José Rosario Araujo
Muchas veces los
grandes hombres se enfrentan, a pesar de estar en el mismo bando, hasta que uno de ellos reconoce la grandeza
del otro y después de ser rivales, se unen para el bien de la causa.
Un caso
significativo en nuestra historia, en la Guerra por la Independencia, fue la
rivalidad entre Simón Bolívar y José Francisco Bermúdez, que terminó en una
acción en donde había sido sitiado el Libertador en la Casa Fuerte de
Barcelona, por los españoles dirigidos por el jefe Pascual Real.
Pero antes de
profundizar en esta acción, debemos retroceder al enfrentamiento que se dio
entre estos dos grandes hombres de nuestra historia.
En la expedición de
Los Cayos, en plena organización, Bolívar enfrentó grandes divergencias con
otros militares patriotas, entre ellos Bermudez.
José Francisco
Bermudez se caracterizaba por su carácter violento, pero eso si plena su
personalidad de un gran valor, contando con una gran altura y gran corpulencia,
además de una destacada participación en las luchas independentistas.
Los conflictos
contra Bolívar comienzan por la insubordinación y la arrogancia de Bermúdez en
la primera batalla de Carabobo y la
descarada intención del oriental de tener el mando supremo de los patriotas.
Con Montilla,
Bolívar también tenía también
enfrentamientos , haciendo que los dos hombres fuesen excluidos de la
expedición.
Montilla se retira
a los Estados Unidos, pero Bermúdez intentó varias veces formar parte de la
empresa libertadora, pero no logra ser incluido.
En Ocumare sigue
insistiendo ser incluido en el ejército
patriota, pero el Libertador le dirige una carta cuyo contenido dice: “La
sorpresa que me ha causado la llegada de usted, a este puerto ha crecido al
leer su oficio fecha de ayer. Ud supone ignorar los poderosos motivos que hubo
para dejarlo en tierra al tiempo de salir la escuadra de los Cayos, cuando
ellos fueron públicos , y cuando no
había un solo individuo de la expedición
que no los supiese, y que no reclamare esta medida como de primera
necesidad para evitar el desorden y los males que son consecuencia”.
En otro de los
párrafos reza:
“Por todas estas consideraciones me veo en la forzosa necesidad de
impedir a Ud y a sus compañeros el desembarque que solicitan y le prevengo se
prepare para trasbordarse con ellos a un buque que los llevará con seguridad
a colonias amigas”.
Después del fracaso
de la expedición, levanta tentaciones en Mariño y Bermúdez, entre ambiciones y
rencores, contra de Bolívar.
Bermúdez pide su
destitución y que se lo entreguen su persona. El día 22 de agosto de 1816 se
escuchan los gritos: ¡Abajo Bolívar! ¡Vivan Mariño y Bermudez!
Al ver los
acontecimientos el Libertador decide embarcarse
y cuando se dirige a la playa, espada en mano, una turba lanzan gritos
de muerte.
El cumanés se lanza en contra de Bolívar pero es
contenido por el Coronel Manuel Isaba y el Licenciado Gaspar Marcado.
El Libertador se
refugia en una flechera y luego en el barco “El Indio Libre” y por tercera vez
es arrojado de su tierra por sus compañeros.
Después Simón
Bolívar se dirige a Haití en donde dirige una carta al
Presidente Petión, que no se negara a seguir prestando ayuda a la independencia
del nuevo mundo.
Mientras tanto los
dos jefes republicanos disidentes son
nombrados por sus tropas primero y segundo jefes de Oriente, dirigiéndose a
Cumaná.
Para el 21 de
diciembre Bolívar parte de Jacmel con Brión con gran cantidad de armas y
municiones a Margarita.
Llegan a Juan
Griego siete días después y siguen las acciones entre españoles y patriotas. En
Barcelona llega en su auxilio el General Arismendi y al final de ese año llega
Bolívar.
El héroe caraqueño
trae pertrechos para la guerra y algunos oficiales extranjeros y soldados
patriotas, en Barcelona existen caballos y hombres para formar un poderoso
ejército, pero la anarquía de los jefes republicanos se opondría a los planes del Libertador.
Mientras tanto
Bermúdez, bajo las ordenes de Mariño se prepara a marchar contra Cumaná en
noviembre de ese año.
A principios del
nuevo año Bolívar es sitiado en la Casa Fuerte de Barcelona y llama a Mariño en
su ayuda, ya que él era la único que
podía contar para librarse de los
españoles.
Morillo
aprovechando la derrota de los patriotas en Clarines colocó a Aldama y a Morales, además una poderosa cuadrilla de
barcos por mar, desde Puerto Cabello, para bloquear al Libertador su retirada.
Españoles y
republicanos se enfrentan en duros combates y los patriotas son obligados a
retirarse al centro de la ciudad. Son rescatados por la llegada de un
contingente de tropas orientales comandadas por Bermúdez, que envió Mariño, que
temía que con la derrota de sus
paisanos, los españoles atacasen Cumaná.
La batalla se hizo
más dura con la llegada del General Bermúdez, pero al final los realistas
tuvieron que retirarse.
Mariño a pesar de
sus ambiciones, deja de asediar a Cumaná y acompañado por los Generales
Armario, Valdes, Guevara y Bermudez, junto a 1200 soldados se acerca a
Barcelona.
La vanguardia es
dirigida por Bermúdez y llega al Pozuelo cuando los españoles comandados por el
Brigadier Pascual Real prepara un fuerte ataque contra el reducto patriota.
Bermúdez con su
carácter violento y fanfarrón, temiendo llegar tarde, envía un vecino en su
caballo ara advertirle al enemigo que él ha llegado y los va a exterminar.
Real suspende el
ataque y se retira al pueblo del Pilar.
Bolívar en
reconocimiento a su salvador sale a buscarlo, en el Puente del Neveri lo
encuentra y al verlo lo abraza y le
dice: “Vengo a recibir al Libertador del Libertador”.
El cumanés es
conmovido por las palabras del caraqueño y no puede decir ninguna palabra, sino
que sendas lágrimas, sellan lo que no pudo decir con las palabras.
El Libertador
terminó reconociendo que a pesar de que el oriental Bermúdez era un hombre
ambicioso, pero esa ambición era diferente a la de Mariño y de Piar, que tenían
intenciones de disputarle el mando político al caraqueño.
En Barcelona se
reúne una Junta Militar y el Jefe Supremo decide encargar al General Pedro Maria
Freites la defensa de la Casa Fuerte, pero eso es otra historia que después
ahondaremos con profundidad.
Las palabras de
Bolívar transforman el alma sencilla de Bermúdez, hombre de odios profundos y
afectos sinceros, convirtiendo la rivalidad del pasado en una cordial amistad.
Bermúdez acompaña a Bolívar a Angosturas y fue el primer jefe patriota que
entra a la ciudad el 17 de julio del año 17.
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