José Rosario Araujo y Sergio Tucci
CAPITULO
II
Bolívar
permanecía en la ciudad de Mérida organizando
su gente, sabía que no sería fácil enfrentarse a los españoles. Contaba con la
gente de Campo Elías, que a pesar de ser europeo, tenía un gran odio en contra
de sus paisanos y comentaba que una vez terminada esa raza, él se suicidaría
para que no quedara en Venezuela vestigio de lo que llamaba raza maldita. Se
suma el español a su gente con una
compañía de soldados, pero la mayoría no tenía ni armas y menos uniformes, pero
valor si les sobraba.
De
igual forma se les unió el Mayor Ponce con un piquete de caballería, horrorizado por los desmanes de Monteverde y
el cura Uzcátegui transformó su hacienda en taller de fundación y elaboraron 16
cañones montados en sus cureñas. Entre los hombres que se le unen había muchos
jóvenes que eran casi niños, pero no les faltaba valor para el combate.
Mérida
puso a las órdenes de Bolívar 500 hombres, 800 caballos, numerosos cañones y
30.000 pesos. Envió espías para que le informaran sobre la ubicación y cantidad
de las tropas españolas que se encontraban en Barinas y Trujillo.
Recordaba
cómo había sido recibido, el pueblo
merideño lo ovacionaba y le tiraban flores. Correa había abandonado la ciudad
sin presentar combate. En Mérida fue
nombrado Libertador el caraqueño y desde ese momento llevaría ese título por
toda la eternidad título glorioso, que lo lleno
de un gran orgullo. Este
nombramiento es propuesto por Cristóbal
Mendoza. El Ayuntamiento había organizado una solemne recepción en honor de los
héroes que venían a liberar Venezuela de las garras del imperio español.
Las
pasiones como las de Campo Elías o Antonio Nicolás Briceño no gustaban a Bolívar, a pesar
de su valentía y dotes militares no le gustaban los excesos que muchos
de estos hombres cometían a pesar de los desmanes que cometían los españoles contra los partidarios de la independencia.
Lo
que si estaba seguro Simón, era que
había llegado el momento de extremar la
revolución ya que había que combatir y dar respuesta contundente a los enemigos
de la libertad. Ya sentía la mirada de su gente que esperaba una proclama que
definiera la lucha que apenas empezaba.
¿Qué
se iba a hacer con los venezolanos que defendían las banderas del Rey. Había
que fusilarlos por traidores? Se preguntaba Simón.
Bolívar
frenaba el deseo de actuar, debía ser precavido, era demasiado lo que había en
juego. Todos los días le llegaban noticias de los desmanes cometidos por los
españoles de Monteverde. El sufría al ver lo que pasaban sus compatriotas.
Recordaba las ejecuciones de Quito y La Paz,
que le habían llegado las noticias; los asesinatos que se producían en México
en defensa del rey de España, los prisioneros que se pudrían en Puerto Cabello
y la Guaira.
-Ya
nuestra clemencia se está acabando. Ellos nos fuerzan a una guerra sin cuartel
y haremos que ellos desaparezcan de la faz de la tierra. Pensaba en voz alta
Bolívar.
En
Caracas Monteverde en persona cometía desmanes en contra de los partidarios de
la libertad. Mujeres eran sometidas a cualquier clase de atropellos cuando se
acercaban para pedirle clemencia al canario para sus familiares.
Los
oficiales que acompañaban a Bolívar lo presionaban para que tomara una decisión
clara vengándose de todas las atrocidades cometidas por el enemigo. Los
venezolanos que acompañaban a Simón en la campaña habían dejado a sus familiares en Venezuela y sabían que
muchos de ellos se encontraban sufriendo en carne propia todo el peso de las
injusticias, uno siendo asesinados y otros siendo prisioneros.
-Simón debemos ser más duros, no
debemos dar cuartel, decía con ímpetu el
del gorro frigio, su tío político José Félix Ribas.
-No
somos débiles, José Félix, somos soldados, no asesinos, no podemos cometer
crímenes y salvajadas, indicaba Simón al esposo de la hermana de su madre.
José
Félix Ribas, pertenecía a una familia rica caraqueña igual que la de Simón
Bolívar, comenzando su carrera como militar con el grado de coronel, siendo
jefe del Batallón de Milicias Regladas de Blancos de Barlovento. Para este
momento el tío de Bolívar ya se había enfrentado contra Monteverde.
Se reunió con el héroe caraqueño en Ocaña
y con él prepara la invasión de
Venezuela teniendo una actuación heroica en la batalla de Cúcuta contra Correa
luciéndose con una carga a bayoneta.
Cuando
calló Bolívar le llego a su mente las letras enviadas por el cura Rosario sobre
la “Guerra a Muerte”.
-
¡Ah curita este, carajo! Se decía Simón.
Quien
lo iba a decir que este cura masón sería tan duro con el enemigo. Ya llegaría
el día en que se encontrarían. Quería conocerlo, hasta él habían llegado las andanzas de este
famoso cura trujillano. Ya se verían, presentía que desde ese momento
comenzaría una gran amistad.
Varias
cartas más recibiría del Padre Rosario.
-¡Antonio tiene razón! ¡Hay que
declarar la guerra a muerte! ¡Tenemos que ser implacables!
Recordaba
con rabia la humillación que recibió de Monteverde. Evocaba ese momento con
coraje, el canario no le prestó atención.
¿Qué se creía ese hijo de puta, cuando me dijo que me
premiaría los servicios a España por entregar a Miranda por un pasaporte?
Repetía una vez más llenándose de rabia.
Entregue a Miranda por traidor y
por haber capitulado ante el enemigo. Dijo en voz alta Bolívar con rabia.
Las
palabras de Monteverde siempre le resonarían en su oído. Con rabia le contestó
que había detenido a Miranda por rendirse y no para prestarle un servicio a
España.
Pero
era inevitable recordar esa escena, odiaba al canario con todas las fuerzas de
su alma como odiaba al traidor Vignoni, que entregó el bastión de Puerto
Cabello cuando estaba ausente.
Soñaba
en una de esas batallas encontrarse frente a frente con Monteverde y matarlo.
Para nadie era un secreto que Bolívar mataba a la primera estocada.
Buen
peleador si era, engañaba su cuerpo delgado y pequeño. Eso lo venía probando
desde Barracas.Tuvo como maestros de
esgrima a los mejores espadachines españoles de la época.
Hay
que resaltar que Simón Bolívar era un hombre bastante duro en la pelea. Como
mantuano era experto en el manejo de la espada, se destacaba en el uso de
bastones como era preciso en un caballero.
Además
Simón con su espíritu inquieto había aprendido el arte de combate de los negros
y la pelea con machete y lanza. Siempre combatía en la primera línea, era un
gran conductor de tropas. Desde Barracas transformó sesenta soldados pobres,
indisciplinados y apáticos en entusiastas defensores de la libertad.Había
organizado un selecto grupo de 200 combatientes y con ellos había partido en
diez balsas a hacer la guerra a los españoles.
Bolívar
era un hombre tenaz, muchas veces se sintió desvanecer, pero triunfó.
Tenía
que mantener el equilibrio de sus tropas que se encontraban heridos en su amor propio, querían vengarse de las
vejaciones que recibían sus paisanos. Desobedeciendo órdenes atacó Tenerife y
después de un combate reñido los españoles se retiraron.
Continuó
a Mopox y desde ese momento sus sueños de libertad y gloria se empezaban a
convertir en realidad. El francés Labatuf estaba molesto, pidiendo que lo
acusaran de rebelión, pedimento que fracaso ya que el Congreso le dio la
aprobación para seguir avanzando.
El
combatiente caraqueño decía: “Yo he nacido en Caracas, pero mi fama nació
en Mompós.”
Su
fama de militar aumento quince días después de haber salido de Mompós cuando
informo al Congreso de Nueva Granada que el río Magdalena estaba libre de
enemigos.
Se
dirigió a Pamplona en busca de Monteverde y atacó los españoles sin darles
descanso hasta que huyeron a Venezuela. Bolívar se dirigió hacia allá había que
conquistar Caracas, la mejor defensa era el ataque, si Venezuela seguía en
manos de los españoles La Nueva Granada tendría un cuchillo en la garganta.
El
militar caraqueño había preparado un plan para la campaña que consistía en el
despliegue sobre Venezuela de un ataque en dos direcciones: una columna
comandada por su tío que se dirigiría a San Cristóbal, la selva de San Camilo y
Barinas: Al liberar esas provincias se reuniría con la tropa en Guanare,
teniendo como misión igualmente conseguir ganado y dinero.
La
columna dirigida por Bolívar se dirigiría a San Cristóbal, La Grita, Mérida y
Trujillo. El 17 de mayo llega a La Grita, dos días después se dirige a Mérida
Bolívar
aspiraba que sus tropas fueran libertadores no crueles vengadores, nunca estuvo de acuerdo crueldades ni salvajismos. Por eso nunca pudo
estar de acuerdo con “El Diablo Briceño”.
Los
salvajismos de Monteverde y los crímenes que cometieron algunos jefes realistas
exaltaron la fibra patriótica del “Diablo” siendo uno de los primeros que
llegaron a Cartagena y el 16 de enero de 1813 publicó unas proposiciones del
pueblo venezolano para emprender una expedición por tierra para liberar el
país.
Montó
una expedición con 143 hombres que el comandaba actuando por su propia cuenta
Ya
anteriormente había tenido serias dificultades
con el caraqueño por sus terrenos
en sus fincas. “El Diablo era propietario de un lote de tierra que colindaba
con una finca de Bolívar y por delimitaciones tuvo en el año de 1807 un altercado
con el futuro libertador y al no hacerle caso por sus reclamos se acerca cuando
el guerrero venezolano con sus peones realizan labores agrícolas y Briceño
lleno de rabia saca un arma de fuego y
los apunta, pero teniendo un gesto rápido el amenazado logra arrebatarle el
arma y se produce una pelea entre los dos hombres. Llegó a San Cristóbalcon el
fin de unirse a la expedición libertadora y publicó el trujillano un bando
declarando la “guerra a muerte” ofreciendo la libertad a los esclavos que
mataran a sus amos españoles y canarios.
En aquel momento Briceño asume una línea que parece ser
muy cruel al ofrecer recompensar con tierras, propiedades y ascensos militares
a todo aquel que marchará con él en su propósito independentista y diera muerte
a cada español que se opusiera a tal misión, aquello implicaba que todo
combatiente suyo que le trajera cabezas de españoles recibiría su premio; y
mientras mayor el número de cabezas mayor sería la recompensa.
Briceño
asesino a dos isleños, cortándoles las cabezas, no le cayó en gracia a Bolívar tampoco cuando le envió una cabeza de un
español a él y otra a Castillo con una carta en donde la primera línea había
sido escrita con sangre.
-Estas
cosas del Diablo, exclamo Bolívar cuando recibió el macabro obsequio, lleno de
rabia.
Ordenó
al oficial Pedro Briceño Pumar para que remplazase al Diablo y lo detuviese
para ser juzgado en Consejo de Guerra.
El
Diablo al saber lo ordenado por El Libertador se escapa por las montañas de San
Camilo hacia Barinas. Desde ese momento Briceño se siente con la capacidad de
obrar sin plan y sin tener que seguir
las órdenes del jefe del ejército.
Se
sentía fuera del alcance de Bolívar y estaba dispuesto a obrar por su cuenta en
esa “guerra sin cuartel” que había emprendido,
ofreciendo a los esclavos la libertad
si mataban a sus dueños,
españoles y canarios.
El
abogado Briceño fue derrotado por el español José Yáñez, que con 500 hombres
los destruye casi sin pelear al no poder conservar el orden y la formación
entre los suyos. Anteriormente se le habían unido dos heroicos soldados que se
destacaron en la guerra de la independencia: Francisco Olmedilla y Jacinto
Lara.
Briceño
fue conducido a Barinas, juzgado por Tizcar y fusilado junto a ocho compañeros,
ya había al llegar al sitio de su reclusión ser fusilado.
El
3 de junio recibe Bolívar una carta que
le dice que D´Elhuyar y Maza dispersaron una partida de 50 realistas cerca de
Escuque; en el Colorado y después derrotaron en Ponemesa a Correa.
Gran alegría produjo en el caraqueño la noticia.
Como era su costumbre se subió de un salto a la mesa y empezó a bailar una
danza marinera que aprendió en su primer
viaje a España. Al pasarle la euforia bajo y se puso a planificar la estrategia
para seguir invadiendo.
En
Ponemesa el combate duro tres horas siendo derrotado el español Coronel Ramón
Correa que contaba con 600 soldados que huye hacia el Puerto de Moporo y luego
a Maracaibo. Los patriotas contaban con 300 combatientes.
Girardot
organiza un gobierno provisional en Betijoque que cuenta con 150 hombres para
defender la zona.
Era
necesario triunfar, la lucha por la libertad apenas comienza.
CONTINUARA.........
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