La Otra Historia
José Rosario Araujo
En las primeras
horas del 23 de mayo de 1899; entre la una y las tres de la madrugada; hace su entrada la Revolución Restauradora
dirigida por el Gral. Cipriano Castro desde Colombia, iniciándose desde “Los
Vados, hacía Venezuela una invasión con
la intención de acabar con el gobierno de Ignacio Andrade.
Desde un lugar
llamado “La Carbonera”, marcha por el camino que conduce a Cacaguita, Lomas
Bajas, Lomas Altas, Las Cruces, Ovejera a Capacho Viejo las huestes
restauradoras.
Desde un pueblo
llamado Zorca, había insurgido el General Froilán Prato y se incorpora a los invasores.

Cipriano Castro
revela dotes de dirigente desde Capachos, sabiendo que sus tropas son
inferiores a las de gobierno. Eran sesenta hombres los que invaden, pero en
cada pueblo tachirense, grupos de combatientes
partidarios de la Restauradora se convierten en tropas que nutren la
invasión castrista.
Al otro día en un
lugar llamado Tononó se produce un enfrentamiento con las fuerzas del gobierno
comandadas por el Coronel Ramón Velasco que muere en el feroz combate.
La estrategia de
Cipriano es aislar San Cristóbal, con tácticas de guerrilla totalmente nuevas a
las que se habían conocido.
La población
campesina no se une al movimiento, una muy tibia aceptación a la causa se
produce.
La mayoría de los
soldados de la Revolución Restauradora que eran jóvenes que
participaran en combates pequeños que luego serán contados con
exageración por parte de las plumas castristas como en Tononó y Las Pailas.
En San Cristóbal se
empantanan las acciones, que por poco no dan al traste con el
ímpetu militar de la Restauradora, con
una batalla de trincheras en donde las tropas castristas no pueden abrirse paso
por la ciudad.
El Gobierno comete
el error, por pánico, al no poder armar sino de 800 a 1000 efectivos coloca
solamente en una parte de la ciudad en
posiciones defensivas, que son desde la
Casa Van Dissel hasta la Plaza Bolívar.
Hubo intentos del
General Peñaloza, Gobernador de la Sección Táchira, de capitular y en la
batalla de Cordero se demuestra lo
tambaleante del régimen.
En esta acción se
enfrentan las tropas de la Restauradora y el General Antonio Fernandez en una
guerra de trincheras en donde desde posiciones los revolucionarios ven avanzar
a los efectivos del gobierno, tratando de contenerlos con el fuego de sus fusiles, que ya se encuentran con muy
pocas municiones.
La respuesta de la
gente de Fernandez es nutrida y los castristas responden con sigilo,
entendiendo que no podrán enfrentando una guerra de posiciones, retirándose.
Los soldados del gobierno no los persiguen, pudiendo los invasores
reponerse desde Tariba y Capacho.
A los días el
general gobiernero parte del Táchira a Caracas y esa actitud demuestra a
Cipriano que el Gobierno esta sumido en una gran crisis y Fernandez no quiere
mezclarse en un combate regional como sospecha que es el conflicto de Castro
con el régimen de Andrade.
Además entre
Peñaloza y Fernandez existe una gran rivalidad y esta será una causa que
ayudara a la causa Restauradora, aunque el gobierno es superior en armamento,
en hombres y en recursos, el jefe restaurador tiene ya superioridad política.
Al conocer que se
aproxima el Presidente del Gran Estado de Los Andes Espíritu Santo Morales lo enfrenta
la Revolución Restauradora, en el Páramo
El Zumbador y lo derrota. Anteriormente Morales había vencido a los jefes
restauradores José Maria Mendez y Froilán Prato en Santa Cruz y en la Grita.
Por la vía de
Cordero avanza el delegado nacional Antonio Fernandez junto a un número
destacado de militares entre ellos,
Rangel Garviras, Rafael Montilla; el Tigre de Guaito; Juan Ignacio
Aranguren.
Castro al ver que
este militar no lo ataca, decide
continuar con la certeza que por su lentitud el ejercito del gobierno no le
daría alcance. Toma la vía de El Zumbador, luego La Grita, llegando el 5 de
agosto a Bailadores.
El día siguiente, 6
de agosto, se enfrenta al General trujillano, Rafael González Pacheco en Tovar.
Antes del enfrentamiento se le había unido el General merideño José Maria
Mendez y después de un combate muy sangriento, son derrotadas las fuerzas del
gobierno.
El combate de
Tovar, fue solamente una etapa más en su campaña para la toma del poder, desde
Mérida el Gral. Morales con 150 efectivos, evacua y Cipriano pudo entrar a la
Capital de Los Andes, ocupando la casa del General Morales, en venganza ya que
cuando el General Espíritu Santo tomó Capacho en el año 92, mandó a saquear su
casa.
La Revolución
Restauradora continua su marcha y llega a Valera sin ningún tipo de
enfrentamiento el 15 de agosto; tres meses después de haber comenzado la
campaña; es acompañado por un ejército
mal trajeado y barbudo, permaneciendo dos días recibiendo del pueblo
valerano muestras de simpatía y reconocimiento.
De allí decide
dirigirse a Caracas ya que el jefe de la revolución no solamente cuenta con un
gran valor, sino que tiene grandes cualidades militares.
De Motatán busca
los llanos de Monay, Carora, Quíbor y Siquisique, atravesando los inhóspitos paisajes
de Trujillo y de Lara, evitando enfrentarse con un General del
gobierno llamado Aquilino Juárez en Barquisimeto cortando la entrada de la
ciudad.
En Nirgua se enfrenta “El Cabito” a Rosendo Medina para
evitar que se uniese a Antonio Fernandez que había mandado el gobierno para
enfrentarse contra la Revolución Restauradora.

Ya los días de
Andrade estaban contados, las fuerzas revolucionarias como un río crecido se
extendía en todo el territorio venezolano, después de ser derrotado el General
Ramón Guerra por las fuerzas del gobierno, pero brotan rebeliones en contra del
gobierno de Andrade en Margarita, Barcelona, Cúmana, Yaracuy, Valles del Tuy y
Barlovento.
Llegó el momento en
que la suerte de Venezuela se decidiría en Tocuyito y un ejército
revolucionario derrotaría a unas tropas con mayor número de hombres, en donde
sus jefes; Diego Bautista Ferrer y Antonio Fernandez; tenían una gran
rivalidad.
Ese enfrentamiento
creo una doble jefatura y cuando Andrade
desde La Victoria daba ordenes a Fernandez para que se las comunicara a Ferrer,
este las modificaba según su criterio.
En Tocuyito el
combate duró cinco horas, los restauradores derrotaron a seis mil hombres de
agonizante régimen.
Los revolucionarios
capturaron mil máuseres, un poco más de
diez y seis mil cápsulas, dos piezas de artillería Krupp; con dotación; pertrechos, caballería.
Sufrieron setecientas bajas, entre ellos los Generales Manuel Pulido y Fermín
Canelón, los Coroneles Miguel Contreras, Ramón Santana, Jesús Escalona, Felipe
Gonzalez y Víctor Ferreira.
Andrade contaba con
las fuerzas militares de La Victoria, comandadas por el General Luciano
Mendoza, pero este ya se encontraba pactando con Cipriano.

Andrade esta ya
convencido que el jefe Restaurador no aceptara ningún trato que no sea la
entrega absoluta del poder, traslada el gobierno a Macuto, que ya se encontraba
grandemente debilitado y esto justificó el abandono del poder.
Desde ese momento
comienza la hegemonía andina en nuestro país que duraría hasta el gobierno del
General Medina Angarita que es derrocado el 18 de octubre de 1945.
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