón bloquea la entrada del fuerte con la intensión que no pueda salir a socorrer a los saharianos que huyen perseguidos por 150 kilómetros.


Los aliados bombardean el fuerte con el cañón de 75 mm con disparos precisos a puntos sensibles en la posición italiana.
Desde el fuerte los italianos pierden la moral por la retirada de su cuerpo de elite y estuvieron dispuestos a rendirse  y desde el 28 de febrero buscan una capitulación   honrosa.

Dos días después izan la bandera blanca de la rendición, envían unos parlamentarios para conocer las proposiciones de rendición del militar francés.
La discusión será larga hasta que Leclerc con su mal carácter de costumbre empuja a los parlamentarios, sube con dos oficiales a un vehículo y le ordena al chofer que se dirija al fuerte.
Los italianos hacen abrir la puerta saliendo por ella un elegante Comandante que aduce que solo quería discutir y que el francés no tiene derecho a entrar.

-Haga lo que le ordenó. Dice Leclerc altivo.
Le ordena al Comandante que reúna a sus oficiales y les convida que se rindan que han luchado bien y que no tienen nada que reprochar si se rinden, que tienen el deber de cuidar sus heridos que pueden contar con sus cirujanos.


El Comandante Militar del Chad dicta los artículos de la rendición y los vencidos se rinden, primero desfilan ante el vencedor y después reciben la sorpresa de que fueron derrotados por 200 hombres barbudos con harapiento uniformes que han tomado el fuerte.

Ninguna persona en el Chad pensaba que esta operación tuviese éxito, pero solamente un hombre como el Vizconde De Haute Coque personalidad proclive a las pruebas deportivas y a las hazañas militares pudiese lograr la hazaña.

Su esposa en Francia les comenta a sus hijos que ese raid a Kufra es del estilo del Vizconde y los italianos después de diez años y cuarenta días se les acaban el reinado en el fuerte y a partir de ese momento la posición italiana se convierte en una base del LRDG desde donde lanzarían sus ataques.


Cuando se rinden en la guarnición se encuentran   italianos y 352 libios con 53 ametralladoras, cuatro cañones Breda de 20 milímetros. Con ese armamento pudieron haber resistido durante semanas, si hubiesen tenido el deseo de luchar, también tenían un gran terror a las tropas indígenas que acompañaban a los franceses y le pidieron a Leclerc que los mantuviese alejados del fuerte, cómicamente el Vizconde De Haute Coque sitúa  al Padre Bronner en la puerta del fuerte como centinela.

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