Este guerrero fue
conocido como "el orador de la pradera", bautizado por así por los
argumentos esgrimidos en contra de la invasión de los blancos de los
territorios indios.
Desde pequeño se
destaco como buen jinete, era capaz de dispara 25 flechas y dar al blanco en su
caballo.

Ese escudo
participó junto a Satanta en muchos
enfrentamientos contra los blancos, que a pesar de contar con armas de fuego
les fue imposible eliminar a este valiente guerrero.
Los blancos al ver
al principio que los kiowas los dejaban transitar por su territorio empezaron a
asentarse y traer ganado para poblar los territorios de los indios.
Como era imposible
de evitar, empezaron los enfrentamientos
entre blancos e indígenas.
Estos indígenas
eran un grupo demasiado extensos y era difícil que se pusieran de acuerdo a
pesar de que la guerra de guerrillas no amainó desde Arkansas hasta Río Grande
se dieron enfrentamientos.
Debido a esta
confrontación entre estos grupos indígenas tuvieron que reunirse y salieron dos
corrientes en donde Pájaro Bailador y Oso Lento; también jefes kiowas; eran
partidarios de negociar con los blancos ya que temían el poderío de las tropas
yanquis, mientras Satanta, Oso Sentado y Lobo Solitario eran participe de
luchar para defender sus tierras, también no descartaban la posibilidad de
negociar con los blancos pero no confiaban en la lengua de "los rostros
pálidos".
Se reunieron con
los militares en Fort Dodge en Kansas, pero no llegaron a ningún acuerdo. Meses
después volvieron a retomar las conversaciones de paz, los blancos querían que
los indios se recluyeran en reservas, bien alejadas de los caminos transitados
por los colonos y la ruta de los viajeros. Después de que los negociadores
blancos terminaran su exposición, Satanta se dirigió a ellos y en un elocuente
discurso les dijo que no quería apartarse de sus tierras y que quería seguir
viviendo como lo había hecho desde niño y que se rehusaba a vivir quieto en un
sitio, además se refirió a que esos territorio era de los kiowa.
Al terminar los
periodistas lo llamaron "el orador de la pradera" y contó Satanta con
la aprobación de todos los indígenas presentes, pero los militares no estaban
de acuerdo y de una manera u otra iban a tratar de encerrar a estos habitantes
nómadas de las praderas en las reservas. Al final los "caras pálidas"
lograron su propósito ya que a los guerreros kiowas no les quedo más remedio de
irse a las reservaciones.
El hambre y la
pobreza hicieron que los kiowas empezaran a huir secretamente de estos antiguos
campos de concentración, paso poco tiempo para que esos territorios estuvieran
hirviendo, la guerra volvía a recorrer los antiguos territorios kiowas.
Siguieron los
enfrentamientos hasta que los kiowas atacaron una caravana que aprovisionaba
Fort Sill y Satanta fue acusado de asesinato.
El General Sherman
ordenó trasladarlo a Texas y fue
conducido por soldados pero lo que no sabían era que Satanta el jefe de los
kaitsenko -la unión de los diez más valientes-, una vieja unión de guerreros de
los kiowas.
Llevaban poco
tiempo de recorrido hacia Texas cuando el guerrero entonó un canto de su clan y atacó a los soldados soltándose de las esposas que
lo sujetaban, logró desarmar a uno, pero los disparos de los otros militares lo
hirieron siendo llevado a la ciudad de Jacksboro, en Texas, donde fueron
acusados de asesinato y condenados a la horca.
Pero en todo el
país se elevaron voces de protestas y finalmente fueron liberados en octubre de
1873 para vivir en paz, pero los acontecimientos fueron otros debido a que los
blancos seguían exterminando a los bisontes único sustento de los pieles rojas.
Los indígenas
atacaron varios establecimientos de cazadores entre ellos los de Adobe Walls, a
Satanta lo culparon de este ataque y tuvo que entregarse a pesar de que alegaba
que el se había ido de la reserva solamente a cazar búfalos.
Estuvo preso 10
años y siempre decía que era inocente. El 11 de septiembre de 1878 se suicido
al perder las esperanzas de obtener su libertad.
*Extraído del libro
“Los Indígenas del Norte” de José Rosario Araujo.
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