La Otra Historia
José Rosario Araujo
Conocer la vida del Padre de la
Patria es apasionante, transitar por cada una de sus etapas es imposible dejar
de apreciar la magnitud de titán del gran prócer venezolano.
Cuando releo los libros que moran
como gigantes dormidos en mi biblioteca; fuentes de consulta permanente para
mis escritos y lecturas; como “Leyendas del Tiempo Heroico” de Manuel J.
Calle, “Crónicas Razonadas de la Guerra
de Bolívar” de Vicente Lecuna, “Venezuela Heroica” de Juan Vicente González, “
El Superhombre” de J.A. Cova, “Simón
Bolívar, Más Allá del Mito” de Guillermo Ruiz Rivas, “Bolívar” de Indalecio Lievano Aguirre, “El
Libertador” de Augusto Mijares, “Simón, Vida de Bolívar” de José Ignacio
García Hamilton, “Bolívar” de
Alfonso Rumazo González, para citar algunos encontramos lo que ocurrió para julio el año 17 cuando el Libertador había
salido con el ejército patriota para situar la ciudad de Angostura.
Bolívar se entera que Brion se acercaba con su
flota y decide con un grupo reducido de
oficiales del Estado Mayor, entre ellos los Generales Arismendi, León Torres,
Soublette, Lara, Briceño Méndez y otros, a partir en una lancha a recibirlo, es descubierto por un destacamento español
que lo intentan interceptar. tiroteándolos
Los patriotas abandonan la lancha
sumergiéndose en el agua turbulenta del Orinoco. Recordemos que el caraqueño
era un gran nadador.
Nadan atravesando parte del río y
se ocultan en unos cañaverales de una laguna, perseguidos por las tropas
españolas que baten el terreno para encontrar a los fugitivos.
Entendiendo el riesgo que corren
y que no pueden caer prisioneros los patriotas esperan puñal en la mano con
solamente las cabezas fuera del agua, están dispuestos a vender muy caras sus
vidas o a suicidarse para no caer prisioneros, ya que no es un secreto lo que
le pasaría al jefe de los insurgentes si cayera en manos del enemigo.
Llega la noche y protegidos por
la oscuridad, con las tropas españolas recorriendo el lugar buscándoles en una
persecución total, sumergiéndose Bolívar
y sus hombres por momentos para despistar a
las tropas realistas, con las armas en la mano.
Cuando por el momento se aleja el
enemigo, El Libertador comienza con locuacidad a hablar de que no detendría sus
acciones hasta liberar a Nueva Granada y
el Perú en donde llevaría triunfante la bandera de la libertad, sus hombres
pensaron que había enloquecido completamente.
La brillante pluma de Juan
Vicente González en el libro ya mencionado narra:
“Dentro de pocos días rendiremos
a Angostura, y entonces iremos a liberar a la Nueva Granada, y arrojando a los
enemigos del resto de Venezuela, constituiremos a Colombia. Enarbolaremos
después el pabellón tricolor sobre el Chimborazo, e iremos a completar nuestra
obra de libertar a la América del Sur y asegurar su independencia, llevando
nuestros pendones victoriosos al Perú: el Perú será libre!”
¿Quien en ese en ese tipo de
situación planea acciones de ese tipo? ¿Quién a punto de morir, se convierte en
un visionario para vislumbrar el futuro con tanta precisión?
Solamente un genio como Bolívar
podía visibilizar el futuro y con su determinación a prueba del acero, vencer
cualquier obstáculo que lo evitaría
llegar a la meta, que no sería otra que la libertad de su Patria.
Pero la confusión aborda a sus hombres y un oficial llamado Martel le comenta al Gral. Briceño llorando que como todo ya está perdido, como se ve; rodeados de enemigos; el Libertador sueña con el Perú.
Briceño trata de restarle importancia
al hecho diciendo que Simón chancea. Pero Bolívar sabía que Brion se acercaba contando en su flota con cinco
flecheras, tres goletas y cinco bergantines que producirían temor en el
enemigo.
A los dos meses, Bolívar, ya era
dueño de Angosturas y dos años siguientes toma Nueva Granada, siendo vencedor
de Boyacá.
Pasarían cuatro años más para que
Venezuela caiga rendida por su espada igual que cinco años después liberta a
Quito, transcurriendo siete años para que la banderas victoriosas de la
libertad ondeen en el Cuzco, derrotando por completo al León Ibérico.
Pero todo esto lo había soñado
despierto aquel Genio de América quien nunca fue vencido por sus derrotas y por
eso lo llamo el General Morillo que era más temido vencido que vencedor.
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